El estoicismo de los usuarios

Soportando el fuerte viento de levante y bajo el sol de la incipiente primavera, los portuenses que se vieron obligados a desplazarse en transporte público se armaban de paciencia. Las esperas en las marquesinas se hacían interminables, y cada cual dejaba pasar el tiempo como podía: leían, tomaban un tentempié... pero la forma preferida de espera era comentar la situación de la «huelga de los chóferes». La mayoría de los usuarios ya sabía de antemano que ayer únicamente circularía un vehículo por cada línea de autobuses, pero a algunos les cogió por sorpresa, y fueron los que más se quejaban. No obstante, entre los vecinos primó la solidaridad con la plantilla de la empresa concesionaria del servicio, GDF, y fueron los propios usuarios los que se explicaron unos a otros el porqué de la «huelga de los autobuseros». Algunos lo hicieron con mayor conocimiento o rigor, pero todos con buena voluntad: «Es que están echando a padres de familia a la calle y metiendo a chiquillos a conducir, es que los autobuses son viejos, es que el Ayuntamiento no se preocupa, es que los conductores de aquí son los que menos cobran de toda Andalucía...» Lo cierto es que que los comentarios dejaban a las claras una gran falta de información sobre los problemas que han llevado a esta situación.

Cuando por fin el esperado autobús dobló la esquina y todos entraron con la misma paciencia con la que habían esperado, el conductor también fue el protagonista.Así, el chófer se convirtió en vocal de la plantilla y respondió a las preguntas de los usuarios. Explicó que hoy no habría paros, que de repetirse la situación lo haría el martes, que lo que pedían era que «los respeten». De cualquier forma, sólo «los que no tenemos prisa, y los que no tenemos más remedio» cogieron el autobús.