Irene Sabalete, ex elegada de Empleo de Jaén, exculpada del caso Formación
Irene Sabalete, ex elegada de Empleo de Jaén, exculpada del caso Formación
TRIBUNALES

Los exculpados del caso Formación alzan la voz

Piden un resarcimiento por el daño que según aseguran han sufrido

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Han estado un año y medio callados y en el punto de mira de la Justicia por el fraude de los cursos de formación. Ahora alzan la voz para pedir un resarcimiento por el daño infligido. Tres excargos de la Consejería de Empleo que han dejado de estar imputadas en la pieza política del caso, archivada por la juez María Núñez Bolaños, se presentaron ayer como «víctimas» de una cacería política y dirigieron dardos verbales contra el Gobierno central; la magistrada que las interrogó, Mercedes Alaya, y la Guardia Civil, que ordenó su detención dentro de la «operación Barrado» el 24 de marzo de 2015.

Irene Sabalete, la exdelegada de Empleo en Jaén que saltó a la fama por arengar a sus subordinados a hacer campaña por el PSOE —«si no ganamos las elecciones no vais a seguir trabajando en la Junta de Andalucía»—, mostró «alegría pero también rabia» por la «injusticia» que supuso su arresto.

Calificó de «peliculera» su declaración ante la Guardia Civil y retrató a Alaya como «distante, fría y un poco intimidante». «Yo haré todo lo que legalmente pueda en contra de este atropello» porque «nos han machacado personal y profesionalmente», desafió.

La exdirectora general de Formación, Teresa Florido, cuñada del exconsejero Ángel Ojeda —uno de los principales beneficiarios de ayudas— ve imposible «el resarcimiento del daño» causado por una actuación contra «un gobierno de un signo distinto al que hay a nivel central». Florido amenazó con emprender actuaciones contra los responsables y destacó que la tesis de la red clientelar sostenida por Alaya es «una teoría conspiratoria que se han inventado» y que «sólo se lo cree una mente compleja». «Se nos metió en un calabozo con una letrina en el centro, donde no podíamos hacer nuestras necesidades mínimas, y a algunas mujeres se nos despojó de prendas íntimas», relató Florido, que sigue investigada en otra de las piezas de formación.

La exdelegada almeriense Francisca Pérez Laborda, por último, no duda de que se trató de «un proceso político por la forma en que se ha llevado». De Alaya no guarda buen recuerdo: «Ni siquiera nos miró a los ojos ni a la cara», aseguró ayer en Canal Sur. «La honra y el honor es lo único que tengo, que te la tiren por el suelo de esa manera, eso no tiene perdón», se lamenta.

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