CONTRAMIRADAS
Luis Recio: «He enseñado Córdoba a cien personajes ilustres»
Cuando llegó a Córdoba en 1970, el turismo era una criatura en pañales. Luis Recio cumple 50 años como guía de una ciudad aún herida por la Covid
Luis Recio, decano de los guías turísticos: «En Córdoba no caben muchos turistas más»
Arrancó su carrera como guía turístico en San Lorenzo del Escorial (Madrid) , su ciudad natal. Tenía apenas 19 años de edad. Luego se enamoró de Córdoba «y de las cordobesas» , enfatiza socarrón, y aquí se casó y se estableció hasta el mismo día de hoy. Cuando llegó, el turismo estaba en pañales. Nada que ver con el motor económico que ha llegado a ser en la última década, pese al parón inesperado por la pandemia. Luis Recio es el decano de los guías de Córdoba . P or sus manos han pasado reyes, príncipes, jefes de Estado y presidentes de Gobierno de todos los colores . Este año cumple medio siglo de oficio y, si todo marcha según sus planes, colgará por fin sus hábitos.
El 11 de agosto de 2019 visitó usted estas mismas páginas. Faltaban siete meses para que la pandemia arrasara el planeta. ¿Quién se lo hubiera imaginado?
Y además recuerdo el título de la entrevista: « En Córdoba no caben muchos más turistas ». Y ahora lo que brilla por su ausencia son los turistas. El turismo nacional es el que nos da de comer, pero nos falta el francés, el inglés, el italiano, el alemán, el japonés, el árabe. La Ribera siempre estaba llena de autobuses. Ahora no hay autobuses. Ese turismo no existe desgraciadamente.
En ese titular fue usted un poco brujo.-Pues sí. Las cosas han cambiado desgraciadamente para mal.-¿2022 va a ser el año de la normalidad?
Habrá que verlo con permiso de la Covid y con permiso de Putin. Ese es otro problema. Recemos a Dios para que no se aumente esta guerra que desgraciadamente ha comenzado en Ucrania hace unos días
Por cierto, ¿a Putin le enseñó la Mezquita de Córdoba?
No, no, no. Ni quiero tampoco. Hasta que no se confiese y pida perdón al Señor.
¿Cómo ha sido la Judería deshabitada?
Fea. Pero cuando hablamos de la Judería es importante que la gente sepa que lo que enseñamos a los turistas es la Judería de la baja edad media. Y que la Judería importante de Córdoba es la de la alta edad media, aunque hoy no exista, y que comenzaba en la parroquia de San Miguel . Por cierto, si pudiéramos demostrar que la inscripción en arameo de San Miguel es de una columna in situ y no de acarreo podríamos confirmar que antes de ser mezquita fue sinagoga.
O sea, que la Judería turística de hoy no era la Judería real.
La real era más importante. En el siglo X, capital del Califato y de la interculturalidad, Córdoba tuvo 500.000 habitantes , de los cuales el 90% eran musulmanes, el 5% mozárabes y el otro 5% judíos .
Ya es poco frecuente que la Judería esté en el barrio de la Mezquita principal.
La Judería de ahora se establece a partir del siglo XIII cuando la Mezquita se convierte en templo católico. La Judería de hoy es de la baja edad media cristiana y la de la alta edad media no estaba dentro de la medina.
La primera vez que se estrenó como guía de una personalidad pública fue en 1997 . Los entonces príncipes de Marruecos y de España visitaron Córdoba y Luis Recio tuvo la responsabilidad de actuar como guía oficial. «Lo recuerdo con mucho cariño», asegura. Pero la mayor consideración la reserva para doña Sofía , a quien ha explicado la ciudad en tres ocasiones. « Es la mujer más culta que conozco, siempre interesada en todos los aspectos históricos . Tengo con ella fotografías muy bonitas en la Calahorra, la Judería y en Medina Azahara».
«Bashar al Asad conocía bien la historia de la Mezquita Catedral pero no sabía que no estaba orientada a la Meca; le coloqué una brújula en la mano para que lo comprabara»
Conserva en su memoria con especial afecto la exposición omeya. Y no olvida la fecha: 3 de mayo de 2001. Ese día, a las 5 de la tarde, acompañó a Ro sa Aguilar para la inauguración en Medina Azahara . Los entonces reyes de España actuaron como anfitriones del presidente sirio, Bashar al Asad, y su esposa . Antonio Vallejo dirigió la visita de la ciudad califal y Luis Recio hizo lo propio en la Mezquita, en una incursión real que comenzó a las 9 de la noche. «Bashar al Asad conocía bien la historia de la Mezquita Catedral, pero no sabía que no estaba orientada hacia la Meca. Tuve que demostrárselo con mi brújula , porque me lo pidió la reina. Se la coloqué en sus manos y vio que el primer Mihrab de Abderramán I señalaba a Damasco en lugar de a la Meca».
