Cultura

Iliturgi, la gran ciudad romana sepultada en Jaén

La Universidad reconstruye virtualmente la villa, que se encuentra bajo miles de olivares del término de Mengíbar

Idealización de la ciudad romana de Iliturgi realizada por la Universidad de Jaén Autor: Paco Arias

Javier López

Si los arqueólogos de la Universidad de Jaén que trabajan sobre el terreno en cerro Maquiz recuperaran la totalidad de los restos sepultados bajos hectáreas de olivares saldría a la luz la impresionante ciudad romana situada a 25 kilómetros de la capital, en el término municipal de Mengíbar, cuyo Ayuntamiento realiza un esfuerzo importante para convertir los hallazgos en un atractivo cultural y turístico.

El hecho de que los restos se hallen bajo tierra de cultivo facilita su recuperación, aunque han sufrido desperfectos por la utilización de maquinaria utilizada para llevar a cabo unas conducciones, hechos que se encuentran en proceso judicial. Ahora, el objetivo del Instituto Andaluz de Arqueología Ibérica es recuperarlos a fin de que surja la ciudad impresionante que revela la reconstrucción virtual llevada a cabo por la Universidad y modelizada por el arqueólogo Paco Arias.

La ciudad romana de Ilirtugi está situada apenas a un kilómetro de la ibera, del mismo nombre, que fue asolada por Escipión el Africano por haber denegado la ayuda a su padre en el marco de las guerras púnicas que mantuvo Roma contra Cartago . Escipión, el general que derrotó a Ánibal, no tuvo compasión con los habitantes de la ciudad, a los que ordenó asesinar tras mantener un implacable asedio.

En la Iliturgi romana se superponen las ocupaciones, ya que se han descubiertos vestigios de una población del siglo II antes de Cristo . Y la ibera tendría gran importancia estratégica en la antigüedad. Radicada en la confluencia de tres ríos (Guadalquivir, Guadalimar y Guadalbullón), era la puerta de entrada hacia el valle del primero, y también paso obligado de las migraciones bélicas que se dirigían hacia la zona oriental mediterránea.

Junto a Iliturgi se descubrió también el Arco de Augusto , el monumento que hace más de 20 siglos ofició de frontera entre las dos grandes provincias romanas de Hispania, la Tarraconense y la Bética . Era el punto desde que el que medían las distancias de la vía en todos los miliarios de la actual Andalucía. Y era arquitectónicamente impresionante: media 14,80 metros de longitud, 5 de ancho y tenía una altura de entre 12 y 14 metros. La Junta de Andalucía lo ha declarado Bien de Interés Cultural.

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