Desde mi rincón
¡Ay! Córdoba
Es inconcebible que en una ciudad con tantas potencialidades naturales e históricas se hagan inversiones a ciegas
Es duro hablar de las cosas de Córdoba cuando las noticias que recibimos y vemos son las de una dolorosa y absurda guerra, iniciada de manera chulesca por un cobarde dictador comunista armado hasta los dientes, contra un pequeño país que sólo aspira a vivir en libertad.
Me enciende ver a niños, mujeres y ancianos abandonando sus hogares para evitar morir bajo las bombas que ordenan tirar aquellos que, con chaqueta y corbata o con uniformes cargado de medallas, permanecen en palacios o confortables residencias, al tiempo que mandan callar y encarcelar a cuantos ciudadanos se atreven a poner en duda sus decisiones.
Ante esta realidad que tendrá consecuencias desfavorables para todo el mundo y de las que no escaparemos los ciudadanos de Córdoba, hablar de nuestras pequeñas cosas, perdonad que os diga, me cuesta mucho trabajo. Pero hablemos.
Días pasados supimos de la reunión del responsable político Salvador Fuentes con miembros de la recién creada Plataforma de Seguimiento y Apoyo a la zona del Patriarca. Son ciudadanos preocupados por el uso que de esa finca pueda hacerse y las consecuencias que puedan generarse en el futuro.
¡Hagamos historia! En mayo de 2019 el actual gobierno municipal apostaba por un cinturón verde para Córdoba del que formaba parte El Patriarca . ¿Cómo es posible que tres años después, iniciadas las obras, no se disponga de un proyecto claro, participado y conocido por los ciudadanos?
Es inconcebible que en una ciudad con tantas potencialidades naturales e históricas como las que tiene Córdoba, se hagan inversiones a ciegas y, consecuentemente, sin tener en cuenta las derivaciones negativas que por falta de previsión pueden generar esas inversiones.
La historia, la naturaleza y la suerte han regalado y siguen regalando a Córdoba muchas fortalezas y oportunidades. Pero hay que reconocer que, en democracia, ni los partidos han propuesto ni hemos podido elegir a unos gobernantes con capacidad para obtener el fruto que esas fortalezas y oportunidades pueden generar para Córdoba. ¿No es momento de ser más exigentes?
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