Hablan los testigos directos del fraude de las listas de espera de la Sanidad andaluza

ABC recopila testimonios de usuarios del SAS afectados por la demora. La lentitud del sistema genera el agravamiento de sus procesos

Los relatos de pacientes que esperan su turno para ser operados por el SAS son desgarradores Álvaro Carmona

S. Fernández (Cádiz), Rosa Font (Huelva), Javier López (Jaén), J.J. Madueño (Málaga) y Leo Rama (Granada)

La trastienda de la lista de espera real desvelada por el nuevo Gobierno andaluz encierra historias humanas de dolor y desesperación que no admiten demora . Los testimonios de los pacientes perdidos en la maraña administrativa del SASrezuman indignación pero también son un diagnóstico de problemas a los que tienen que responder los nuevos gestores de la sanidad pública andaluza.

Unidad del Dolor

Balbina Pérez tiene 38 años y es de La Línea de la Concepc ión. Tiene varias hernias discales en la columna vertebral y sufre unos tremendos dolores que la tienen prácticamente incapacitada. Lleva desde el 5 de diciembre de 2017 esperando a ser tratada en la Unidad del Dolor. Tras una crisis de lumbalgia tuvo que aguardar seis meses a que la vieran en Rehabilitación. Fue en diciembre de 2017. En mayo del año pasado y tras cancelarle varias citas porque no había especialista, la vio el neurólogo, que la derivó a Cádiz por vía preferente. «Me recibieron el 29 de agosto y me dijeron que no me podían operar toda la espalda. La única solución me decían es la Unidad del Dolor», explica.

«Los dolores son insoportables, me producen taquicardia, me sube la tensión y no puedo hacer nada. Estoy desesperada. Es inhumano lo que están haciendo con nosotros. Llevo un año y tres meses esperando con unos dolores tremendos, sin poder trabajar y sin poder hacer prácticamente nada, pero no me llaman. En enero fui por mi cuenta al hospital Puerta del Mar y expliqué mi caso. La Unidad del Dolor del hospital de Algeciras está prácticamente cerrada por falta de personal. En Cádiz se quedaron con mis informes y sigo esperando a que me llamen», comenta. Balbina sólo quiere recuperar calidad de vida «y dignidad. No le deseo a nadie lo que estoy pasando».

Neurología

Manuel Serafín es natural de Tarifa y tiene 54 añ os. En agosto de 2017 empezó a sentir que los brazos se le quedaban dormidos y fue a su médico de cabecera. «Me tuvo con antiinflamatorios y diazepam diez meses hasta que me vio el fisioterapeuta en junio del año pasado. En ese tiempo ni siquiera me habían hecho radiografías. Entonces me las hicieron, así como una resonancia, que dieron como resultado serios problemas de cervicales».

Manuel trabajaba en Gibraltar, en un horno, pero su estado empeoraba. «Me resultaba ya imposible seguir trabajando donde estaba y me cambiaron de puesto. Cada vez estaba peor y consumí todas las bajas médicas. Caí en depresión y dejé el trabajo».

Ha esperado ocho meses a ser atendido en Neurología, —la cita fue el 4 de febrero— donde aseguran que le han recetado un tratamiento para la epilepsia «que me está sentando fatal y que he tenido que dejar porque me provoca palpitaciones y unos dolores de cabeza tremendos. No soy epiléptico. Estoy cada vez peor. No sé qué voy a hacer».

Cáncer

Susana Ruiz es de La Línea de la Concepción y se queja de la situación que está soportando su madre, de 69 años, a la que le han diagnosticado un cáncer. «Mi madre comenzó en noviembre de 2017 con problemas de diarrea. La tuvieron meses liada diciéndole que era gastroenteritis o intolerancia a la lactosa . Iba a cada instante al médico, estaba cada vez peor, muy deshidratada y con anemia, y la llevamos a Urgencias en agosto del año pasado. Allí le dijeron que era gastroenteritis», relata.

A finales de ese mismo mes la vieron en Digestivo y le encargaron una colonoscopia y una endoscopia de modo preferente. «Pasaban los meses y mi madre seguía sangrando y vomitando, cada vez peor. Tardaron cuatro meses en llamarla para hacerle las pruebas. Fue el 28 de diciembre y le dijeron que tenía un tumor bastante grande. Desde entonces le están haciendo pruebas y la semana pasada la vio el oncólogo por primera vez».

El Servicio Andaluz de Salud (SAS) le ha dado cita para junio de este año

Toda la familia

Alberto es un jiennense 34 años con un problema de sobrepeso. En 2018 su médico de cabecera realizó el papeleo digital pertinente para que el joven fuera reconocido en la consulta de un nutricionista del complejo hospitalario de Jaén. El Servicio Andaluz de Salud (SAS) le ha dado cita para junio de este año, lo que, para Antonio, padre de Alberto, es un despropósito porque mientras tanto su hijo sigue sin saber a qué atenerse en su alimentación.

Además de padre de Alberto, Antonio es el marido de Juana, cuyo médico de cabecera pidió para ella cita el pasado enero para que le realizaran radiografías en ambos brazos, a fin de determinar el origen de las molestias que siente en las articulaciones. El SAS aún no ha fijado una fecha para la cita y es previsible que no reciba la notificación en los próximos días, dada la carencia de especialistas de radiología del complejo hospitalario de Jaén.

