Psicología

«El miedo puede contagiarse igual de rápido que el coronavirus»

La psicóloga Ana Belén Medialdea explica cómo gestionar la ansiedad, el miedo, la incertidumbre y todo el aluvión de emociones que se viven durante el confinamiento y las crisis por la amenaza del coronavirus

La psicóloga Ana Belén Medialdea.
Raquel Alcolea

Raquel Alcolea

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Muchos conocen a Ana Belén Medialdea como la «psicóloga de las frases en un papel», pues sus reflexiones en Instagram , donde cuenta con más 20.000 seguidores, se han convertido en dardos certeros que apuntan donde más duele o, mejor dicho, donde más se siente. Pero además es Licenciada en Psicología, especialista en Terapia Breve Estratégica, experta en terapia familiar sistémica con niños y adolescentes y en dependencia emocional y autoestima . También es autora del libro «Amargarte la vida depende de ti» . Un título, por cierto, más que adecuado en tiempos de coronavirus .

Esta psicóloga natural de Guadix (Granada) que trabaja desde hace años en su consulta ubicada en Madrid también ha vivido algo emocionalmente nuevo al enfrentarse a los efectos que la crisis del coronavirus y el confinamiento están causando en sus pacientes. Asegura que volver a trabajar, ayudando a las personas a gestionar sus emociones en estos días, ha supuesto para ella un revulsivo que le ha ayudado a «llevar las cosas de otra manera» y a combatir su propia ansiedad... Esa ansiedad «profesional» de los que viven de cerca los estragos que causa el Covid-19 y que tiene más que ver con la impotencia y la frustración que con las expectativas sobre el futuro.

Han pasado casi dos meses de confinamiento, ¿en qué punto nos encontramos a nivel colectivo?

Hemos pasado por varias fases . Al principio estábamos en un estado de negación en el que entre todos nos convencíamos de que esto no era tan importante, ni tan grave y que esto no podía estar pasando. Pero con el paso del tiempo hemos pasado de la negación a la rabia . Y también hemos pasado por la tristeza . Ahora estamos en una fase de adaptación . En general, nos estamos adaptando a la situación que tenemos. ç

Es cierto que no todo el mundo se está adaptando de la misma manera. Muchas personas necesitaban salir a la calle , o bien porque son más sociables, o bien porque no soportaban vivir encerrados (aunque hayan tenido que aprender a hacerlo en estos días). Pero al salir a la calle nos hemos encontrado ante una nueva situación. Y no todo el mundo está logrando gestionarlo bien. Unos están aprovechando al máximo las salidas a la calle, pero otros, sin embargo, se encuentran bien en casa y sienten miedo a salir.

¿Por qué algunas personas tienen miedo a salir a la calle?

El miedo suele producirse ante un cambio. Durante unos días nos hemos tenido que acostumbrar a vivir en casa. Eso nos ha hecho entrar en una zona de confort que nos ha llevado a pensar que nuestra casa es el lugar en el que no corremos peligro.

En algunos casos aprender a gestionar el miedo puede parecer algo imposible, sobre todo para aquellas personas que han llegado a sentir pánico o se sienten incapaces de salir a la calle. Pero el miedo se puede gestionar. Y para ello se tiene que afrontar. Tenemos que mirar el miedo a la cara porque cuando lo hacemos deja de tener tanto peso y deja de ser tan grande en nuestra vida. Tenemos que respetar nuestros tiempos, claro está, pero también debemos tener en cuenta que en este contexto corremos el riesgo de construir un miedo patológico .

Hoy en día salir a la calle con miedo es normal porque el peligro es real. No lo estamos imaginando, sucede. Nos podemos contagiar de la enfermedad y eso es así. Pero si esto pasase dentro de un tiempo en el que la situación ya estuviese controlada (tal vez dentro de un año o de un año y medio, por ejemplo) pero continuásemos con ese miedo, sí que estaríamos ante un miedo irracional.

¿Y cómo se ayuda a superar ese miedo?

Lo primero es concienciarse de que sentir miedo es normal y que no tenemos que culparnos por sentirlo. No podemos elegir qué emociones vamos a sentir. Las emociones vienen cuando quieren. Solo podemos elegir qué hacer con esas emociones . Si siento miedo, ¿qué puedo hacer? ¿Me quedo aislado, encerrado y angustiado o intento hacer pequeñas cosas aunque me den miedo? Quizá no deba exponerme a caminar durante un kilómetro, pero sí que puedo empezar saliendo primero al portal y después a dar una vuelta al edificio o a la manzana.

Lo importante es hacer cada día una pequeña cosa que nos ayude a afrontar el miedo . Porque una de las cosas que nos ayudan a empeorar y construir un miedo mayor es justo evitar enfrentarnos a él. Por ello es importante permitirnos mirar a la cara el miedo poco a poco porque solamente así el miedo se convierte en coraje .

¿Qué puede contribuir a empeorar o a agrandar ese miedo?

Es importante no sobreexponerse a la información porque puede hacer que entremos en un bucle negativo . Estar constantemente viendo programas o noticias que nos hacen ver lo mal que están las cosas y cómo lo está pasando todo el mundo genera ansiedad. Y también genera ansiedad hablar todo el rato del miedo. Si llamo a mi madre, a mi prima o a mi amiga y no paro de decirles que no soy capaz de salir porque tengo muchísimo miedo, empiezo a transmitir el miedo que sientes. Y el miedo p uede contagiarse igual de rápido que el coronavirus. De nada sirve que estemos tomando medidas de precaución frente al coronavirus para no contagiarnos si luego nos contagiamos a nivel psicológico de ese miedo que nos puede invalidar tanto.

