Enric Millo: «Andalucía tiene que levantar la bandera de la concordia y la unidad en España»

Lleva ocho meses de Secretario General de Acción Exterior del Gobierno regional y trabaja para potenciar el papel exterior de la comunidad

Enric Millo Vanessa Gómez

S. Benot

Recibe a ABC en la Casa Rosa donde ocupa el despacho que tuvo Manuel Chaves los años que duraron las obras en el Palacio de San Telmo. Es la primera vez que concede una entrevista desde que llegó a Andalucía donde hace ocho meses fue nombrado por Juanma Moreno como Secretario General de Acción Exterior . Fue su vuelta a la vida pública tras cesar como Delegado del Gobierno en Cataluña, cargo que ocupó los meses del clímax del proces, y donde fue el encargado de aplicar el artículo 155 de la Constitución.

Entiendo que ha dejado atrás los tensos momentos que vivió en Cataluña en 2016 y 2017 ¿Ha podido cerrar ese capítulo?

Cerré el capítulo político cuando cesé como Delegado del Gobierno en Cataluña tras la moción de censura del 1 de junio de 2017. Estuve como máxima autoridad durante los ocho meses que duró la aplicación del 155; ocho meses en los que en Cataluña no había presidente de la Generalitat, no había presidente del Parlamento y la máxima autoridad era el delegado del Gobierno de España. La cerré lamentablemente porque tenía mucha esperanza puesta en el post 155, en que se pudieran arreglar las cosas. Pero hubo un cambio de Gobierno que tomó otras decisiones en relación con el independentismo catalán. Y ahí estamos. Hasta aquí hemos llegado. Fue un honor como catalán defender la unidad de España y servir a mi país; volví a mi actividad profesional como economista pero un año más tarde el presidente del Gobierno de Andalucía me propuso incorporarme aquí y para mí poder seguir sirviendo a España y hacerlo desde el Gobierno en Andalucía es un privilegio.

¿Tenía que dejar Cataluña o se marchó porque surgió esta posibilidad?

Estaba rehaciendo mi vida en Cataluña personal y familiarmente. No puedo negar que en Cataluña el mundo secesionista, independentista, es muy sectario, muy intransigente, muy intolerante con las ideas de los demas. Ese sector social independentista me complica un poco la vida. Cuando voy allí sigo con escolta, por la calle ando entre insultos, amenazas; un trato desagradable por parte de ese sector. Luego hay otra mayoría social, catalanes que son gente de bien, que me tratan muy bien.

¿Ha percibido un trato diferente en Andalucía?

Totalmente. Es una maravilla. La había había visitado mucho pero tengo que confesar que es una tierra que enamora; su gente, el clima, la amabilidad, la simpatía, el carácter integrador, acogedor. Me siento muy bien acogido. Mi esposa, que se está recuperando de un ictus que sufrió a consecuencia de todo esto, aquí se recupera muy bien mientras que allí le cuesta más. No puede trabajar todavía pero cuando viene aquí conmigo se encuentra muy bien, sale a la calle y el espíritu, la tranquilidad, la paz que se respira, el trato de la gente, la amabilidad... allí mi familia no recibe ese trato.

No percibe por lo tanto un rechazo a lo catalán.

Todo lo contrario. Yo creo que hay que diferenciar claramente entre lo que significa ser catalán, vasco, gallego, extremeño o valenciano, y lo que es ser secesionista, independentista, separatista. No percibo un ánimo de anticatalanidad. Creo que Andalucía es un ejemplo de espíritu integrador, que favorece la convivencia y la concordia entre las personas. Y esto se vive en Cataluña porque los andaluces allí defienden sus raíces, la concordia y sus tradiciones pero también sienten la catalanidad. Andalucía aporta al conjunto de España y es un ejemplo de concordia y convivencia entre españoles sean de donde sean porque es mucho más importante lo que compartimos que lo que puede diferenciarnos por nuestras tradiciones.

¿Y no teme que se identifique a todos los catalanes con los independentistas?

Hay riesgo de confundir el independentismo con el ciudadano de Cataluña. Es importante recordar siempre que la mayoría social catalana no es independentista. El Gobierno catalán no es un Gobierno que representa al pueblo de Cataluña como dicen ellos; representan a una parte de catalanes que quieren romper con España y es una tragedia para mucha gente que lo vive con inquietud y preocupación. Esta gente tiene mayoría en el Parlamento porque la Ley Electoral juega en contra de esa mayoría social. En el Gobierno de Cataluña hoy no se defiende a todos los catalanes. Yo tengo la suerte de estar ahora aquí como Secretario General de Acción Exterior y una de mis funciones es la relación con los andaluces en el exterior, no sólo en España sino también en el resto del mundo. Hay tres millones de andaluces repartidos por el mundo y, dentro de España, Cataluña es la primera comunidad con presencia de andaluces, más de un millón, y además, perfectamente organizados, con sus entidades culturales, sus hermandades rocieras... Me encanta. Toda la vida he ido a los cambios de varas; me emociona cantar la Salve Rociera en Cataluña y soy catalán de nacimiento. Andalucía, y yo desde aquí, podemos jugar un papel importante para proyectar al resto de España y muy especialmente a Cataluña, ese espíritu integrador, de unión, convivencia y concordia que tiene que prevalecer entre todos los españoles porque somos todos iguales, da igual donde hayamos nacido.

Eso que dice está bien como objetivo político...

Forma parte de la conciencia del actual Gobierno.

¿Pero es factible con el Gobierno del Estado y los apoyos que necesita el presidente del Gobierno de ERC, por ejemplo?

La configuración del actual Gobierno de España con el apoyo de aquellos que tienen como objetivo romper España, es un obstáculo. Es evidente. Lo cual le da más importancia todavía a lo que defiendo para Andalucía. Ante ese obstáculo alguien tiene que jugar ese papel; Andalucía tiene que levantar la bandera de la unidad, la concordia, la convivencia. Es la región más grande de España y la que tiene más gente en Cataluña. Puede jugar ese papel porque hoy es el ejemplo de estabilidad, de certidumbre, de crecimiento, de atracción de inversiones. Es el ejemplo de lo que debería ser España pero, lamentablemente se ha configurado un Gobierno que cuanto más populista, mejor y con unas ideas económicas muy complicadas para atraer inversiones y generar empleo. Es un Gobierno de España apoyado en quien no cree en ella.

¿Entiende entonces que hay solución?

Yo de carácter soy optimista. Si no lo fuese con todo lo que me ha pasado...(risas) pero hay que estar muy atentos y con actitud vigilante de qué es lo que va a pasar porque yo soy de lo que sospecha que los acuerdos que hemos visto escritos en papel, que ya son muy preocupantes, se quedan cortos con lo que seguramente se haya hablado en esas mesas de negociación. Conozco muy bien a qué juegan los de ERC o JxC y ya no nos pueden engañar.

En este escenario, Andalucía tiene todas las papeletas para salir perjudicada.

El Gobierno de España tiene enfrente a un Gobierno que va a defender Andalucía. Aquí nadie quiere ser más que los demás pero no se va a permitir que sea menos de ninguna manera. No es necesario gritar ni insultar a nadie para que esto se entienda. Aquí se va a defender siempre que todos somos iguales y no se pueden permitir privilegios porque los servicios públicos son para todos, para cada español esté donde esté. Si el presidente del Gobierno de España tiene la tentación de caer en esa trampa, vamos a estar enfrente para no permitirlo porque el Gobierno de Andalucía está presente en todas las conferencias estatales.

Eso si no hay relaciones bilaterales.

En España los acuerdos que afectan a todos se toman entre todos. Es engañoso ese discurso de que sentarse a hablar con Torra es diálogo. No, perdón. Diálogo es lo que hay en Andalucía que se habla con las fuerzas políticas, los agentes sociales y económicos, las entidades, las asociaciones, con el Gobierno de España, con los países del exterior, con Marruecos, con Portugal, con Bruselas, con todo el mundo. Sentarse a hablar con quien quiere romper España no es dialogar es otra cosa, podría ser (y ojo que no lo afirmo) someterse a un chantaje. Alguien tendrá que coger la antorcha para evitar que esto pase y ese papel Andalucía lo va a jugar.

¿Cree que será posible resolver el sistema de financiación autonómica?

Es que es imprescindible porque hay elementos del modelo de financiación que hay que corregir. Es evidentísimo. Este es un instrumento clave para garantizar la igualdad de todos los españoles. La prestación de salud, de educación, de los servicios sociales, de todo, tiene que ser la misma para cualquier español. Y esto no se contradice con la gestión de las autonomías y la mejora de la calidad de vida. Lo tiene que garantizar el modelo de financiación y eso no se resuelve en una mesa bilateral sino en el Consejo de Política Fiscal y Financiera donde están todas las comunidades sentadas y se acuerda lo que afecta a todos. Esto es una exigencia legítima y una obligación que tiene el Gobierno de España.

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