El Estilita

Renovarse o morir

El PP no tiene opciones intermedias. Apostemos todos por el renacimiento

Andrés Lorite, Adolfo Molina y José María Bellido, del PP cordobés VALERIO MERINO
Javier Tafur

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Adolfo Molina , presidente del PP cordobés , en respuesta a la sensible baja de Ricardo Rojas , decía lo siguiente: «es mucha más la gente que quiere afiliarse, que la que abandona las filas». A la vista está que aquellas palabras se debieron a un envanecimiento de circunstancias. No se trata ya de que escasee la gente que quiera afiliarse, es que parece que ha saltado por la borda, gritando sálvese quien pueda, la que supuestamente estaba afiliada. Pese a lo cual la orquesta sigue tocando, ajena al naufragio, bajo la batuta de Adolfo y de tantos otros que siguen estando en la misma inopia voluntaria.

La cohesión de un país no puede basarse en un partido único, por razones obvias. Del mismo modo que la cohesión de un partido no debería basarse en una candidatura única. Sin embargo, eran multitud los cargos del PP que la habían pedido como garantía de aquella. Lo cual dice poco o nada de su carácter democratico , pero dice mucho de su conocimiento de la fragilidad de la estructura que pisaban. Vean ustedes que han sido parejos los hechos de abrirse el mercado de los candidatos y de desmoronarse el tinglado de la militancia. El patético censo de presuntos votantes, en relación al mítico de afiliados, ha puesto en rídiculo al PP. Ni siquiera se han inscrito los familiares directos de los políticos en activo. Es el precio del dedazo . ¿Democracia interna, para qué? Es la pregunta que se harían los Aznares, Cascos, Arenas y Rajoys recién refundados. Pues aquí tienen la respuesta. Porque de aquellos polvos vienen estos lodos. ¡Qué hastío, qué inmenso hastío deben sufrir las bases populares! Lo peor de los problemas no es que se pudran, lo peor es cuando además se excrementan y se hacen bochornosamente visibles.

Es la ingrata situación que se han encontrado los precandidatos a candidatos, que saben que ya nada volverá a ser igual, ni siquiera ellos mismos. Pero solo Casado parece ser consciente del trance, tal vez porque por edad sea el único capaz de evolucionar. Las dos mujeres solo tienen a favor el serlo. Las dos representan ese pasado que han contribuido a finiquitar de forma ignominiosa y grotesca. Tanto monta una como la otra. A Soraya la pierden sus amistades: Arriola, Arenas, Moreno, Montoro ... Los populares no necesitan saber que además es la candidata preferida de El País y de la Sexta para descartarla como propia. A Cospedal la pierde ese partido que no existe y del que ella es aún secretaria general. No obstante, en Cordoba tienen ambas buenos apoyos. Un alcalde para cada una. Merino con Soraya y Nieto con Cospe . Ninguno de los dos lo hizo mal en comparación con su alternativa. Pero los dos fueron también prebostes provinciales del partido y son corresponsables de la parte proporcional de militancia ectoplasmática que corresponde a esta circunscripción. Todo era mentira y siguen instalados en la mentira. El futuro, como siempre, es de los jóvenes. Por eso Bellido y Lorite están con Casado, que es verdadero en carne y discurso. El segundo, abiertamente, el primero, de modo más solapado, a la espera de abandonar tutelas. O desaparece o renace. El PP no tiene opciones intermedias. Apostemos todos por el renacimiento. Hasta a los socialistas les conviene esta apuesta. Para la estabilidad de España .

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