Apuntes al margen
El PP, ante la feijoada
Esta vez no hay por dónde escoger en los populares cordobeses. Se acabaron las maniobras orquestales
Quien haya podido viajar por Brasil , ese enorme desconocido, sabrá que el plato nacional se llama ‘feijoada’ . Se come los fines de semana y es una fiesta para los sentidos así como un problema para la acidez de los que tenemos la cosa sensible. Consiste en un estofado de frijoles negros como la boca del infierno que se acompañan con todas las carnes que imaginarse pueda. Si se come en un restaurante, suele acompañarse con mesas suplementarias para dar cabida a una indefinida serie de platos capaces de resumir la palabra gula. Si alguna vez la prueban , háganse un favor e intenten no tomar nada sólido durante las 48 horas anteriores y someterse a cosas líquidas durante las 48 posteriores . Hay riesgos evidentes.
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El PP cordobés afrontó el anterior congreso nacional de los populares en una disyuntiva curiosa . Frente a los apoyos entonces mayoritarios de la cúpula andaluza hacia Soraya Sáenz de Santamaría, que fue quien avaló al entonces desconocido Juanma Moreno a la presidencia andaluza, la ascendencia de José Antonio Nieto llevó al partido a apoyar a María Dolores de Cospedal . El 40 por ciento del partido en Córdoba apoyó a la exsecretaria general mientras que el 31 por ciento apostó por la exvicepresidenta. Pablo Casado, entonces un auténtico ‘outsider’, consiguió el 29 por ciento. En el resto de España, Soraya Sáenz de Santamaría consiguió el 37 por ciento de los votos y Pablo Casado fue segundo con un 34 por ciento. Cospedal quedó tercera con un 25%.
La dirección local apoyó abiertamente a Cospedal y se pasó a Casado, un movimiento clave para su elección en el congreso
El PP tiene unas primarias que no son, en realidad, primarias sino primera vuelta . El voto del afiliado tiene una segunda ronda en el congreso nacional que es la buena-buena, la que tiene el voto de los delegados que en el PP se llaman compromisarios. María Dolores de Cospedal optó por pedir a quien le había apoyado en las primarias que apostaran por Casado terminando con la batalla emprendida por las dos mujeres fuertes de la etapa Rajoy. Llegó Casado. Y García Egea también . Y pusieron como candidata en Madrid a Isabel Díaz Ayuso. El resto es historia bélica de España.
Los populares cordobeses celebraron junta directiva el viernes con el propósito de preparar el congreso de Sevilla que tendrá lugar los días 1 y 2 de abril. Tendrá carácter extraordinario y urgente. Alberto Núñez Feijóo ha anunciado ya su candidatura y, como no están las cosas para jugarse las habichuelas, todo el mundo ha dicho que vale . Si en algún momento existieron ribetes de libertad de voto, se han acabado. La ‘realpolitik’, en el PP como en Europa del Este, se está imponiendo. La intervención de la dirección provincial del partido no deja lugar a dudas. Alberto o Alberto. Y el que no quiera Alberto ya sabe que lo que va a tener de postre: Alberto.
El PP cordobés juguetón del anterior congreso se ha sumado al ‘mainstream’ general del partido porque no están las cosas para hacer el brevas. Quiere participar en la feijoada del domingo. Dicho lo cual: un detalle. Las feijoadas son extensas, como se ha dicho, pero no infinitas. La aceptación del presidente gallego supone, entre otras muchas cosas, aceptar una cierta autonomía de las baronías en la autoorganización y en la realización de pactos. Todo lo contrario de la etapa García Egea. Y muchos son los llamados a la casa de las Cinco Llagas pero pocos los elegidos. No sé si va a haber frijoles , farofa, carnes de cerdo y vaca , arroz y col para tanta cuchara como se sienta a la mesa en esta ocasión.
