Exhibicionismo

El exhibicionismo es una de las parafilias más comunes junto al fetichismo, el voyeurismo y la pedofilia. Se incluye dentro de los delitos contra la libertad sexual y está regulado en el artículo 185 del Código Penal que recoge que «el que ejecutare o hiciere ejecutar a otra persona actos de exhibición obscena ante menores de edad o incapaces, será castigado con la pena de prisión de 6 meses a 1 año o multa de 12 a 24 meses». Consiste en la tendencia compulsiva a mostrar los genitales a personas extrañas y del sexo opuesto, como medio para conseguir la excitación sexual.

El sujeto busca que la víctima tenga una reacción de sorpresa o de temor y suele terminar con la masturbación. Casi nunca existe un intento posterior de mantener una actividad sexual con la persona extraña y es muy raro que cometan violaciones. Aunque es una de las desviaciones más frecuentes, raramente buscan ayuda profesional salvo después de tener problemas con la justicia . En la mayoría de los casos, las víctimas son mujeres o niños.

Quienes practican el exhibicionismo, en lugar de buscar un encuentro sexual, lo reprime. La excitación sexual sucede cuando anticipa mentalmente la situación. Su desarrollo suele comenzar en la adolescencia y su aparición tiene que ver con la formación de aprendizajes inadecuado ya que se sustituye el estímulo sexual esperado por estímulos externos. En este sentido, se asocia un estímulo no adecuado a una fuerte activación sexual, lo que condiciona futuras ocasiones.

La mayoría de los exhibicionistas son hombres y muchos de ellos están casados aunque en muchos casos se trata de matrimonios conflictivos. Aproximadamente el 30% de los delincuentes sexuales masculinos detenidos son exhibicionistas . Entre el 20 y el 50% son detenidos más de una vez.