CRISIS

La Cámara de Comercio de Jaén no paga a sus empleados desde hace 55 meses

Parte de la plantilla sigue en sus puestos, sin suministro eléctrico y acosada por atracadores

La Cámara de Comercio de Jaén sólo cuenta con dos empleados en activo ABC

Javier López

-¿Quién es? ¿Qué quiere?

-Un periodista. Saber cuánto tiempo llevan sin cobrar.

-A mí me salen 54 meses, pero mi compañero de trabajo dice que ya llevamos 55.

El empleado de la Cámara de Comercio de Jaén habla al reportero, que se encuentra en el rellano, desde la segunda planta de un imponente edificio. Su interior parece el de un barco de lujo en horas bajas, el de un crucero sin mojitos. Desde la última crisis de la institución, el trabajador no tiene quien le dirija. Una metáfora fácil aproxima la imaginación al Titanic y una difícil a un director que huye antes que su orquesta.

-¿Puedo subir?

-Sí, claro.

El ascensor no funciona. Las escaleras están sucias. Hay cristaleras rotas y hojarasca en el suelo. Nada que ver con el aspecto que tenía cuando a principios de siglo Manuel Chaves , entonces presidente de la Junta de Andalucía, inauguró la sede. Ese día la cámara parecía el hipódromo de Ascot: trajes de marca, colonia cara e invitados relevantes que felicitaban a la junta directiva de la Cámara de Comercio. De ella no queda hoy nada más que el recuerdo. Parte de la plantilla, sin embargo, permanece.

El despacho del empleado es luminoso, amplio y está relativamente en orden. Otros han sido asaltados por atracadores que en la fase de tanteo se han limitado a rapiñar unos euros, una escalera, garrafas de gasolina y alargaderas eléctricas. El robo de los ordenadores llegará un día de estos, según vaticina Juan (nombre ficticio), quien, no obstante, hace junto a su compañero rondas nocturnas para retrasar el desenlace.

En los recientes buenos tiempos trabajaban 53 personas en la Cámara de Comercio de Jaén, un organismo que desde su fundación en 1886 sirvió a la pequeña y mediana empresa e incluso ideó proyectos magníficos, como la Feria Internacional del Aceite del Oliva, que ahora rentabilizan otras instituciones, como la Diputación, la única que, vaya lo uno por lo otro, ha intentado echarle una mano.

La administración provincial adquirió la antigua sede de la institución por 2,7 millones de euros, pero la deuda de la Cámara casi cuadriplica la cantidad, de manera que el acto político-caritativo no sirvió para que el organismo cameral recobrara la salud financiera. Sin dinero, no hubo posibilidad de pagar las nóminas, lo que explica que únicamente queden en activo 6 trabajadores, de los que 4 están de baja por incapacidad temporal.

Los 2 empleados que no han solicitado dispensa médica permanecen en la Cámara desde las 8 de la mañana hasta las 3 de la tarde. Atienden a una media a 5 empresarios al día, a los que gestionan asuntos a cambio de un dinero que trasvasan al Ministerio de Hacienda y a la Seguridad Social, sus máximos acreedores. « Se quedan con lo poco que nos pagan las personas a las que atendemos», lamenta Juan.

Para llevar a cabo el trabajo informático utilizan un generador alimentado con gasóleo. La función del carburante solamente es esa. No hay dinero para electricidad . Lo que significa, en palabras de Juan, que padecen un frío insoportable en los meses de invierno y un calor asfixiante en los de verano, situación que conocen las administraciones públicas, a las que responsabilizan del declive de la Cámara de Comercio, dado que, según aclaran, comenzó cuando el poder político colonizó a la institución.

Otro de los trabajadores, Manuel, denuncia el desinterés y abandono de la Junta de Andalucía, administración que debe ejercer legalmente la tutela de la Cámara. Le acusa de incumplir la disposición transitoria primera de la ley básica de las Cámaras de España, que estipula el modo de regular la disolución. Al no hacerlo, obligan a los empleados a asistir a su puesto para no cometer omisión de sus deberes contractuales.

Manuel denuncia el incumplimiento de las promesas de la clase política. Recuerda al respecto que el PP apoyó cuando estaba en la oposición las reivindicaciones de la plantilla, pero no le ha ofrecido soluciones desde que está al frente de la administración autonómica. Tampoco lo hizo el anterior gobierno socialista , a pesar de que el Defensor del Pueblo Andaluz le urgió a resolver el problema.

Ante esto, Juan recalca que la suerte de los trabajadores solamente preocupa ya a sus allegados.

-Eso le quería preguntar, ¿cómo se les apañan para sobrevivir?

-Al principio con préstamos familiares. Ahora son nuestras parejas las que nos aguantan.

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