ECONOMÍA

Paro juvenil en Córdoba: el índice de desempleo crece mientras la población activa baja

La migración por causas laborales y el descenso de la natalidad hacen que la provincia pierda un 13 por ciento de jóvenes

Varias mujeres aguardan su turno en una oficina de empleo de la capital ARCHIVO

Irene Contreras

Decir que uno de cada tres cordobeses menores de 35 años está en paro es dar una mala noticia. Si esos números se analizan dentro de su contexto, el problema es todavía mayor. La falta de oportunidades laborales, que ha llevado a muchos jóvenes a emigrar en los últimos años, sumada al descenso de la natalidad ha hecho que este segmento de población decrezca. La caída es de casi el 13 por ciento en solo cinco años. Si en 2013 la población activa joven de Córdoba era de 206.014 personas, en 2018 había descendido a 179.576.

Lo lógico sería pensar que, al haber menos personas entre las que repartir el codiciado pastel de las oportunidades laborales, el índice de paro sería menor por una sencilla cuestión matemática. Sin embargo, los datos apuntan a una dirección diferente. El sindicato CC.OO. ha alertado de que las cifras de paro juvenil son peores que hace diez años, al inicio de la crisis, y todo ello a pesar de la sangría poblacional. La conclusión es simple: se ha destruido más empleo que jóvenes ha perdido la provincia.

La realidad tampoco es halagüeña para los jóvenes que sí han encontrado una oportunidad laboral dentro de la provincia. Solo el 4,5 por ciento de las vinculaciones laborales que se firmaron el año pasado fueron de carácter indefinido , a pesar de las bonificaciones que se establecen para incentivar la contratación de trabajadores jóvenes. Es solo uno de los indicadores de la precariedad laboral que sufren los menores de 35. Otro es la alta tasa de siniestralidad , ya que más del 32 por ciento de los registrados en la provincia corresponden a este segmento de edad.

Hay un tercer factor que lastra los números de población joven en búsqueda activa de empleo. Ante un contexto que no les aporta garantías de futuro, con sueldos bajos y condiciones laborales precarias, aparcan los portales que anuncian trabajos temporales a comisión y apuestan por seguir formándose para poder optar a puestos cualificados . Una de las opciones que más adeptos ha reunido en los últimos años entre los titulados universitarios es la de realizar un máster habilitante , como el de profesor.

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