Ambos engrosan las listas de espera del principal hospital jiennense, cuyas cifras reales, omitidas por el anterior Gobierno socialista de la Junta de Andalucía, explican la tardanza en citar a los pacientes. Antonio se plantea, a imitación de lo que hacen decenas de personas a diario, agilizar los trámites al español modo. Esto es, optar porque su mujer y su hijo acudan al servicio de urgencias.

Cataratas

Rafael Arias, onubense, lleva más de un año esperando una operación de cataratas que no llega y lo mantiene prácticamente encerrado en su casa, sin poder salir si no va acompañado ni hacer gestión alguna. «Estoy muy torpe, veo muy poco», se lamenta.

Ha tenido varias patologías en los últimos años y la malas noticias por su vista le llegaron hace unos 14 meses: había que pasar por quirófano irremediablemente. «No puedo conducir, me llevan a todos sitios cuando lo necesito, no puedo hacer nada».

En su última visita al oftalmólogo en su centro de salud le dijeron que había empeorado y, de momento y pese a sus intentos, solo tiene del SAS la carta tipo que se envía a los usuarios que se arman de paciencia en largas colas para poner una queja.

A sus 61 años le han recetado hasta una silla de ruedas para combatir sus dolores en las rodillas.

Francisco Limón comenzó su calvario en 2016 y aún continúa esperando una solución. Es enfermero en Málaga y a sus 61 años le han recetado hasta una silla de ruedas para combatir sus dolores en las rodillas. Eso mientras espera a operaciones que tardan casi 3 años en llegar y cuya demora genera más problemas que deben ser tratados. A Francisco le diagnosticaron artrosis bilateral en una rodilla, ahora tiene afectadas las dos y un tobillo sin que haya solución médica.

El dolor era insoportable y ha ido a trabajar con un bastón. Pruebas, espera, traumatólogo, más espera, fisioterapeutas de los que no ha recibido sesiones, sino un simple papel con ejercicios. La operación no llegaba, pero el problema iba degenerando. Lo que empezó en una rodilla continuó en la otra y ahora también el tobillo . «Es degenerativo y por el dolor fuerzas más la otra. Por lo que acaba apareciendo el problema en otras articulaciones», señala Limón, que dice que el remedio es una prótesis.

El pasado enero, por fin, le hicieron la primera operación de rodilla. Ahora sigue a la espera de la segunda, como reconoce, y que le evalúen el tobillo, que empeora por el retraso en las intervenciones. Sin embargo, los problemas no acaban aquí. La rehabilitación de la primera operación la está costeando él mismo con fisioterapeutas privados.

La evaluación de los problemas es otro calvario en el que denuncia que no hay seguimiento. Francisco dice que nunca lo ve el mismo traumatólogo. «Así es muy difícil que haya seguimiento y la enfermedad avanza» , lamenta Limón, que asegura que le han recetado unas plantillas cuando ya las llevaba puestas o que le han repetido pruebas para diagnóstico, con la espera que eso conlleva.

Y en este punto, Francisco estuvo de baja, pero debido a las demoras lo tuvieron que dar de alta. «Me dijeron que fuera a trabajar en una silla de ruedas», añade este enfermero, quien señala que le dan de alta y luego de baja, mientras espera una evaluación definitiva de incapacidad laboral ya que la sanidad pública no llega a tiempo de solventar sus males.

Escoliosis

Miguel Díaz, granadino, tiene 28 años. «Mis dolores de espalda empezaron a los 16. Iba al colegio y no podía cargar con la mochila. El médico me hizo una radiografía y me dijo que tenía escoliosis, pero que no supondría problemas. Nada fuera de lo normal. Pero yo iba teniendo crisis, épocas de no poder levantarme. Fui muchas veces al médico. Te ven cinco minutos, te preguntan cuatro cosas… Siempre me mandaban rehabilitación, pero de rehabilitación no me han llamado desde que estoy en lista de espera , hace cuatro años. La cosa se ha ido agravando progresivamente. No puedo estar de pie más de media hora. Si lo hago es cuando tomo un relajante muscular y sabiendo que recuperarme me costará unos días. Ahora mismo estoy estudiando. No tengo problemas, pero hay muchas actividades físicas que no puedo hacer. Muchas. Tuve una crisis fuerte en 2017. Entonces, a través de un amigo, localicé a un médico de prestigio en la sanidad pública y fui a su consulta privada. No es barato, pero es un hombre con experiencia y le estoy agradecido porque ahora sé lo que tengo. Me hizo pruebas y confirmó que padecía un desplazamiento de la vértebra. Me dijo que me tenía que operar, que eso va a más y que lo contrario sería un problema gordo en el futuro . No se lo esperaban ni mis padres ni el médico de cabecera. Eso fue hace un año. Me dijo que me operarían en un hospital público en seis meses, pero pasó septiembre y a mí no me llama nadie… Ahora, por medio de un contacto, se supone que han metido mi nombre en la agenda para operarme en mayo, pero yo no me fío. Ojalá. A ver».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación