Bloques en el barrio de la Fuensanta
Bloques en el barrio de la Fuensanta - VALERIO MERINO
MISTERIO

El piso encantado de Córdoba que echa y separa a todos sus inquilinos

Una pareja aseguró sufrir un calvario de fenómenos extraños al habitar un inmueble

CÓRDOBA Actualizado: Guardar
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¿Casas malditas que echan a sus inquilinos? Según algunos, existen. Lo comprobó una pareja que cuenta como cierto el calvario que sufrieron al irse a vivir juntos. José Manuel Morales Gajete lo relata, con toda precisión de testimonios, en el libro «Enigmas y misterios de Córdoba», publicado por Almuzara. Es la historia de Ángel y Virginia, que compraron un piso en la calle Calderón de la Barca, en la Fuensanta. Un vecino les advirtió que nadie duraba allí más de un año, que todas las parejas se iban y hasta se separaban.

No hicieron caso y en principio todo fue bien. Hasta el momento en que Ángel entró en un armario empotrado y accedió a una especie de buhardilla que la inmobiliaria nunca le había mostrado.

Allí había espejos rotos, cosas viejas y juguetes desmembrados, y también una extraña caja de cartón con dibujos. No le gustó. Parecía estar esperándole. Pero la abrió y, aunque no había nada, le recorrió un estremecimiento. Desde aquel momento, «como si hubiera abierto la caja de Pandora», comenzaron los problemas.

Ninguna pareja resistía un año allí, profetizó uno de los vecinos

Así pasó que Ángel, estando solo escuchó un ruido y de pronto encontró abiertos todos los cajones. Y que Virginia escuchó algo de noche que le obligó a levantarse, y en el salón había un niño de unos cuatro años sonriendo antes de desaparecer. El perro, un podenco, lo pasaba mal y amanecía arrinconado y asustado.

Las apariciones no cesaron: Ángel vio una mujer con un lúgubre vestido de novia oscuro y con velo negro que le tapaba el rostro. Y Virginia lo pasó peor: cuando se miró al espejo había una figura con su misma ropa, pero también negra y con un cráneo sin ojos en lugar de su cara. Incluso intentó hablarle, antes de desvenaecerse. Les asustó mucho la presencia de una niña pálida con pelo negro y muy largo, con un camisón con volantes. Salía del famoso armario todas las noches. La profecía del anciano se cumplió: la pareja no duró más que diez meses allí. Primero se marchó ella y luego él. Y la vivienda sigue a la venta.

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