Cumple 50 años como guía de Córdoba. ¿Cuántos turistas han pasado por sus manos?
Por lo menos cien. Empezando por los príncipes de Marruecos y de España, la reina y el rey eméritos, el rey Felipe y Letizia , el presidente turco Erdogán, el presidente de la FAO , los presidentes de Egipto y de Israel, Bashar el Asad, Aznar, Toni Blair, Romano Prodi o Uribe , el presidente colombiano, que, por cierto, estuvo aquí hace poco con el alcalde. Yo le pregunté que por qué su amor por los caballos. Y me dijo: «Yo nací en la forja de un caballo». Palabras textuales. Y añadió: «Mis padres me llevaban a ver a mis abuelos y a mi madre le entró el dolor del parto en un caballo».
¿Y cuántos ilustres?
Muchos. Imposible calcularlos. Pero han dejado una gran huella en mi modesta profesión.
¿Qué Córdoba se encontró en los setenta?
Una Córdoba más pobre en todos los aspectos. En lo social, en lo político, en lo cultural, en lo económico. La Córdoba de hoy es una mejor Córdoba. Y el actual Ayuntamiento, presidido por José María Bellido y mi amiga Isabel Albás, lo está haciendo muy bien . Y me gusta señalar a «Las noches mágicas del Alcázar», cuyo guión hice yo.
Por cierto, que en aquella entrevista dijo usted que había hablado con el alcalde y le había explicado los numerosos problemas del Alcázar, como las largas colas y la falta de guías. Y, según me dijo, él tomaba nota. ¿Le ha hecho caso?
Sí, pero ahora tenemos demasiados guías. Y algunos desgraciadamente son guías intrusos, que desde APIT [ Asociación Profesional de Informadores Turísticos ] estamos intentando combatir. Esperemos que Juan Marín y Juanma Moreno metan inspectores de turismo para que a los guías se les exija el carné de la Junta de Andalucía.
También me dijo entonces: «Tengo ganas de ver a Juanma para decirle que hay que abrir el Salón Rico de Medina Azahara». Por lo que parece, no ha visto al presidente.
No falta buena voluntad, sobre todo, la de mi gran amigo Antonio Vallejo. Hay que abrir el Salón Rico, porque es el centro más importante de Medina Azahara . Punto.
La última noticia que leí decía lo siguiente: «La restauración del Salón Rico sigue en su letargo».
Hay que terminar con eso porque la palatina de Abderramán III no se entiende sin el Salón Rico . Y cuando uno llega a Medina Azahara tiene la obligación de ver primero las piedras. He oído algo que no me termina de gustar: que hay que hacerlo al revés. No. Primero hay que explicar cómo son las piedras y luego constatarlo en el museo.
¿El AVE puso a Córdoba en el mapa?
Por supuesto que sí. Y si se pudiera incrementar sería buena señal. Estamos necesitando muchos turistas . No ocurre lo que hace años. Ahora en Córdoba faltan turistas.
¿Y si usted hubiera sido concejal de turismo?
Yo no soy político. Soy amigo de los políticos. Pero mi camino está trazado. La historia y la cultura con mayúscula y con rigor científico.
¿Pero qué decreto hubiera firmado mañana mismo?
Que Córdoba fuera Capital Cultural de Europa para siempre . Fue el gran fiasco de Córdoba en 2016. Mi libro se llamaba «Córdoba, Capital Cultural de Europa 2016», pero como tuvimos ese fracaso tan grande, tuve que cambiar el título a «Córdoba, capital de la interculturalidad». De hecho, el prologo de Rosa Aguilar como alcaldesa estaba preparado y, como no salió, tuve que cambiar parte del texto y el título.
¿Qué hay que tener para ser un buen guía?
Amor por la ciudad que uno explica y conocimiento científico. Hoy veo por ahí que Córdoba se explica de cualquier forma.
¿Y Luis Recio es un buen guía?
No lo sé. Eso lo tienen que decir los turistas y las personas que me conocen.
¿Sueña con la jubilación?
Sí. Si va todo bien, a final de año quiero jubilarme.
¿Y qué va a echar de menos?
Me voy a dedicar a caminar, a rezar, a querer a mi mujer, a mi hijo sacerdote y a mi hija , que es la que hereda mi profesión. Y, por supuesto, a mis nietos.
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