Los 88 peldaños de la gente feliz

Peldaño 9: «Un hoy sin conocimiento es un mañana sin evolución»

En este capítulo de «Los 88 peldaños de la gente feliz» te invito a que aprendas a actuar desde el amor para lo que quieres que suceda

Peldaño 9: «Un hoy sin conocimiento es un mañana sin evolución». Adobe Stock
Anxo Pérez

Anxo Pérez

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A veces me encuentro con gente que cree que nací aprendido en casi todos los temas de los que escribo o hablo, pero esto es incierto tanto para mí como para el resto de los mortales. Por tanto no sólo no nací aprendido, sino que como habitualmente recalco en mis conferencias, siempre me quedará mucho más por aprender que por enseñar. Cada año es una evolución para mí, y ojalá ese proceso nunca se detenga.

Sin embargo, la del último año es posible que sea una evolución superior a la de todos los demás años —el otro día bromeaba con un amigo al decirle que este libro me está enseñando a mí mucho más que yo a él. Y en todo ese proceso de evolución, por el que tantas gracias doy, hay una pregunta que quizá haya marcado uno de los principales puntos de inflexión en mi propio crecimiento personal . Es la pregunta que da nombre a este Peldaño: ¿desde dónde?

Raúl trabaja como ingeniero en una empresa que está en proceso de internacionalización, y cuyo futuro depende de que se consiga un enorme contrato con una gran multinacional. El director general de la empresa es el encargado de realizar la presentación de la propuesta que determinará que la multinacional firme o no ese contrato tan trascendente. Raúl, que está dos rangos por debajo del director general, el día previo a la presentación, tras pedir permiso a su jefe, decide enviar un correo electrónico al director general dándole ánimos y detallando cada uno de sus puntos fuertes para elevar su nivel de confianza. La carta sube la moral del director general, y como resultado acaba realizando una brillante exposición y consiguiendo el contrato con la multinacional, que además repercute en una mejora de las condiciones para todos los empleados. Su jefe lo felicita por la carta. ¿Dirías que la acción de Raúl es loable? Probablemente, sí.

Ahora imagínate que se añade un dato a la ecuación . Tomas un café con Raúl, y éste te confiesa que conseguir que esa presentación saliera bien era la última de sus motivaciones y que el único motivo por el que mandó esa carta era con el fin de caerle mejor al director general de la empresa y con ello manipularlo para lograr ser ascendido y conseguir el puesto de su jefe, a pesar de considerarse menos preparado que su jefe para desempeñarlo. El cien por cien de su motivación era el interés personal. ¿Cambia eso las cosas? A nivel externo, no, ya que en ambos casos el director se beneficia de los ánimos; pero a nivel interno la diferencia es abismal.

¿Por qué? Por la pregunta en la que se centra este Peldaño: «¿Desde dónde ha actuado?».

Existen dos lugares «desde dónde» actuar, y seguro que los puedes adivinar: desde la «Bolsa Negra» y desde la «Bolsa Blanca».

¿Actúas desde el miedo a lo que no quieres que suceda o desde el amor hacia lo que sí? ¿Porque quieres que no pase algo malo o para provocar algo bueno? ¿Para buscar solo el bien propio o también el de otros? Si hubiera mandado la carta por el bien de su director general, de la empresa y de los empleados, entonces la motivación de Raúl partiría desde su Bolsa Blanca, ya que busca su propio interés pero también el interés colectivo. Si la manda exclusivamente por su propio bien aunque sus intereses entren en conflicto con los de los demás, entonces su motivación parte desde su Bolsa Negra. La acción es la misma en ambos casos, pero la motivación es radicalmente diferente. La clave está en pasar cada una de tus acciones por este filtro: ¿Desde dónde actúas?

Una pregunta tan sencilla y sin embargo el impacto que ha tenido para muchos, incluido para mí, es monumental. Cuando ayudas a un amigo desde el interés exclusivo (me motiva sólo mi propio bien), entonces das con la motivación de recibir. Cuando ayudas desde el interés inclusivo (me motiva mi bien además del bien colectivo), entonces das para dar. Que recibas algo a cambio es irrelevante, ya que lo que tú recibas no entra en tu propia ecuación.

—Anxo, pero... ¿y si mi amigo abusa de mi generosidad ?

(Atento a la respuesta, porque a mí me costó mucho entenderla. No dar con la respuesta correcta a esa pregunta es el principal motivo por el que la gente se pierde el valor de este Peldaño ). Es ésta: sí es legítimo alejarte, pero no lo es enjuiciarlo como una persona X (etiqueta negativa). El alejamiento no se origina desde tu Bolsa Negra, ya que alejarte es tu preferencia, y preferir es completamente legítimo. Pero el juicio sí procede desde tu parte oscura, ya que se hace desde el deseo de etiquetar y demonizar a otra persona. Eso no lo deseas tú. Lo desea tu ego.

—Ese tipo te acaba de insultar. ¿Cómo puedes responder a un insulto con una sonrisa ?

Porque dentro de mí no yace una fuente de motivación, sino dos: la que me pide guerra y la que me ofrece paz. Y yo elijo actuar desde la segunda. ¿Cómo hay que hacer para subir de Belt en la carrera hacia el Éxito Interior ? Existen tres formas principales. La primera es porosmosis. Si quieres subir de Belt, pasa más tiempo con gente con un Belt mayor que el tuyo. El Éxito Interior es muy contagioso . La segunda te la dará el Peldaño que viene a continuación. Y la tercera es formulándote una y otra vez esta pregunta: ¿Desde dónde actúa?

Anxo Pérez, @anxo

En este capítulo de «Los 88 peldaños de la gente feliz» te invito a que aprendas a reconocer qué acciones vician tu ego y cuáles te hacen mejor

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