Sociedad

Ese santo se parece al cura

Rostros del párroco y de vecinos de Guadix lucen en los cuadros del retablo de la iglesia de San Miguel

El párroco en primer plano y su retrato en el retablo Torcuato Fandila

Javier López

Los diáconos Manuel Requena y Ramiro Avidad serán nombrados sacerdotes el próximo 5 de septiembre en la Catedral de Guadix, templo principal de una diócesis fecunda que cuenta entre sus miembros con Antonio Fajardo , un sacerdote desacomplejado que ha posibilitado que en la parroquia de San Miguel luzca un imponente retablo contemporáneo en el que los cuadros de cuatro figuras de santos se han realizado a partir de los rostros de otros tantos vecinos del municipio granadino. Uno de ellos, el del propio párroco.

Artista malagueño

El retablo es obra de José Antonio Jiménez Muñoz , artista malagueño de una atrevida ortodoxia que, aunque lo parezca, no sitúa a su pincel al límite del fuera de juego. Así, la composición de la escena central del retablo brilla luminosa la figura de Jesucristo, cuya madre, a los pies de la cruz, en lugar de a su hijo, mira hacia afuera. No sigue los cánones de la pintura religiosa, pero los cánones no son dogmas y su pintura desprende espiritualidad.

En Guadix hay quienes no entienden que los rostros de San Pedro, San Fandila, San Torcuato y San Pablo sean, por este orden, los del pintor, el párroco y dos vecinos del municipio (José Luis y José Manuel) católicos practicantes, pero son los menos. En declaraciones a Ideal el párroco de la iglesia de San Miguel aclara que la unanimidad es compleja de alcanzar en tanto que el autor del retablo rechaza que el ombligo de don Antonio esté detrás del encargo.

El ejemplo de Murillo

José Antonio Jiménez descarta que el narcisismo haya guiado al párroco. El artista recuerda en este sentido que Murillo y Caravaggio (con el primero comparte temática y con el segundo cierto amor a la luz), pintaban sus cuadros religiosos a partir de coetáneos suyos que oficiaban de modelos. De modo que, como sus predecesores, se ha limitado a reflejar a cuatro santos con rostros reconocibles para los feligreses.

La criba precedió a la elección. Antes de escoger a los modelos, el artista fotografió a numerosos vecinos de Guadix tras recibir la propuesta del párroco, al que tenía en mente cuando esbozó la figura de San Fandila, un sacerdote accitano martirizado por Mohamed I en la supuestamente tolerante Córdoba de las tres culturas. Otros dos retratos representan a sendos jóvenes que ayudan en las tareas de la Iglesia, ambos con barba y ambos delgados. La cuarta figura se la reservó para sí porque, según asegura, está es su principal obra.

El párroco se muestra satisfecho con el resultado. Cuando hace nueve años se hizo cargo de la iglesia reparó en la desnudez de sus paredes e inmediatamente concibió la idea de encargar un retablo que embelleciera el templo. Tenía claro, además, que estilísticamente el retablo debía diferenciarse de otros modelos . La actualización de la imaginería religiosa ha propiciado un rejuvenecimiento pictórico del santoral que resalta el sacerdote, quien expone que el arte sacro no tiene que plasmar necesariamente a santos en su ancianidad.

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