RESCATE

Salvan a una joven que se había adentrado en el mar en Fuengirola tras reñir con su novio

Los polícias nacionales la encontraron gritando «¡Me quiero morir! ¡Te odio!» en la madrugada del miércoles

MÁLAGA Actualizado: Guardar
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Era noche cerrada y apenas podían ver más allá de unos palmos. El agua, a pesar de la cálida primavera, estaba tremendamente fría y entumecía los músculos. La situación era crítica. La joven, tras gritar en inglés «¡Me quiero morir! ¡Te odio!», desapareció en el mar y los agentes no dudaron en jugarse la vida para rescatar la de ella. Tras nadar prácticamente a ciegas, pisotear erizos y luchar contra la resistencia de la víctima, lograron agarrarla y llevarla a la orilla.

Estos son los hechos que se produjeron la madrugada del miércoles en el municipio malagueño de Fuengirola y que tuvo por protagonistas a dos policías nacionales que salvaron de morir ahogada a una joven de origen finés que previamente había discutido con su novio.

La actuación policial se precipitó sobre las 6:30 en la playa de Carvajal, después de que la Sala del 091 recibiese una llamada en la que un joven informaba de que su novia se había adentrado en el agua y que no sabía nadar.

Los agentes adscritos a la Brigada de Seguridad Ciudadana se desplazaron con celeridad al lugar y se encontraron con un individuo que confirmaba la información inicial y que les indicaba el lugar en el que se encontraba su pareja sentimental.

La chica, completamente vestida, se encontraba dentro del agua, a pesar de que el novio había advertido de que no sabía nadar, según informaron distintas fuentes consultadas por este periódico. Los policías, al constatar que la mujer se encontraba presa de un estado de nerviosismo, trataron de calmarla y que saliese, aunque ésta hizo caso omiso y siguió adentrándose en el mar.

«¡Me quiero morir! ¡Te odio!», gritó antes de que el agua comenzara a cubrirle la cabeza, por lo que uno de los agentes decidió lanzarse al agua. Debido a la oscuridad, sólo podía ubicar a la víctima con el ruido que hacía al bracear. A pesar de ello, llegó a alcanzarla y agarrarla para llevarla a tierra, pero la chica se escapó y se hundió; aunque el agente pudo volver a atraparla y rescatarla.

Una vez en la orilla, la mujer no se tranquiliza e intenta adentrarse de nuevo en el agua, teniendo que ser retenida por los policías nacionales. Una vez personados en el lugar, los servicios sanitarios la atendieron y la trasladaron a un centro hospitalario. El agente que se lazó al agua también tuvo que recibir asistencia médica debido a los numerosos pinchazos de erizo que sufrió durante el rescate.

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