Fotógrafos sin mascarilla chafan la salida deportiva de Antonio Banderas

Antonio Banderas eligió La Gaviota en Marbella para pasar su confinamiento cuando el coronavirus se recrudeció. Desde allí ha llevado a cabo conexiones y acciones solidarias para paliar los efectos de la pandemia. La última fue con el Rey Felipe VI , junto con otros representantes internacionales de España, como Pau Gasol, Rafael Nadal y Fernando Alonso. Corredor habitual, quiso aprovechar que podía salir este sábado para hacer deporte. Sin embargo, no pudo hacerlo como hubiera querido. Algunos fotógrafos sin mascarillas le obligaron a regresar antes de tiempo .

Era muy temprano, sobre las 8.00 horas de la mañana, cuando el actor se enfundó en su chándal, se puso las zapatillas y se cubrió con una gorra para salir a correr, dejando ver la barba que recuerda la rodaje de «Altamira». Una media hora después, viendo que era imposible hacerlo en condiciones de seguridad desistió y regresó a la seguridad de su hogar, desde donde relató la situación. «Primera salida a correr tras el confinamiento. Primer encuentro, paparazzis sin mascarilla poniéndome las cámaras en la cara . Seguiré confinado», narró el actor en su perfil de Twitter.

No importó que pidiera que lo dejaran hacer deporte tranquilo cuando vio a los fotógrafos en la puerta de su chalet de Los Monteros. La insistencia hizo que se viera obligado a regresar precipitadamente, desistiendo del deporte y anunciando que volverá a estar confinado para evitar riesgos de contagio.

Banderas es población de riesgo en esta pandemia, desde que sufriera un infarto el 26 de enero de 20 17. El actor confesó en su día que tuvo mucha suerte y que no le había dejado daños, pero aun así, está dentro de ese grupo de población de enfermos crónicos en los que la enfermedad puede tener una mayor incidencia.

Tras aquel ataque al corazón en Londres, donde cursaba estudios de moda para la creación de su propia firma de ropa, se tuvo que someter una intervención quirúrgica en la que se le implantaron tres catéteres en las arterias coronarias, además de someterse a un tratamiento de termoablación contra las arritmias. «No ha sido tan dramático como se ha escrito», añadió el día que dió a conocer lo ocurrido, quitando hierro a la afección.