ANIMALES

Los burros de Mijas, un emblema histórico con «derechos laborales»

El Consistorio ha limitado aspectos como el peso de las personas que pueden subir a lomos de los animales, mientras buscan soluciones para unas nuevas cuadras

Turistas a lomos de un burro-taxi en Mijas Archivo

J.J. Madueño

Los burro-taxi de Mijas son un emblema histórico de la ciudad al que ahora se ha dotado de un marco legal. Una ordenanza municipal, que crea un «estatuto» de «derechos» contra su explotación laboral . Se trata de hacer sostenible el servicio, cuidando el bienestar de los animales. Este pintoresco transporte turístico se creó en los años 60 , cuando los asnos que se usaban para conectar las canteras de la sierra con el pueblo se convirtieron en una atracción turística. Al bajar de la cantera por las calles del pueblo, muchos visitantes comenzaron a solicitar hacerse fotos con los animales y subirse en ellos para dar una vuelta por el municipio.

El fenómeno fue creciendo y, en poco más de una década, el Ayuntamiento de Mijas comenzó a expedir las primeras licencias de burro-taxi. Ahora en los registros municipales se contabilizan 69 asnos dedicados a esta práctica . Animales con los que siempre se ha tenido un especial cuidado. Varias veces al año, los veterinarios le pasan una inspección para ver si pueden seguir cargando visitantes. Se les miran las pezuñas, la boca o la columna para evitar lesiones por el deterioro del animal a consecuencia del esfuerzo laboral diario. Sin embargo, ese marco de cuidados se ha normalizado y extendido recientemente.

La nueva ordenanza reguladora del Servicio de Burros-Taxi, Burros-Carro y Coches de Caballos en Mijas trata de «preservar y defender el bienestar animal e intensificar su cuidado». Entre las medidas recogidas por el Consistorio está la intensificación de los controles veterinarios , la mejora de las condiciones higiénicas de las cuadras y paradas, la ampliación de las medidas de inspección y control veterinario por parte del Ayuntamiento o la limitación de peso a 80 kilos máximo para subir a lomos de un burro. Esta última no se aplica a los carros tirados por estos animales.

Esta normativa ha sido consensuada con los arrieros para proteger al animal, a la vez que se preservan los intereses del colectivo y los del propio Ayuntamiento de Mijas, que tiene un reclamo turístico en esta práctica. «Los burros tienen que estar bien cuidados, comidos, bebidos y con sus controles veterinarios pasados . Nosotros somos los principales responsables», asegura Salvador Torres, uno de los arrieros que presta este servicio actualmente en Mijas. A estos se suman las protectoras de animales que destacan esta normativa. « Incluye el concepto de bienestar animal y su desarrollo con unas medidas específicas, donde se recogen las normativas nacional y europea», afirma satisfecha Verónica Sánchez, directora del Refugio del Burrito.

Solución a las cuadras

La regulación del Consistorio ya fue elevada y aprobada en Junta de Gobierno Local, ahora se encuentra en vía de su aprobación provisional para, posteriormente, ser publicada en el BOP para su exposición pública con el objeto de que cualquier persona, entidad o colectivo que lo desee pueda aportar alegaciones y a continuación se proceda a su aprobación definitiva. Y es que el equipo de gobierno ha visto la necesidad de crear este marco de «derechos laborales» del burro-taxi, porque en los últimos años ha detectado una mayor sensibilidad por parte de los arrieros con respecto a la explotación sostenible de estos animales. «Creemos que es muy positivo, no solo para los burros , sino también para los arrieros y para el municipio», explica Verónica Sánchez sobre estas nuevas sensibilidades.

Por último, Nicolás Cruz, concejal de Movilidad de Mijas, avanzó que se está trabajando en buscar localizaciones alternativas a las cuadras con el fin de «dar respuesta a las necesidades que las actuales no cubren». «Son instalaciones que datan de hace 50 años y la normativa ha cambiado mucho desde entonces», aseguró el edil mijeño sobre esta ordenanza.

En el cajón se quedó por los constantes cambios políticos que ha sufrido el gobierno local en los últimos cuatro años aquel proyecto del PP, presentado por Ángel Nozal, que trataba de hacer un centro para los burro-taxi en una de las canteras del municipio. Aquello no cuajó, mientras años después se siguen buscando soluciones para ubicarlos fuera de la zona turística y en unas condiciones óptimas. Por el momento, los burros ya tienen un «estatuto laboral» para que no sean explotados de una forma insostenible, ahora falta mejorar sus cuadras.

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