Libre Directo

Conquistadores cordobeses

Sebastián de Belalcázar y otros colonizadores buscaron oportunidades en América

Estatua derribada de Sebastián de Belalcázar en Popayán, pasdo 16 de septiembre EFE/ Elkin Rojas
Juan José Primo Jurado

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El pasado septiembre una estatua de Sebastián de Belalcázar en Popayán fue derribada y dañada. Sucedió durante la ola de ataques contra el pasado colonial en distintos lugares de América, con un revisionismo absurdo de la Historia y un claro interés partidista, que se llevó también por delante imágenes de Colón y fray Junípero Serra . El Gobierno colombiano ha comunicado hace apenas unos días al Ayuntamiento belalcazareño que repondrá la estatua, mientras protege otra en Cali.

Había nacido como Sebastián Moyano Cabrera en Belalcázar en 1480. Era un hombre libre, pero pobre, que buscó oportunidades en la vida sin hallarlas, hasta encontrarlas, como otros valientes, en el Nuevo Mundo. Cambiado su nombre, desde 1507 Nicaragua, Panamá y Honduras fueron escenario primero de sus expediciones. Luego pasó al Imperio Inca, conquistó la ciudad de Quito , destruida por los incas, fundándola de nuevo; se internó por tierras desconocidas de la actual Colombia, fundando Cali, Popayán y Bogotá ; y alcanzó del Rey el nombramiento de adelantado y gobernador de Popayán. Murió en 1551 en Cartagena de Indias, cuando embarcaba para España.

Es el más destacado cordobés en la conquista de América, pero no el único. El propio Colón residió largo tiempo en nuestra ciudad y mantuvo una relación con la cordobesa Beatriz Enríquez de Arana , de la que nació Hernando Colón, quien también viajó a América. Primo de ella fue Diego de Arana, que acompañó en el Descubrimiento al almirante y, al partir este de vuelta, quedó al mando de Fuerte Navidad, primer emplazamiento alzado en el Nuevo Mundo . Más adelante aparecerán las figuras del montillano san Francisco Solano , misionero veinte años por Perú, o Diego Fernández de Córdoba , nacido en Guadalcázar, virrey de Nueva España y de Perú a principios del XVII.

Quien no era nadie en su tierra natal, se encontraba en el Nuevo Mundo mandando territorios más grandes casi que Andalucía . Aquellos conquistadores se adentraron en lo desconocido por necesidad, audacia, fe religiosa, enriquecimiento y algo no menos importante, fama. Tuvieron luces y sombras, pero la aportación que realizaron a la Historia merece un relato épico que, de no haber nacido en España, de seguro tendrían.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación