SALOBREÑA GRANADA

La alcaldesa de la nueva economía verde y los viejos pelotazos urbanísticos en Salobreña

La regidora socialista de Salobreña, María Eugenia Rufino, líder del Foro de Economía Circular de Barack Obama, aboga por construir hoteles en primera línea de una playa con bandera negra

María Eugenia Rufino, alcaldesa de Salobreña, de rojo, visita la urbanización de la playa. IDEAL

Que el crecimiento de la economía ha de tener límites –los de la realidad– es una premisa cada día más asumida en el mundo libre. Voces de todo el planeta claman por el encaje de un modelo productivo sostenible, respetuoso con el medio que le rodea y alumbrado por la ciencia y los avances tecnológicos para el máximo aprovechamiento de los recursos, pues tanto su sobreuso como su despilfarro acarrean costes. Una nueva muestra de esa pulsión supranacional es el I Foro de Economía Circular e Innovación que se celebró en Madrid el pasado fin de semana y al que fueron convocados, además del expresidente estadounidense Barack Obama y varios premios Nobel, 300 embajadores de la nueva economía verde.

Entre ellos, una regidora socialista que compagina esa faceta vanguardista con los viejos pelotazos urbanísticos en primera línea de playa. María Eugenia Rufino Morales , alcaldesa socialista de Salobreña, resultó elegida entre casi 2.000 candidatos para formar parte de la cumbre. Los «líderes de opinión» seleccionados habrán de ser formados en los beneficios que conlleva este nuevo modelo sostenible con el objetivo de «crear una red nacional de activistas civiles por la economía circular», tema central sobre el que los elegidos tendrá que impartir 10 charlas en 2019.

El proyecto que ha defendido la alcaldesa colisiona, sin embargo, con el principio de sostenibilidad en que se basa la economía circular. María Eugenia Rufino abandera la edificación de varios nuevos hoteles –hasta 10– en Salobreña , uno de los pocos municipios del litoral granadino que carece de este tipo de instalaciones en primera línea de playa virgen. Su proyecto «estrella». En el corazón de la maltrecha Vega salobreñera , antaño mina de la industria azucarera que durante siglos ha alimentado, dado trabajo y moldeado el paisaje, el devenir y el carácter afable de sus pobladores, en parte gracias al eficiente sistema tradicional de acequias. Una despensa entre el mar y las faldas de una colina de casas encaladas bajo su imponente castillo medieval, declarado BIC , con un enorme valor paisajístico que está siendo despreciado.

La vega salobreñera es parte del paisaje de su castillo medieval.

Ladrillo de azúcar

Fue precisamente el paraje de infinitas cañas de azúcar el que atrajo en su día a los reyes belgas Balduino y Fabiola hasta la vecina población de Motril, cuya mansión permanece a la espera de inversión para ser convertida en un hotel de lujo. Huían de las masificaciones y encontraron allí un entorno natural inaudito en eEuropa. El urbanismo incontrolado ha provocado un paulatino retroceso de las zonas dedicadas a la agricultura del clima tropical, un potencial innato de la costa granadina que muchos empresarios han sabido explotar con las cotizadas plantaciones de aguacates o chirimoyas. Pero poco queda de aquellos vergeles, y los que quedan están en riesgo de desaparecer.

La alcaldesa de Salobreña resta importancia al valor de los sembradíos –«¿Qué había ahí?»– y sostiene que la edificación de los hoteles, para la que cuentan con todos los permisos, afirma, supondrá un avance para el pueblo. Y aunque ha sido una de sus principales estrategias políticas y la urbanización de la zona se ha acometido durante su mandato, Rufino se escuda en que se trata de un proyecto heredado : «Si la decisión se tuviese que tomar hoy en día… Pero como responsable municipal, tengo que mirar por el crecimiento de mi pueblo». Esgrime que Salobreña, con unas 1.500 plazas disponibles y siendo la tercera potencia turística del litoral después de Almuñécar y Motril, tiene déficit de alojamiento hotelero.

Las cifras bailan. Los dos hoteles proyectados hasta la fecha incrementarán en 700 habitaciones –casi el doble que El Algarrobico de Cabo de Gata , que se ha convertido en un ejemplo de destino de calidad y en sintonía con el medio rural– la oferta de Salobreña. Y aún queda Vega, para la que se prevén los mismos fines: hasta una decena de hoteles. Hay quien duda de que el suelo recalificado hace ahora 20 años se destine finalmente a su uso, puesto que de momento ningún inversor ha solicitado ninguna licencia; tampoco la demanda hotelera en el municipio está a rebosar ni el plan de entonces era el de ahora. El resultado, cualquiera, por las limitaciones legales de preservación del paisaje fijadas a lo largo del camino, ya no será el faraónico resort de resorts del que se hablaba cuando se avecinaban elecciones en el pueblo.

Oposición ecologista

Aunque el Ayuntamiento sostiene que se ha buscado una fórmula urbanística mínimamente invasiva, Rufino Morales no niega el perjuicio medioambiental que conllevaría la construcción de los hoteles . Ese es el motivo por el que la asociación Ecologistas en Acción, que lleva tiempo denunciando la situación, ha otorgado este año una de sus banderas negras a esta playa que se había mantenido virgen hasta su reciente acondicionamiento, culminada este verano tras una inversión de 4 millones de euros para así afianzar el futuro uso urbanizable de 215.000 metros cuadrados de suelo y evitar que al menos una parte vuelva a ser declarado rústico al no ser destinado a su fin.

El impacto se sumará a la erosión que ya padece el suelo del litoral granadino , falto de agua y de sedimentos que retiene la inactiva Presa de Rules, mientras siguen en aumento los sedientos cultivos intensivos con el turismo como única alternativa, al tiempo que España pierde fuerza frente a otros mercados internacionales sin que la administración acabe de dar con la tecla de la regulación de los pisos vacacionales. Pese a todo, los hoteles se construirán, además, en una zona de posibles e históricas inundaciones , como refleja el atlas de riesgos naturales del Ministerio de Medio Ambiente, y en una región, la del sureste peninsular, presa de la avanzadilla de la desertificación y desertización, y en un contexto de cambio climático global que no puede ser contrarrestado de la misma forma que se genera; a veces el problema está en el postureo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación