EN CASA. Sergio Ruiz y su esposa en el jardín de casa. / C. L.
EL PUERTO

Una gran pesadilla

Sergio Ruiz nunca pensó que pudiera llegar a esta situación

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Antes de comprar la parcela en la que construyó su casa en la que ahora vive con su mujer y donde esperan formar una familia, Sergio Ruiz se informó de todos los pormenores legales.

Acudió al área de Urbanismo, habló con técnicos y solicitó informes sobre la catalogación del terreno en el que crearía su hogar. «Todo estaba correcto. No es un espacio protegido, ni un pinar, ni ocupa cañada. Además, es urbanizable sectorizado». Después de esta reflexión se decidió y construyó su casa y solicitó los permisos de luz y agua que le fueron concedidos.

Pero jamás pensó que podría llegar a vivir «esta pesadilla», que es como él llama a esta situación. «Tengo miedo de cualquier carta que llega y estamos en un auténtico sin vivir», comentó ayer a este medio en el jardín de su casa.

Ni siquiera pueden tener dinero en la cuenta, ya que la tienen embargada porque deben 50.000 euros en concepto de multas coercitivas. «Sacamos el dinero en cuanto cobramos y metemos la cantidad justa de la hipoteca el mismo día que nos la cobran», explica esta joven pareja que se enfrenta con «miedo y desconcierto a este problema».

Sergio Ruiz y su mujer son fuertes, pero a ella comienza a notársele la tristeza en los ojos. Cabizbaja escucha las explicaciones de su marido y es que asegura que poco a poco el sueño de su vida comienza a desmoronarse ante sus ojos sin que parezca que haya soluciones.

Además, no terminan de comprender por qué, a pocos metros de su hogar, Golf El Puerto y sus 700 viviendas sí han sido legalizadas.