Caso ERE Andalucía

El sindicato Manos Limpias y el «numerito» de la cabra en el juicio del caso ERE

El letrado de esta acusación recurre al refranero popular para clasificar a los acusados y cuestiona su proclamada ignorancia

Los letrados de la acusación. Rafael Prieto, abogado de Manos Limpias, es el primero por la derecha POOL

Antonio R. Vega

El letrado del sindicato Manos Limpias tiró ayer del refranero popular para cuestionar la ignorancia proclamada por veinte de los 21 ex altos cargos de la Junta de Andalucía a los que acusa sólo de prevaricación tras retirar el delito de malversación contra 15 de ellos en el juicio del caso ERE. Con esto «no digo que los acusados son inocentes», pero «prefiero equivocarme por defecto antes que por exceso», se justificó el abogado Rafael Prieto.

Para ilustrar lo ocurrido, el letrado de esta acusación se remitió a un refrán que «dice que tanta culpa tiene el que mata la cama como el que la agarra por la pata». Partiendo de esta tesis, en su informe final, repartió los papeles entre los encausados de la siguiente forma: « Tenemos a los que mataron a la cabra, a los que le agarraron la pata , los que miraron y los que no quisieron mirar». Excluyó y exculpó al exinterventor general de la Junta Manuel Gómez Martínez al que calificó de «verso suelto para bien y para mal».

Aunque aseguró que Gómez Martínez «se ha equivocado y mucho», sus errores «pueden sancionarse perfectamente desde el Derecho Administrativo». También retiró su acusación contra Chaves por prevaricación , aunque dio a entender, a renglón seguido, que el expresidente sabía lo que estaba pasando.

«Se despistan casi mil millones de dinero público pero aquí nadie se percata de nada. Yo no me puedo creer que veinte servidores públicos de elevado rango , que son inspectores de trabajo, médicos..., no se enteren de nada como si fuera una incapacidad endémica», cuando era «vox populi».

Pese a su cuestionada ignorancia, Rafael Prieto hizo hincapié en que los altos cargos tuvieron que hacer frente «de un modo creativo» a situaciones de emergencia como eran el cierre de grandes empresas, entre las que citó Boliden, Delphi, los astilleros de Cádiz y la Faja Pirítica de Huelva. Pero lo hicieron «al margen de la ley», « arriesgando sus vidas políticas, personales y profesionales » y «sin ganar nada en absoluto para resolver problemas de los ciudadanos en un mal entendido servicio colectivo», aseguró.

Como si se tratase de una homilía, el abogado del sindicato hizo una llamada a la «misericordia, que siempre debería estar presente». Y remató su informe final con una reflexión a medio camino entre la filosofía y la moralidad: «Como sociedad mal nos irá si sólo usamos el sistema judicial para expresar el rechazo frente a determinadas personas con penas largas y severas».

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