Juan Lebrón recupera su primer documental, sobre el Torcal de Antequera

La magia de los paisajes del Torcal antequerano, como hace tres décadas que no se ve. Es el proyecto que tiene en marcha actualmente el productor de cine Juan Lebrón, que se encuentra remasterizando en Londres la que fuese precisamente su primera producción. Se trata de un gran documental realizado en 1986 dedicado a la paradigmática sierra de aspecto lunar de la población que lo vio nacer, que este mes de julio celebra precisamente un año desde que junto a los Dólmenes fuese catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

«El Torcal de Antequera» fue rodado en 35 milímetros con grandes medios. Su director fue Antonio Betancor (autor de filmes como Valentina o Crónicas del Alba) y contó con la dirección de fotografía de José Aguayo, también ya fallecido, quien fuera responsable de películas como Viridiana o Tristana.

La narración corrió a cargo de Rafael de Penagos.

Durante un mes, un equipo formado por 20 personas descubrió el pequeño planeta mediterráneo de la sierra del Torcal, estudiando su particular flora y fauna. En sus objetivos quedaron retratadas sus cavernas, su excepcional belleza paisajística y, por supuesto, sus mágicas puesta de sol.

Ahora, de igual modo que Lebrón ha recuperado imágenes inéditas de Sevilla o Málaga para sus documentales «Sevilla en el alma» o «Málaga en el alma», el productor antequerano pretende que aquellas imágenes, que tuvieron gran impacto en su época, vuelvan a ser revisadas por el público actual, Para ello lo está remasterizando con tecnología 4K en un prestigioso estudio londinense. La idea es que se pueda estrenar antes de fin de año como uno de los homenajes a este singular enclave.

El Torcal de Antequera constituye uno de los mejores y más espectaculares ejemplos de relieve cárstico de toda Europa. Ofrece un paisaje impresionante considerado único en el mundo, hecho que motivó su declaración en 1929 como Sitio de Interés Nacional. Sus 1.171 hectáreas han servido en innumerables ocasiones de escenario a películas de ciencia-ficción. Es un enclave magnífico para los amantes de la naturaleza, pues cuenta con una red de senderos de uso público que recorren parte del espacio natural. Las rutas de uso público son de libre acceso, gratuitas y están señalizadas para que cualquier persona las pueda recorrer sin necesidad de autorización. Pero hay que tener cuidado: es un terreno donde es muy fácil desorientarse.