IGUALDAD Y BIENESTAR SOCIAL

Llega la ‘crisis de los cuidados’: menos horas para atender a enfermos en Córdoba

Las entidades del tercer sector reclaman más inversión pública y agilidad

Córdoba incorpora a 3.003 personas en situación de dependencia el inicio del Plan de Choque

Sara Rodríguez, presidenta de la Federación de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de Córdoba VALERIO MERINO
Rafa Verdú

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Tras la crisis del ladrillo y la del Covid-19, ahora llega también «la de los cuidados» . Es el término que emplea Sara Rodríguez, presidenta de la Federación Provincial de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de Córdoba (que aglutina a los principales colectivos de este ámbito), para referirse a un nuevo modelo de atención social y familiar .

En el centro de esta crisis hay dos elementos. Por un lado, una pirámide de población que refleja una población cada vez más envejecida y más proclive a padecer enfermedades graves e incapacitantes. Y por otro, una mayor inclusión laboral de las mujeres, que tradicionalmente han sido las encargadas de los cuidados familiares.

Rodríguez lo explica así: «Vivimos en una sociedad en la que los cuidados a estos colectivos son principalmente de carácter informal y realizados por personas del entorno familiar. Sin embargo, este modelo se encuentra en una profunda crisis conocida como la crisis de los cuidados».

En consecuencia, estos factores explican que « cada vez haya menos personas que puedan asumir la figura de cuidador y que aquellos que la asuman no puedan dedicar el número de horas de cuidado que serían necesaria». De ahí la necesidad de los recursos sociales públicos .

Situación en pandemia

Con respecto a los retrasos de las valoraciones durante la pandemia, Rodríguez lo explica « por el deterioro que las personas de estos colectivos sufrieron con pérdidas en su autonomía personal , en su estado físico y/o psicológico y las consecuencias cognitivas tanto del periodo sin salir como derivadas del temor a contraer la enfermedad».

Pero a ello hay que sumar también « la perdida de contacto social y cuidados que agravaron su situación », por no hablar de cómo «muchas familias se vieron desbordadas durante la crisis sanitaria sin poder atender adecuadamente a estas personas y buscaron el reconocimiento de prestaciones públicas para garantizar la atención de estas personas en un contexto sanitario incierto».

Los 231 días de media que se tarda en reconocer una discapacidad « en algunas enfermedades son períodos donde el deterioro puede avanzar a pasos agigantados », sostiene Rodríguez. Para reducir los tiempos, «las entidades del tercer sector creemos que con una mayor inversión pública y una optimización en el procedimiento de valoración los plazos de espera podrían reducirse.

La inversión debe destinarse no solo a un aumento de personal, sino también a la puesta en marcha de sistemas de gestión más eficaces y una mejor informatización de los procesos». A pesar de todo, la presidenta de Fepamic destaca la labor del Centro de Valoración de Córdoba «que nos facilitaron y priorizaron aquellos trabajadores de los centros especiales de empleo».

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