Una mujer de 114 años nacida en Puente Genil es la más anciana de Europa

Ana Vela Rubio, una anciana natural dePuente Genil que vive en una residencia geriátrica de Barcelona, se ha convertido en la persona más longeva que jamás ha vivido en Europa, con 114 años. Esta mujer ocupa este puesto una vez que ha fallecido la italiana Enma Morano con 116 años: ella era la única persona en el continente nacida en el siglo XIX.

Vela, que sufre demencia senil, nació el 30 de octubre de 1901, llegó a Cataluña en los años 40 y desde que cumplió los 103 años reside en el centro geriátrico La Verneda, cerca de donde vive su hija, que tiene 88 años, en el distrito de Sant Martí, al norte de la ciudad de Barcelona.

Modista de profesión, se trasladó desde Puente Genil a Cataluña en la década de los 40, donde empezó a trabajar como cortadora-modista en el sanatorio de tuberculosos de Terrassa.

Según ha explicado a Efe del director de la residencia donde se encuentra, David González, Ana Vela, que sufre demencia senil y apenas recibe estímulos externos, sigue igual que los últimos años: come triturado, no está encamada y cada día la levantan a las 10 de la mañana y permanece en su silla de ruedas hasta la hora de acostarse pronto por la tarde.

«Es una señora supermaja y su familia es superencantadora», ha explicado González. Su hija, que ha cumplido 89 años, ha tenido que ser ingresada también en una residencia a consecuencia de una fractura al sufrir una caída. Un nieto de Ana Vela y un sobrino son los que visitan a la abuela más a menudo.

Deterioro cognitivo

Aunque ya padecía deterioro cognitivo y necesitaba una silla de ruedas para moverse, Vela dijo cuando celebró su 110 aniversario que estaba ilusionada con la celebración de su supercentenario que su familia, la residencia, el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat le prepararon en aquella ocasión.

Hija de Pedro y Carmen, con estudios primarios y católica practicante, Vela trabajó como modista en su casa durante muchos años, tuvo 4 hijos, de los que dos aún viven (una hija que ahora tiene 88 años en Barcelona y un hijo en Torremolinos, cuatro nietos y varios biznietos, además de un sobrino que vive en Cervelló.

Precisamente su familia, que la acompaña asiduamente, ha sido siempre la gran pasión de Ana Vela, según cuentan sus cuidadoras, que hace cuatro años la definían como una persona cariñosa y habladora de la que también destacaban su afición por la lectura y salir a pasear son sus amigas cuando su movilidad aún se lo permitía.