CULTURA
Córdoba y la guitarra: Una vida en las seis cuerdas
La tradición flamenca, que tanto nombre le ha dado a la ciudad, sigue viva en una nueva generación de artistas
Córdoba suena a guitarra flamenca . En parte por el Festival que comienza en unos días, y cuyo prestigio trasciende fronteras, y en parte también por grandes maestros del instrumento como Vicente Amigo, Paco Serrano o José Antonio Rodríguez . Con esos antecedentes, no es raro que nuevas generaciones retomen la pasión por este instrumento, el más característico de la cultura andaluza. En tiempos del trap y el reggaetton, de Rosalía y C. Tangana , todavía hay jóvenes que se aficionan a la guitarra de tal modo que la acaban convirtiendo en una forma de vida. Y Córdoba, con ese regusto histórico, con su Conservatorio y sus cursos de guitarra, se convierte en un lugar perfecto para formarse.
Ése es el caso de Alfonso Linares , el primer joven que se licenció en la especialidad de guitarra flamenca habiendo cursado el Conservatorio completo con ese instrumento. O de Inmaculada Morales , natural de Alcalá la Real, en Jaén, pero que se vino a Córdoba a estudiar guitarra y aquí se quedó. También de Luis Medina , premiado en el último Festival de la Unión; de Laura González , cordobesa que ahora imparte clases en Jaén; o de Luis Dávila , un santanderino que, tras formarse en Sevilla, acabó encontrando en Córdoba un refugio al que siempre vuelve tras sus periplos por Francia , país en el que goza de un notable prestigio tras años de actuaciones. Cinco artistas nacidos en los años 80 y 90 que demuestran que la pasión por la guitarra no decrece.
Alfonso Linares explica por ejemplo que a él el amor por la guitarra le llegó en la niñez, cuando su madre le ponía los discos de Vicente Amigo , al que siempre ha considerado «un ídolo». Hermano del compositor Miguel Linares , recuerda que él lo único que quería tocar era la guitarra y que le dijo a su progenitora, la actriz Ana Linares , que o se matriculaba en guitarra flamenca o no iba al Conservatorio. Tuvo la suerte Alfonso de que por esa época se instauraron estudios reglados de ese instrumento en Córdoba, por lo que pudo formarse en el Conservatorio Superior . También recuerda con cariño sus experiencias en el Festival de la Guitarra, del que destaca sus cursos de formación y sus publicaciones como algo que «nos están copiando en todo el mundo». Alfonso Linares , tras concluir sus estudios, compagina la docencia con las actuaciones y hace apenas unos días estuvo en el Palacio de Viana con su cuarteto interpretando un repertorio muy poético e inspirado en los grandes clásicos de la literatura española.
Precisamente entre el público de ese concierto se encontraba otro de los protagonistas, el santaderino Luis Dávila , que nació en Cantabria y que se apasionó por el flamenco en la barbería de su abuelo. Le dieron una guitarra con seis o siete añillos y aprendió pronto a tocar tientos, de los que se volvió un fanático. Tomó clases en su tierra natal pero llegó el momento en el que «ya no había allí nadie que me pudiese enseñar lo que necesitaba», rememora. Se trasladó por ello a Sevilla, donde fue discípulo de José Luis Postigo o de Niño de Pura , y pronto comenzó a actuar por Andalucía junto al cantaor Raúl Micó . En Córdoba, donde reconoce que siempre le trataron bien, acabó quedándose y nunca ha dejado de actuar en espectáculos ni de participar en iniciativas municipales como Cultura en Red o la Noche Blanca del Flamenco . Al mismo tiempo, se iba abriendo camino en Francia gracias a espectáculos de fusión con el jazz, algo que le encanta pues Dávila ante todo se considera «una persona inquieta» y un creador.
No de tan lejos de Córdoba capital, sino de mucho más cerca, es otra de las protagonistas: Laura González . Nacida en Fernán Núñez y criada musicalmente con Luis Ruiz «Calderito» en la Peña el Mirabrás de esa localidad, pues allí se formó antes de cursar estudios reglados en el Conservatorio y de diplomarse en Magisterio Musical . Laura es profesora hoy en Jaén, con destino definitivo, pero ni la seguridad de la docencia ni las obligaciones familiares la han apartado de su pasión por tocar y crear. Embarazada ahora mismo de seis meses, explica ilusionada que, una vez se recupere del parto, tiene en mente varios proyectos, entre ellos un disco de Valderrama hijo en el que colabora y que el cantante ha dedicado a las mujeres guitarristas. La artista explica que ser mujer en un mundo dominado tradicionalmente por los hombres le ha hecho sentirse en ocasiones «más sola», pero considera que eso es tan sólo «una parte del camino».
El apellido de Valderrama también aparece en el testimonio de Inma Morales , pues ella se apasionó por el flamenco en su Alcalá la Real natal escuchando los discos de Juan Valderrama padre y de Imperio Argentina que le ponía su abuelo. Con 10 años comenzó a tocar y ya no paró hasta hoy. Cursó grado medio y grado superior, algo que pudo hacer gracias a unas padres que la traían y llevaban desde su pueblo hasta Córdoba casi que a diario. Inma ha tenido como profesores a maestros como José Antonio Rodríguez , Paco Serrano o Gerardo Ramírez y también ha pasado por la Fundación Cristina Heeren . Compagina hoy la docencia con actuaciones frecuentes por escenarios de Córdoba, una ciudad en la que vive «encantada» y en la que reconoce que imponte tocar la guitarra por la gran tradición que existe.
Cierra este repaso por los nuevos talentos de la guitarra cordobesa otro artista formado en el Conservatorio Superior , aunque en su casa natural de la barriada de Cañero. Su nombre es Luis Medina y se formó primeramente con el artista al que él considera su maestro, El Tomate . Medina logró un premio en el penúltimo Festival de la Unión y tiene una intensa agenda de actuaciones, que le han llevado ya por numerosos puntos de España y del extranjero .
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