Medio ambiente

Crecen los achaques de la fauna andaluza

Parte de la población de jabalíes y ciervos de la comunidad está enferma de tuberculosis bovina

Casi uno de cada cuatro jabalíes de Andalucía está afectado por la tuberculosis bovina ABC

Javier López

Salvo la vaca que ríe, que por francesa es especie invasora, ningún animal autóctono parece tener motivos para estar contento en Andalucía, región en la que los jabalíes y los ciervos incuban bacterias nocivas, los linces son atropellados y los lobos no terminan de aparecer . Los datos de la Consejería de Medio Ambiente revelan que uno de cada 5 cerdos salvajes padece tuberculosis. También que han fallecido víctima de atropellos 15 felinos protegidos desde que se inició el año. Y que especies exógenas desplazan del ecosistema a animales endógenos.

Los esfuerzos de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía por erradicar los problemas de la fauna silvestre son constantes, dedica tiempo y presupuesto , pero no siempre acompañan los resultados. Así, los informes oficiales revelan que una enfermedad contagiosa, la tuberculosis bovina, es relevante en la cabaña porcina silvestre y en los cérvidos. Tanto, que la incidencia de la patología ha crecido en sendas especies.

En el marco del programa de vigilancia epidemiológica de la fauna silvestre en Andalucía la prevalencia estimada de tuberculosis bovina en las poblaciones silvestre de jabalíes y cérvidos ha sido en las temporadas de caza 2015-2016 y 2016-2017 superior a las de los años 2013-2014 y 2014-2015. Respecto al jabalí, el incremento ha sido de más de 3 puntos, según se deriva del análisis de las muestras de suero realizadas a los ejemplares abatidos. En concreto, el 22,41 % de los análisis dio positivo , porcentaje que en los cérvidos se sitúa en el 12,32 %.

Estas cifras, no obstante, es preciso relativizarlas, dado que estudios realizados con anterioridad por diversos investigadores y centros de investigación, se obtuvieron prevalencias para el jabalí en España en torno al 50 %. Es decir, en determinadas épocas, la mitad de la población de esta especie presentaba síntomas de tuberculosis bovina .

Otro aspecto a resaltar es la incidencia de la tuberculosis en la ganadera intensiva andaluza. Al respecto, la bióloga Marta Escudero resalta que en los cotos intensivos de caza es mayor la prevalencia de las enfermedades contagiosas, ya que toda la fauna come y bebe en los mismos lugares . Aclara que numerosas enfermedades se transmiten por el agua y otras por el pasto. Lo que significa que, puesto que hay zonas de contacto entre animales salvajes y domésticos, unos se contagian a otros.

En este sentido, aunque las administraciones públicas lleven a cabo una adecuada labor sanitaria en las explotaciones ganaderas, los reservorios de la enfermedad son, principalmente, jabalíes y ciervos, en los cuales, puntualiza la experta, por su carácter silvestre no se realizan actuaciones tan eficientes encaminadas a la erradicación de la enfermedad.

A pesar de la incidencia de la enfermedad, la población de jabalíes y cérvidos no está en riesgo . La situación del lince es más delicada, si bien el censo de este felino en peligro de extinción, progresa adecuadamente. En 2018 el número de ejemplares se situó en 593, de los que 448 se encuentran en Andalucía. Aunque la cifra no es alta, indica que la población se ha multiplicado por 6 en 10 años . Y también que existe un intercambio fluido de ejemplares entre las diferentes áreas de reintroducción.

Sin embargo, Iberlince, el órgano para la recuperación del felino en España y Portugal, advierte de que los peligros persisten. Entre otras cosas porque para un especialista de hábitat y presa, como es el lince, las alteraciones de éstos afectan muy negativamente en sus poblaciones. De hecho, aclara, una de las causas más importantes que ha llevado a la especie al borde de la extinción ha sido la disminución de su principal presa, el conejo de monte , afectado por dos enfermedades concretas: la mixomatosis y la enfermedad vírica hemorrágica del conejo, que causaron «un descenso drástico superior al 80% de sus poblaciones».

La alteración del monte mediterráneo, que también afecta a las poblaciones del conejo, es otras de los factores negativos para el lince. A la que se suma la muerte originada por el ser humano, bien de manera involuntaria, como los atropellos, o intencionada, como el empleo de técnicas ilegales y no selectivas de caza, el furtivismo y el uso de venenos .

La cuarta amenaza para las poblaciones de este felino son las enfermedades. Asegura el órgano que es una especie con un gran riesgo sanitario porque la una alta densidad de ejemplares en las mismas zonas. Lo que implica la posibilidad de que cualquier brote infeccioso se disperse con facilidad y lleve a la extinción a la población local de linces.

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