La Virgen de Luna vuelve a Pozoblanco desde las Jaras

Pozoblanco durmió anoche con la patrona de la localidad en Santa Catalina , después de haber recibido el calor de los centenares de devotos que vivieron una romería que se vio deslucida por las previsiones de lluvia y nieve . No se cumplieron esas previsiones hasta la llegada de la Virgen de Luna a la localidad y durante el resto del día el agua no apareció, aunque las bajas temperaturas provocaron que el Santuario no presentara el aspecto de años pasados.

A pesar de ello, se vivieron momentos únicos y que pasarán a la historia de la cofradía, que reconoció los veinticinco años en la capitanía d e Juan García y de Manuel Marín como abanderado. Emoción que se extendió a Domingo Sánchez , que recibió la medalla de oro por sus cincuenta años de servicio, y a Pedro Luis García y Pedro Benítez , a quienes se les impuso la de plata por un cuarto de siglo en la cofradía.

Una vez acabada la eucaristía, los que no se quisieron perder la Romería cumplieron con el ritual que invita a tirar de la campana y presentarse ante la Madre, que emprendió su camino de vuelta a las tres de la tarde. Por delante un camino intenso que vislumbraba sin poder contener la emoción el pregonero de las fiestas, Rafael Sánchez Luna , y cabo de Retaguardia y que por enfermedad no pudo cumplir con su cometido durante el camino de vuelta.

Se complicó la última parte del trayecto con el frío haciéndose más intenso, con la nieve avisando y la Virgen fue cubierta . Apareció la nieve y el agua, pero eso no importó, porque los más pequeños volvieron a ofrecerle el hornazo —tradicional dulce de esta fiesta— y los más mayores se enjugaron las lágrimas de emoción viendo a su patrona llegando al Arroyo Hondo.

Allí mismo, la Virgen recibió las llaves de los sagrarios de Villanueva de Córdoba y Pozoblanco y ya bajo una intensa nevada afrontó la recta final hacia un camino que tuvo otra parada obligada, el Ayuntamiento . La Virgen de Luna recibió el bastón de alcaldesa que le fue impuesto por primera vez por Santiago Cabello, que no pudo ocultar su emoción. «Es un momento muy especial para mí, ha sido un día muy bonito», narraba el primer edil, que también lamentó que las previsiones de lluvia hubieran impedido que fueran más las personas que se trasladaran hasta el Santuario. Con todo, Cabello se felicitó de que la jornada transcurriera sin incidentes.