Ansiedad

Guía para anular a los compañeros del trabajo «tóxicos»

Para evitar la influencia de las personas de nuestro entorno que nos agotan, debes conocer lo que te ayuda a recargar las pilas

La lista de cosas que nos agotan física y mentalmente es interminable
Raquel Alcolea

Raquel Alcolea

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Agotados, exhaustos, fatigados, reventados... A diario llegamos a casa en un estado catatónico del que cuesta salir. Quizá sea por falta de sueño, o porque hacemos demasiadas cosas a la vez, o porque no nos hemos alimentado de forma saludable, o quizá sea simplemente porque hemos sufrido la influencia de esos compañeros del trabajo «tóxicos» que acaban con nuestra paciencia y con nuestra energía.

Es probable que a cada persona le afecte más o menos esa influencia negativa del entorno, pero lo cierto es que son muchas las circunstancias que, en el día a día, nos dejan sin fuerzas. . ¿Te has parado alguna vez a pensarlo? Cuando le preguntamos a Mónica García, coach de liderazgo y fundadora de El Factor Humano, por todo lo que en el día a día nos puede llegar a agotar o incluso a sacarnos de nuestras casillas , la lista puede ser interminable: conversaciones basadas en la queja, la crítica y el desprecio; posponer o retrasar las tareas, no hacer lo que hemos dicho que vamos a hacer, pensar a destiempo en las decisiones cotidianas (qué tengo que comprar para la cena o para comer al día siguiente... es decir, la carga mental que está detrás del «síndrome del agotamiento» ), multitasking (hacer varias cosas a la vez), decir «sí» cuando queremos decir «no», autocastigo y autocrítica, dar vueltas a algo que nos pase sin pasar a la acción, querer controlar lo que escapa a nuestro control (comportamientos de otras personas), querer tener siempre razón, hablar o pensar sobre lo que podrías haber hecho en el pasado...

Todas esas pequeñas cosas (y otras muchas que quizá se te hayan ocurrido mientras lees este artículo) son las que van minando la energía, casi sin que nos demos cuenta. La buena noticia es que, igual que existen cosas que nos «vampirizan», también hay acciones y actitudes que nos recargan las pilas . La experta del Factor Humano las divide en cuatro tipos: aquellas que te renuevan la energía física, las que aumentan la energía mental, las que fortalecen la energía emocional y las que cuidan la energía espiritual.

¿Qué hago para tener más energía?

Para aumentar la energía física resulta útil, según explica Mónica García, hacer paradas durante el día de cinco minutos para estirar el cuerpo, hidratarte y respirar profundamente. «No esperes al final del día para descansar, renueva tu energía cada una o dos horas», aconseja.

Pasar al menos una hora del día al aire libre y dormir un mínimo de 7-8 horas (aunque creas que funcionas con menos) son hábitos que contribuyen a renovarte.

La energía mental también puede fortalecerse y para ello es importante que pongas el foco en lo que estás haciendo, trabajes en serie y tengas claro las prioridades. «Acaba una cosa antes de empezar la siguiente», propone la experta.

Otro aspecto que ayuda a tener más energía mental es centrarse en aquello que puedes controlar: tu actitud, la atención de tu mente y lo que puedes hacer en ese momento. «Si has dicho que ibas a hacer algo, hazlo. Es la mejor manera de despertar satisfacción», revela.

También es importante cuidar la energía emocional , pues lo queramos o no somos «sociales». Así, la experta afirma que la conexión con los seres queridos (dedicar tiempo a estar y a hablar con ellos) despierta sentimientos importantes como la pertenencia, la seguridad, la conexión y la intimidad.

La diversión debe formar parte de la vida, pues también alimenta la energía emocional. Dedicar tiempo a pasarlo bien, sin ningún otro objetivo que disfrutar, aumenta las ilusiones y la emoción.

Pero tampoco hay que olvidarse del tiempo a solas y en silencio , pues mirar dentro de nosotros contribuye a despertar la claridad y la paz interior. «Dedica unos minutos a apreciar el día y a apreciarte a ti, en lugar de repasar todo lo que has dejado sin hacer despertando una sensación de escasez y aumentando el estrés justo antes de dormir», propone García.

La energía espiritual se renueva dando sentido a lo que haces, eligiendo libremente las obligaciones, diciendo «no» cuando corresponda y poniendo límites saludables.

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