«Preferimos seguir como estamos»

Una parcela tipo de entre 500 y 1.000 metros cuadrados, una vivienda de apenas 90 construidos, y un pequeño jardín, en ocasiones con piscina, es la tipología media de vivienda irregular en Chiclana. Además, esa casa suele ser el hogar habitual de muchos ciudadanos de poblaciones del entorno como Cádiz o San Fernando.

Isabel A. C. es una de esas propietarias tipo de una vivienda irregular tipo del término municipal chiclanero. Esta isleña reside junto a su familia de forma permanente en una construcción sin licencia desde hace cuatro años.

Con una parcela heredada, Isabel y los suyos tienen en el Camino del Cercado, ubicado en la zona de Garrones de Chiclana, su hogar. «Aquí vivimos muy bien, tenemos algunas carencias lógicas por no tener servicios, pero la verdad es que no necesitamos mucho más», explica.

Culpables

Su caso puede servir perfectamente para ejemplificar el dilema por el que atraviesan cientos de propietarios de inmuebles levantados sin licencia ni control urbanístico alguno en los últimos años. «El Ayuntamiento no nos dijo nunca nada, y algo de culpa tendrán ellos, digo yo».

Son palabras del yerno de Isabel, José, que asegura que «en ningún momento nadie ha venido a pedirnos papeles», y que si eso ocurre, «nos organizaremos e iremos a un abogado».

Su situación es la crónica de una regularización anunciada desde hace años. La parcela en la que residen está en suelo urbano no consolidado, pero podrá legalizarse. Sin embargo, ellos temen el fuerte desembolso que deberán realizar, al que califican de «una auténtica barbaridad».

Cuestionado si son partidarios de legalizar su vivienda para obtener servicios, estos propietarios son tajantes; «si urbanizan y el valor de la casa se dispara no habrá quien la venda; preferimos seguir como estamos», aseguran.