La inquietud de tener que vivir «de prestado»

Como suele ocurrir en estos casos, el retraso considerable en la entrega de unos pisos conlleva para muchas familias no sólo una inquietud por lo interminable de la espera, sino también problemas de tipo económico y familiar. Entre los 84 perjudicados de la urbanización Vistalegre hay ejemplos de todo tipo, caracterizados en su mayoría por haber tenido que recurrir a alquileres, con el gasto y las molestias que ello supone.

Hay otros afectados que se encuentran viviendo con parientes o en casas cedidas por éstos al haber vendido o desocupado ya su anterior inmueble, una circunstancia que, como es lógico, no pueden prorrogar de forma indefinida. También los hay que pusieron fecha de boda contando con disponer de su vivienda y ahora no saben si seguir adelante, o algunos que se han terminado casando «de prestado».

Como anécdota, cuentan la de una mujer que compró su vivienda estando embarazada y su criatura va a cumplir cuatro años sin que aún hayan disfrutado del nuevo hogar. Todo un rosario de situaciones que el colectivo espera se resuelva lo antes posible y todos consigan lo que es suyo.