Sociedad

La barriada de El Palo llora en silencio el trágico final de Julen

Los vecinos muestran su apoyo a la familia del pequeño, quienes se encuentran en el cementerio desde esta mañana

La caída de Julen fue rápida y libre hasta los 71 metros

Rescate de Julen, última hora

Los vecinos se vuelcan con Julen y su familia J. Mérida

Isabel Ruiz

La mirada es el reflejo del alma, y este sábado los vecinos de El Palo tienen los ojos perdidos, hinchados y rojizos. Desde esta madrugada sufren en silencio la pérdida del pequeño Julen , quien fue hallado muerto en el pozo donde se cayó el pasado 13 de enero. Las calles de la barriada están más vacías de lo habitual. Es sábado y hace buen tiempo, pero los paleños acompañan en el sentimiento a la familia del pequeño, que se encuentra en el tanatorio de la barriada desde esta mañana.

El único ruido que sobresale es el de los coches al arrancar y a veces la voz de algún niño preguntando qué ha pasado con Julen. Su madre le explica que ya no está. Las muecas de dolor hacen que cualquier corazón se estremezca, porque «ningún niño se merece ese final» . Tres ancianas de la barriada se sientan en un parque cercano a la casa donde se crió Juan Rosselló, padre del pequeño. Allí afirman que «ningún padre está preparado para perder a un hijo. Menos a dos» . Sufren por los padres, por los abuelos, tíos y primos del pequeño. Al fin y al cabo «han nacido, se han criado y han formado una familia en El Palo. Son muy queridos aquí».

Decenas de velas conforman un corazón en la plaza colindante a los pisos donde nació el padre del chiquillo. Allí un cartel reza «Julen, guerrero, el mundo está contigo» , una bandera asturiana acompaña el mensaje. El apoyo a los mineros también está latente. «Ellos son los héroes que han trabajado sin descanso para que el pequeño saliera de ahí».

Pese a la consternación, agradecen la «enorme labor» que han desempeñado los mineros, la Guardia Civil y todos los profesionales que han participado en el rescate del niño. «Así de unidos deberíamos estar siempre» espeta una vecina de la familia, quien ha rezado todos los días a la Virgen del Carmen , patrona de El Palo, para que todo saliese bien. «En el fondo sabía que era muy difícil que estuviese vivo; sin comida, sin agua, con frío. Pero yo le pedía a mi Virgen por él y su familia».

Una vecina lleva flores a la calle donde vive el pequeño y sus padres J. Mérida

En la barriada marinera todos guardan silencio, conocieran o no a Vicky y a Juan entienden su dolor, se vuelcan con ellos y llevan el luto consigo. Una vecina pregunta por la casa donde viven para depositar un bonito ramo de flores . En la puerta el triciclo ya no espera al pequeño, ya no está allí. La mujer termina por llevarse el ramo visiblemente emocionada. Se dirige al cementerio.

«El niño salía a jugar por aquí, por estas calles. Era muy cariñoso. Ha sido un palo muy gordo para todos» . El propietario de una casa aledaña a la de los abuelos de Julen aún no se lo cree. «He guardado el minuto de silencio que el Ayuntamiento de Málaga ha convocado, lo han retransmitido por la televisión. He guardado uno, pero podrían haber sido veinte». La voz le tiembla. «He llorado mucho, quien no lo haya hecho es porque no tiene sangre en las venas» . El silencio vuelve, las miradas se dirigen al suelo. Nadie entiende lo sucedido, «no tiene explicación. Ha sido así y ya está, pero no tendría que haber pasado».

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