Cómo saber si el estrés que vives es bueno o malo

Para vencer el estrés negativo, hay que identificar las señales del cuerpo y cuidar la alimentación, el ejercicio y el descanso

Señales para detectar el estrés infantil

El estrés positivo ayuda a resolver los conflictos. El negativo, te bloquea.
Raquel Alcolea Díaz

Raquel Alcolea Díaz

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Madrugar, atasco, trabajo, reuniones, atasco, compra, niños, baño, cena, WhatsApp, Facebook, Instagram (suprime o añade lo que haya en tu vida a diario pues la ecuación da el mismo resultado: estrés ). Vivimos inmersos en tal espiral de actividad diaria que hemos normalizado el estado de alerta permanente . El doctor Víctor Vidal Lacosta, médico, investigador, especialista en Trabajo e inspector de la Seguridad Social asegura que hoy la sociedad menosprecia lo que provoca el estrés, a pesar de que, según revela, su efecto sobre el cuerpo es cinco veces peor del causado por el tabaco y el alcohol juntos. «Uno de los grandes errores que cometemos es considerar como cotidiano algo que es un problema de salud pública», sentencia. Así, afirma que el 90% de las enfermedades psiquiátricas están vinculadas al estrés.

Pero cuando hablamos de estrés es importante distinguir entre dos tipos de estrés. El positivo, denominado eustrés , que es el que nos permite relacionarnos con nuestro mundo interior y exterior sin desequilibrios orgánicos y el distrés , que es el estrés negativo o patológico, que puede causar un desorden fisiológico y, de alguna manera, ser el detonante de enfermedades. A la hora de evaluar qué puede causar estrés negativo o positivo, el experto indica que no es algo que se pueda objetivar: «El estrés bueno o malo lo determina cada persona». Sin embargo, hay una máxima que es válida para todo el mundo: «No podemos estar en estado de alerta las 24 horas del día», insiste el Dr. Vidal, que lleva más de 10 años investigando el estrés, los sectores en los que se da con más frecuencia, la relación del estrés con el cáncer y el tipo de alimentación y hábitos que hay que seguir para prevenirlo.

Señales o síntomas para preocuparse

Lo cierto es que en nuestro día a día tenemos tan «normalizados» los efectos del estrés que conviene poner el acento en aquellas señales de alerta que puede dar nuestro cuerpo. Algunas de ellas son, según revela el Dr. Vidal, los trastornos de ánimo (cambios bruscos o inesperados), trastornos alimenticios que llevan a ingerir alimentos de forma descontrolada ( obesidad rápida o anorexia ), patologías cardíacas, estados de ansiedad , cefaleas intensas, alopecia o incluso infartos . «Ha habido brokers (uno de los sectores que más acusa esta patología) que han muerto de estrés. He visto casos de cegueras momentáneas, pérdida de cabello, infartos, psoriasis, eccemas seborreicos, problemas digestivos y distorsión del sistema inmunitario», alerta.

«No podemos estar en estado de alerta las 24 horas del día»

¿Qué hago para reducir el estrés?

Tanto la alimentación como el ejercicio y el descanso son fundamentales para disminuir el riesgo de padecer estrés. Entre los alimentos positivos figuran, como destaca el Dr. Vidal, los anacardos, las almendras, el chocolate negro, el marisco, los espárragos, la naranja y el limón, el yogur, la avena y la manzanilla. En el otro lado de la balanza se situarían los alimentos que favorecen la aparición del estrés, si bien como aclara el Dr. Vidal esto no quiero decir que sean los «causantes». Entre los alimentos poco saludables se encuentran la bollería industrial, las grasas, las vísceras, los estimulantes, el alcohol y el exceso de azúcares.

Respetar las horas de descanso (hay que recordar que el distrés produce insomnio) y hacer ejercicio, especialmente yoga y pilates , son prácticas que contribuyen a reducir el estrés; así como las técnicas de respiración. Además, en el día a día el Dr. Vidal aconseja otras medidas para quitarse la «mochila del estrés»: delegar para resolver problemas, relativizar las dificultades y, sobre todo, pedir ayuda cuando se necesita.

Falta de presupuesto y, en ocasiones, de voluntad

El experto alerta de que el estrés es un problema de salud pública y ve imprescindible que sean las empresas las que protejan la salud mental de los trabajadores y pongan las medidas necesarias para prevenir. En este sentido hace un llamamiento para potenciar la investigación de herramientas contra el estrés. «Si abordamos cómo paliar el estrés, estaremos actuando sobre el germen del 90%d de las enfermedades», afirma.

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