A diferencia de lo que sucede con otras emociones , hablar del miedo no ayuda a desahogarnos. Cuánto más hablamos del miedo, más crece. Es cómo si le echásemos un fertilizante especial a una planta para que crezca. Cuánto más hablamos del miedo, mayor es el miedo que nos construimos.

Muchas personas sufren ya otras consecuencias del coronavirus como reducción de salario, problemas económicos, pérdidas de empleo... Ante el aluvión de noticias negativas, ¿cómo se hace para no caer en un bucle negativo?

Ante esta situación también es normal frustrarse pues aquellas personas que estuvieran acostumbradas a tener una cantidad de salario y un nivel de vida concretos, verán que ya no será así y no pueden exigirse a sí mismos que eso no les afecte. Lo importante cuando se vive algo así es protegerse psicológicamente, tomando medidas de higiene mental para no caer en ese bucle negativo y contagiarnos.

Sería importante, por ejemplo, que evitasen hablar del problema constantemente entre compañeros, pues llega un punto en el que eso ya no sirve para desahogarse sino para envenenarse más. Cuanto más se habla de ello con unos y otros mayor es la frustración y mayor es la sensación de impotencia.

Podemos elegir entre verlo desde un punto de vista muy negativo o desde otro que sea más optimista, menos bloqueante, pues este último es el que mejor contribuirá a que la situación mejore para nosotros lo antes posible.

Ana Belén Medialdea

¿Y qué pasa si alguien se bloquea y no puede salir de ahí?

Una de las cosas que más ayudan cuando sentimos que nos estamos dejando arrastrar por un bucle negativo que no depende de nosotros es escribir. Es muy terapéutico y ayuda a poner distancia emocional con lo que estamos sintiendo.

Cuando la lavadora cerebral está a tope y llega un momento en el que nos envenenamos creyendo lo que estamos pensando, hay que ponerse a escribir en un papel todo lo que nos está pasando por la cabeza, todos esos pensamientos negativos y recurrentes hasta llevarlos a la saturación, si hace falta hasta que nos duela la mano. Esto nos ayudará a separarnos de lo que estamos sintiendo y a no permitir que esos pensamientos se conviertan en nuestra realidad.

¿Cómo aconsejarías gestionar las distintas fases de la desescalada o los plazos de tiempo en tiempos de coronavirus?

Quizá muchas personas estén ahora frustradas y enfadadas con la vida por haber perdido la oportunidad de hacer cosas que necesitaba. Por ejemplo todas aquellas personas que han perdido a un familiar en esta situación y que no haya podido despedirse de ellos. Es algo difícil porque es algo que tiene que aprender a gestionar cada uno en primera persona. Ante esas situaciones tendrá que hacer su duelo.

Pero también tendrán que hacer duelo aquellas personas que tenían planes y proyectos que no han podido hacer. Eso es algo que será importante gestionar a nivel emocional. No podemos cambiar nada del pasado, solo podemos aprender a vivir con ello, aceptarlo y gestionarlo. Pero en cuanto al futuro es importante no adelantarnos. Una de las cosas que nos ha enseñado esta pandemia ha sido que hemos tenido que aprender a convivir con la incertidumbre y con el momento presente. Aunque sepamos que tal vez en dos semanas podamos cambiar de fase, no lo sabemos porque no se sabe realmente cómo serán los datos en estos días. Es importante trabajar en uno mismo para volver al momento presente. No puedo saber el futuro y no puedo modificar el pasado.

La frase «ya vendrán tiempos mejores» parece haberse instalado en la sociedad y quizá nos estemos perdiendo la vida, ¿cómo se conecta con el presente?

Nunca habíamos pasado tanto tiempo con nosotros y nuestros pensamientos. Por eso es normal que muchos se sientan agobiados pues lo que intentan es evitar centrarse en sí mismos. Esta situación nos ha ayudado a tener que sentarnos y escucharnos.

El otro día leí una frase que planteaba algo así como: «Y tú, ¿qué vas a hacer cuando todo esto pase?»... Pero la clave no es lo que vayas a hacer sino quién vas a ser después de esto. ¿Qué persona quieres ser después del coronavirus? Quieres ser una persona que elija dedicarse tiempo y cuidar de su salud mental o quieres ser alguien que viva en un bucle de negatividad y no acepte la situación... Decidir eso es importante.

Estar en el presente no es fácil porque nuestra mente está constantemente viajando del pasado al futuro sin parar.

Algo que ayuda a conectar con el presente es la meditación .

Y otra cosa que ayuda es tomar conciencia de si nuestra mente está programando el futuro o pensando en algo del pasado que nos frustre. Debemos tomar conciencia de ello para hacer lo más sano para nosotros, desde escribir a hacer deporte, o pintar, escuchar música o incluso llamar a algún amigo... Si nos dejamos arrastrar por los pensamientos sobre el futuro o sobre el pasado, no estaremos en el presente . Y nos lo estaremos perdiendo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación