Psicología

Para grabarse a fuego: decir gracias aumenta la felicidad

Consultamos a los expertos si la gratitud tiene efectos sobre el bienestar emocional y físico

La palabra gracias, escrita en varios idiomas
Raquel Alcolea

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¿Sabías que ser agradecido puede hacer que seas más feliz? Un acto tan simple como dar las gracias puede ayudar a reducir el estrés , alejar la depresión y mejorar la salud en general, además de aportar mayores cotas de felicidad. Tal como recordaba hace unos días la psicóloga Patricia Ramírez en su blog «El lunes empiezo» las claves de este fenómeno las dio el profesor Robert Emmons de la Universidad del Sur de California en su estudio «Correlaciones neuronales de la gratitud». Los resultados de su investigación demostraron, según revela la psicóloga, que la actitud de agradecer «produce resultados positivos importantes: satisfacción, vitalidad, felicidad, autoestima, optimismo, esperanza, empatía y deseos de ofrecer apoyo emocional y tangible a otras personas ».

También hace referencia al profesor Emmons al hablar de los beneficios del agradecimiento la experta en desarrollo personal, María Fernández, que en su obra «El pequeño libro que hará grande tu vida» detalla que este experto llegó a comprobar que el 88% de pacientes hospitalizados con tendencias suicidas aumentaron sus cotas de optimismo en un 94 % tras escribir una carta de gratitud a sus seres queridos. «Estos estudios demuestran que quienes practican el agradecimiento son más optimistas , más felices, sus relaciones sociales son más fuertes y presentan menos síntomas de enfermedad. Los índices de estrés bajan un 23% aproximadamente al dar las gracias, porque disminuye la presión arterial y también porque dormimos mejor», apunta Fernández, que en sus sesiones invita a practicar el agradecimiento con regularidad.

Pero cuando hablamos de la gratitud o de agradecer y de sus efectos terapéuticos, la psicóloga Laura Chica, autora de «365 citas contigo» o «¿Quién eres tú?» hace una precisión, pues para ella el agradecimiento que realmente aporta beneficios para el bienestar no tiene tanto que ver con la acción externa de «dar las gracias», sino con el hecho de «sentir las gracias». Así, la piscóloga defiende la idea de gratitud como sentimiento interior y no como proyección exterior. De ahí la creación de su obra «Una cita contigo cada día: Diario a 3 años», donde invita a que cada persona haga cada día su ritual de agradecimiento escribiendo aquello que ha merecido la pena de su día. «Es importante pararse a sentir agradecimiento cada día y dedicar el último pensamiento o la última actividad del día a reflexionar y dar las gracias por todo lo bueno que has vivido», propone. La experta asegura que se ha demostrado que esta práctica diaria aporta resultados positivos tanto desde el ámbito de las emociones, como de la salud: «Si hacemos nuestro ritual de gratitud cada día nos daremos cuenta de que en realidad tenemos una vida mejor de lo que creemos y que lo que nos pasa es que somos expertos en enfocarnos en lo negativo y en lo complicado o en el problema, en lugar de esforzarnos por ver lo positivo de todo aquello que estamos viviendo», argumenta.

Para la psicóloga Laura Chica algunas de las investigaciones más reveladoras sobre los beneficios del agradecimiento son las que realizó Martin E.P. Seligman, psicólogo de la Universidad de Pennsylvania. Sus estudios revelaron que el grupo al que se le pidió escribir una carta de agradecimiento a una persona por la que sintiera una gratitud especial sintieron un mayor bienestar, tanto físico como emocional.

Otro trabajo que muestra una vinculación directa de la gratitud con la felicidad fue el que llevó a cabo Sonja Lyubomirsky, licenciada en psicología por Harvard y doctorada en psicología social por Stanford, cuyos estudios en torno a la felicidad mostraron que las personas que entrenan a diario su gratitud son las que sienten una mayor felicidad .

Rituales de agradecimiento

Puede hacerlo cada mañana al levantarte, o antes de acostarte o incluso en la oficina, de camino al trabajo, o mientras esperas el autobús o incluso en un atasco. Cualquier momento del día es bueno para hacer tu propio ritual de gratitud . De hecho, no tenemos por qué hacerlo solamente cuando nos sintamos bien, pues tal como afirma la coach María Fernández «también es importante hacerlo en los momentos en los que la cosa vaya mal para cambiar nuestra energía y aumentar nuestro ánimo predisposición y confianza a la hora de mejorar».

Tampoco tiene por qué ser muy elaborado, puedes empezar por algo sencillo. Desde escribir un mensaje o carta agradeciendo a alguna persona algo que haya hecho por ti o para ti, hasta dedicarte esos minutos al día a pensar por qué te sientes agradecido con lo que la vida te ha puesto delante ese día, pasando por cambiar la mirada de modo que valoremos tanto lo que los otros hacen por mí como lo que he hecho yo por los demás. En este sentido, la autora de «El pequeño libro que hará grande tu vida» invita a recordar que una de las cosas buenas que tiene el hecho de sentirse agradecido es que no es compatible con sentirte desgraciado pues cada emoción genera en nuestro organismo químicas distintas.

Por su parte, la psicóloga especializada en mindfulness , Belén Colomina , reveló durante su participación en el Abecedario del Bienestar (Con «R» de Relajación) , que el hecho de dedicar unos minutos cada día a repasar lo que ha acontecido durante el día (momentos de amabilidad, de gratitud, detalles bonitos y buenos, todas aquellas pequeñas cosas que nutrieron tu día...) y a dar las gracias (elige al menos tres cosas que puedes agradecer cada día) por lo que hemos vivido es una práctica que ayuda a conectar con nosotros mismos y a desconectar el «piloto automático» para entrenar nuestra mente de modo y sentirnos mejor con nosotros mismos.

Del mismo modo Javier Iriondo , experto en desarrollo personal y autor de «La vida te está esperando», animó en el podcast de «Abecedario del Bienestar» (con la P de presente) a conectar con nuestro presente siendo conscientes de lo que vivimos cada día y agradeciéndolo, evitando así que el pasado condicione nuestro futuro. «Agradecer lo que la vida te ha puesto en el camino te ayuda a reconciliarte con el pasado y con el futuro», revela.

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