Mente

Eduardo Llamazares: «Somos adictos a pensar porque nos da miedo actuar»

El autor de «Mente, ¡déjame vivir!» da las claves para disfrutar de la vida sin sufrimientos inútiles

El doctor en Fisioterapia Eduardo Llamazares instagram/eduardollamazares
Melissa González

Melissa González

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La propia experiencia ha llevado a Eduardo Llamazares a escribir un libro de autoayuda, « Mente, ¡déjame vivir! » que sirve a aquellas personas cuyos pensamientos no les dejan llevar una vida satisfactoria. Doctor en Fisioterapia y «coach», Llamazares ha elaborado el manual con los ingredientes indispensables para librarse del poder de la mente , en muchas ocasiones perjudicial. Sus conocimientos y vivencias personales le han proporcionado las claves para reeducar la mente y disfrutar sin el sufrimiento generado por unos patrones aprendidos que en nada nos ayudan.

¿Por qué sufrimos tanto y nuestra mente no nos deja avanzar?

Pensamos que somos así y que es algo que no podemos cambiar porque es nuestra personalidad. La neurociencia nos ha demostrado que nuestro cerebro tiene la capacidad de modificarse y eso nos permite vernos a nosotros mismos de otra forma y a hacer cosas diferentes: ser menos perfeccionistas, dar menos valor a la opinión de los demás... Salir de la zona de confort cuesta pero es algo que nos produce muchos beneficios. El estrés que nos provocamos nosotros mismos es el responsable de enfermedades como el colon irritable, la ansiedad, la dermatitis, el insomnio...

¿Nos define lo que pensamos?

No tomamos decisiones libremente. No decidimos lo que pensamos o lo que hacemos desde la libertad, sino que lo hacemos desde una mente condicionada por el subconsciente y factores que no conocemos. Momentos determinados de nuestra infancia nos están condicionando porque son situaciones que se grabaron hace mucho en nuestra mente: bullying, una relación tóxica, un miembro de la familia exigente...

Hay factores rotundos que cambian bruscamente nuestra forma de pensar

Hay gente que cambia de pensamientos cuando algo importante les ocurre: un accidente, una enfermedad, una pérdida... Cambian sus valores y empiezan a ver la vida de otra forma, exigiéndose menos, cuidándose más... Y todo gracias a un hecho muy grave. ¿Por qué tiene que suceder algo así en nuestra vida para que cambie nuestra mentalidad? La mente nos puede hacer mucho daño.

¿Dar importancia a cosas que no han sucedido define nuestros miedos?

Efectivamente. Nuestra mente utiliza la imaginación para crear escenarios que no nos gustan, una forma de prevenirnos y la base de la ansiedad. Sufrimos inútilmente por cosas que quizás nunca van a pasar. Pero nuestra mente, desde la infancia, aprendió a que teníamos que controlarlo todo. Decidimos aprender a generar un sufrimiento por adelantado. Nuestra mente no distingue la realidad de lo que no sucede y por eso surge la ansiedad. Vivimos desde el miedo y eso nos genera estrés porque pensamos que no vamos a saber gestionar lo que nos venga en un futuro cuando en realidad tenemos los recursos para enfrentarnos a ello. El miedo nos agota, estamos en tensión, dormimos menos horas, afecta a nuestro sistema inmune... Nos hemos hecho adictos a pensar porque nos da miedo actuar.

Es anticiparse y tratar de asimilar con tiempo algo que puede pasar o no

Eso es, y lo que se logra con esto es evitar tomar decisiones. En vez de llevar a cabo actos o conversaciones con determinada persona, llevar las riendas, seguimos dando vueltas a nuestra mente y seguimos con ese miedo. No estamos haciendo nada por cambiarlo. ¿La solución? Detectar esta forma de ver la vida e innovar. Empezar a actuar con pequeños pasos para ver qué ocurre y nuestra mente asimilará que podemos mostrarnos tal cual somos.

¿Por qué tenemos sentimiento de culpa en lo ajeno?

Son patrones aprendidos que vienen de la infancia. Generalmente en la infancia no se nos potenció nuestra autenticidad ni el desarrollar nuestra personalidad. Se pretendía que encajásemos en un molde: sacar buenas notas, ser el mejor de la clase... Se nos ha educado mucho desde la comparación y hemos aprendido a que necesitamos cumplir las expectativas de los demás y sentirnos responsables de lo que les ocurre al resto cuando realmente es algo que depende de muchos factores y no de nosotros.

El gran problema de las personas muy mentales es que ponen el foco en los demás y no en sí mismos. Nos preocupa lo que opinan de nosotros los demás, y no consideramos tan importante sentirnos a gusto nosotros con lo que hacemos o con lo que somos. Damos mucha importancia a la opinión ajena y no a lo que necesitamos para sentirnos bien.

¿La crítica nos aleja del bienestar?

Estamos reforzando a que nuestra mente busque lo negativo de otras personas e irremediablemente busque también lo negativo nuestro. Estamos generando una toxicidad de ver lo malo constantemente. Nuestro entorno nos influye y hace que nuestra mente piense de una forma u otra porque se refuerza en determinadas conductas. Se nos olvida que hay cosas maravillosas en esa persona o situación y hay que compensar buscando siempre algo positivo. ¿Cuánta toxicidad estás dispuesto a dejar entrar en tu mente?

¿Nos define lo que opinamos de los demás?

Estamos acostumbrados a ver nuestros defectos y al verlos en otras personas se hace un efecto espejo. Tendemos a ver en los demás cosas que incluso nosotros no tenemos o nos falla. Si te molesta que una persona sea muy alegre, por ejemplo, posiblemente es porque a ti te cuesta serlo y mostrarlo.

¿Perdonar y pedir perdón nos libera la mente?

«¿Los pensamientos que estoy teniendo me ayudan a sentir paz?». Si respondes a esa pregunta vas a tener mucho más claro tu objetivo en la vida. Es mantener tu mente anclada al pasado. Aquí surgen los problemas de la sociedad: la depresión por un lado y la ansiedad por otro. Por un lado estamos mucho en el pasado: bullying, enfados de familia, y también estamos pensando constantemente en el futuro, que nos genera estrés. El desapego es algo maravilloso que podemos practicar, dejando atrás cosas del pasado y decidir cómo queremos sentirnos a partir de ahora con lo aprendido por la experiencia. Es elegir entre tu bienestar o centrarte en algo en lo que ya no tienes control.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación