Las nuevas leyes del universo digital se cuecen en Granada

La candidatura para convertir a la capital granadina en sede de la Agencia Española de Inteligencia Artificial tiene en el ámbito del Derecho una de sus mejores bazas. La Universidad de Granada podría impulsar, de conseguirlo, la legislación del futuro en este área

La inteligencia artificial, la gran esperanza de Granada: «Es tan importante como la primera fábrica de Mercedes»

Facultad de Derecho de Granada Antonio L. Juárez

Álvaro Holgado

«El desarrollo de la Inteligencia Artificial cambiará todo». Es uno de los mantras que más se repiten desde casi todos los sectores económicos en los últimos años. El auge de la industria tecnológica se ha convertido ha convertido cualquier caldo de cultivo relacionado con ella en la gallina de los huevos de oro para cualquier ciudad que quiera cambiar su modelo productivo. Granada entre ellas.

La capital granadina aspira a convertirse en sede de la Agencia Española de la Inteligencia Artificial, un nuevo organismo que a priori traería empresas, sinergias y un sinfín de oportunidades que situará de facto en el mapa de la economía digital a quien le toque.

La candidatura de Granada parte con buenas cartas. Implicación total por parte de su universidad, principal promotora del asunto, complicidad institucional y un punto de partida muy sólido en comparación con Galicia, por el momento la competidora a batir.

Pero más allá del ámbito tecnológico, la baza granadina es otra. El Derecho , la regulación de ese 'boom' en la nube digital , ha de existir. Es de hecho una preocupación fundamental desde la ciudadanía. Y ahí Granada parte, con mucho, en cabeza.

La clave: la Unidad de Excelencia creada por la UGR , donde la horizontalidad de las ramas y su comunicación entre ellas hace prácticamente natural los equipos multidisciplinares fundamentales para abordar una temática tan compleja.

«Una parte importante del trabajo de toda la facultad va dirigida a los retos de la sociedad digital. Esto puede parecer algo engañoso. Hablamos de derecho digital, pero lo que se viene inundará todo el ordenamiento jurídico . No sé cómo estarán en otras universidades, pero es algo a lo que hay que adaptarse» apunta José Antonio Castillo, investigador de la universidad granadina.

Interior de la facultad de Derecho de Granada Antonio L. Juárez

Su trabajo implica en la actualidad la regulación del mercado de datos. Esto es, qué pueden o que no hacer las empresas digitales con nuestros datos. «Es algo muy pegado a lo cotidiano», explica Castillo. «Sucede todos los días. Yo estaba hablando de comprar una nueva silla de trabajo con un compañero y al rato tenía anuncios en el móvil».

Debates tan de actualidad como estos se entremezclan, no solo con el Derecho, sino también con otros ámbitos como la Filosofía. «Granada tiene un liderazgo intergeneracional en la interdisciplinariedad . Aquí es algo normal que distintas áreas del conocimiento convivan entre sí. Yo en mi investigación cuento con informáticos, economistas…».

La colaboración con empresas, como corroboran acuerdos ya firmados con líderes del sector como Google, Indra o Deutsche Telekom, estará ligado íntimamente a este tipo de equipos. Al fin y al cabo, cualquier producto, para que llegue a término, tiene que ser legal. «Es un factor diferencial que tenemos. Llevamos con iniciativas desde este tipo con una trayectoria de entre cinco y diez años . Esto arrastrará a aún más empresas» indica Castillo.

Nuevos tiempos, nuevas leyes

Imagen del superordenador instalado en Granada el pasado marzo Antonio L. Juárez

En ese sentido, queda además la figura de esa Unidad de Excelencia en el ámbito del Derecho como una herramienta a corto plazo para lo que, desde la política, habrá que legislar.

«Si llegara aquí la sede de la Agencia y con estos equipos ya coordinados, Granada tiene la capacidad de asesorar a cualquier proyecto de ley, por ejemplo» apunta Carolina Serrano, profesora de la UGR especializada en Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en el área digital.

Su investigación se centra, hoy por hoy, en cuestiones como la propia contratación y despido de trabajadores en empresas en base a la Inteligencia Artificial, una problemática que comienza a dejar sospechas sobre su legalidad.

«Cuando no se conoce la normativa, qué se puede hacer, qué no, nuestro papel va a ser fundamental para las empresas. Se trata de los límites. Que la Inteligencia Artificial sirva para el ser humano, no al revés. Por un lado hay que trabajar sobre lo que falta y por otro sobre lo que ya se está haciendo», explica la investigadora.

Teniendo esto en cuenta, el desembarco empresarial en Granada, de llegar la candidatura, queda claro que no se circunscribirá a las tecnológicas. «Es evidente que hay grandes bufetes que acabarán trabajando aquí si Granada es elegida. Eso, al mismo tiempo para los estudiantes, más con el máster de especialización, será otra vía para conseguir trabajo», apunta Serrano en referencia al título propio de posgrado en IA, Ética y Derecho que oferta la UGR.

La solidez de un proyecto de tan amplio recorrido, debería de servir para convencer al grupo encargado de la elección por parte del Gobierno. La Agencia, no se debe olvidar, es un nuevo órgano. Y la descentralización de lugares más habituados a ello como Madrid o Barcelona, bien podría ser un éxito o bien podría ser un fracaso. «Tenemos una trayectoria de hace años y que transmite mucha tranquilidad sobre el éxito de que algo así funcione en un sitio como Granada» resume Serrano.

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