Los 88 peldaños de la gente feliz

Peldaño 20: «Si no le deseas bien cuando ya no lo tienes, es que tu amor era sólo egoísta»

En este capítulo de «Los 88 peldaños de la gente feliz» te enseño el camino para ser feliz independientemente de lo que suceda fuera

Anxo Pérez

Anxo Pérez

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La asignatura más difícil es cómo conseguir ser feliz por dentro independientemente de lo que suceda por fuera.

— ¿Eso es realmente posible?

— Sí. Es posible.

— Anxo, ¿me estás diciendo que si la vida me trae una enfermedad, me quedo sin trabajo y sufro un accidente, puedo mantener mi nivel de felicidad ?

— Sí, pero que lo consigas o no depende de si tu Belt del Éxito Interior es alto o bajo. Cuanto mayor sea el reto, mayor deberá ser tu altura interior.

— ¿Por qué?

— Porque un problema de nivel 8 sólo se puede gestionar con un nivel de Éxito Interior de Belt 8, ya que sólo puedes superar los retos que sean de tu mismo nivel. Si quieres superar retos mayores , tendrás que alcanzar niveles de Éxito Interior mayores.

— ¿Y cómo se hace eso?

— Siempre..., domesticando tu ego .

Aquí van tres ejemplos que representan tres de los retos más complicados dentro de la asignatura más difícil:

1. Te pasas varios años estudiando para unas oposiciones para un trabajo en la administración pública; cuando llega el día del examen, te pones nervioso y lo suspendes.

2. Tu pareja te deja.

3. Y el más difícil, pierdes a un ser querido.

Supongo que el primero te habrá parecido realmente duro de superar, el segundo complicadísimo, y el tercero directamente imposible. Pero tengo una noticia para ti. Ahora mismo, en este preciso momento, existe gente sobre la tierra, mucha, que puede conseguirlo, y además puede hacerlo manteniendo su paz interior.

Ésta es la fórmula .

Cuando amas con todas tus fuerzas a ese ser querido o incluso la consecución de un objetivo, ese deseo o pasión, llamémoslo amor, en realidad puede ser de dos tipos, el puro y el impuro . El amor puro representa el amor genuino . Es el que procede de tu esencia. El amor impuro, que no debería llamarse amor, es el egoísta. Es el que procede de tu ego (amor egoico). En el ejemplo de la pareja es donde más evidentes se hacen ambos. ¿Qué sucede cuando te deja alguien por quien sientes un amor incondicional?

Deseas fervientemente su propio bien. ¿Qué sucede cuando te deja alguien por quien tenías un amor condicionado? Pasas de amar a esa persona a detestarla o incluso odiarla.

Si no le deseas bien cuando ya no lo tienes, es que tu amor era sólo egoísta.

¿Cuál es entonces la conclusión? Si todo amor hacia algo o alguien puede ser de dos tipos: puro (incondicional, centrado en el otro) e impuro (condicionado, centrado en uno mismo), cada vez que tu amor por alguien sea impuro o desde el ego, éste será un amor de servidumbre hacia ti: «Te quiero por lo que me das, y el día que dejas de dármelo, yo dejo de quererte». O incluso: «Te necesito» (es decir, te necesito para mi propia estabilidad y bienestar ; para no enfrentarme a mi miedo a la soledad, etc.), «y si enfermas y desapareces de mi vida, sufriré». ¿Sufres por la persona que ya no está? En absoluto. Esa persona ya no lo está pasando mal. Quien lo pasa mal eres tú. Por tanto no sufres por ella, sino por ti y por los miedos no sanados con los que afrontas la nueva situación. ¿Quién te está haciendo sufrir? Por supuesto..., tu ego. Cuando aprendes a domesticarlo más, aprendes a sufrir menos. Toma consciencia de tus miedos observando de dónde procede tu sufrimiento , y verás que no tiene nada que ver con quién se ha marchado (él o ella), sino con quién sigue aquí (tú).

Soy consciente de que éste es un tema avanzado, para personas con mucha altura y mucha evolución (Belt 7 o Belt 8), pero no te exijas ese nivel de momento. Sólo reflexionando sobre esto, siempre y cuando tu mente no combata mis palabras, ya estarás desactivando tus mini-bombas (Peldaño siguiente) o campo de minas y haciendo tu ego menos vulnerable para el día en que la vida te ponga a prueba. Parece inverosímil, pero créeme que es cierto.

«¿Y si fracaso en un objetivo y me enfado? ¿Eso también era amor egoico? ¿No es normal enfadarme si suspendo las oposiciones tras años de estudio?». El desear genuinamente alcanzar ese objetivo y trabajar arduamente de cara a ello es perfectamente legítimo. Pero no aceptar fracasar en su consecución cuando has hecho todo lo que has podido hacer, eso sí viene del ego. No aceptas el resultado y no te amas lo suficiente como para no reprocharte a ti mismo el fracaso. Y eso es lo que te hace sufrir. Tu ego dice: «Tengo que alcanzar esto como sea. Y si no lo alcanzo, no lo aceptaré, no me perdonaré a mí mismo y por supuesto..., sufriré».

¿De dónde procede todo el sufrimiento? Siempre, siempre, siempre... de tu ego.

#88PeldañosGenteFeliz

«La aceptación tiene el mismo poder sobre el sufrimiento que un rayo de luz sobre una sombra».

@Anxo

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación