Medio Ambiente

Enresa mantiene «milimétricamente» sus previsiones para su instalaciones en Córdoba, El Cabril

José Luis Navarro asegura que el cierre de nucleares para 2035 no altera su planificación

José Luis Navarro, en el centro Valerio Merino

Rafael Ruiz

En su primera comparecencia en Córdoba, el presidente de Enresa , José Luis Navarro, ha asegurado que la empresa pública, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, mantiene «milimétricamente» la programación de habilitación de nuevos espacios y celdas en la instalación de El Cabril (Hornachuelos).

Esas previsiones se realizaron en el sexto plan de residuos aprobado por el Gobierno, una programa a largo plazo de la que ahora se está realizando la séptima entrega, que contempla también el incremento de superficie de las instalaciones superando la actual parcela de Enresa.

Con El Cabril al 81 por ciento de su capacidad cubierta en residuos de media y baja actividad, se plantea que a partir de 2022 empiece el almacenamiento de residuos radiactivos en la sección 2 de la celda 29 y se trabaje ya en la sección 1 de la celda 30. El incremento se verá en el periodo de tiempo establecido hasta 2028. Navarro recordó que para entonces hay que tener preparado el proyecto de plataforma con 27 nuevas celdas. Doce se realizarán en primer lugar y 15 como remate del proyecto.

El debate sobre el uso o no de la nuclear en Europa para producir energía no altera los planes de Enresa. Francia ha optado por construir nuevas centrales, Alemania las cierra en 2022, Italia se apuntó a la desconexión y Bélgica lo hará en 2025. El modelo español, recordó el presidente de Enresa, consiste en un acuerdo con las cuatro eléctricas propietarias para el cierre de todo el parque nuclear nacional en 2035.

Navarro explicó que es un plan consensuado con la propiedad frente a la decisión alemana que fue un anuncio gubernamental tras el accidente de Fukushima. Ello permitirá, a su juicio, el despliegue de fuentes renovables suficientes. Enresa tiene firmado un protocolo con el objetivo de participar en el desmantelamiento de las centrales nucleares españolas que es un proceso que genera una enorme cantidad de residuos que hay que tratar.

La determinación de una parte del Gobierno, Unidas Podemos , de pedir el sellado de El Cabril no entra dentro de los planes del Ejecutivo. El borrador del séptimo plan de residuos es «continuista», dijo el presidente de Enresa, lo que viene a significar que El Cabril sigue. José Luis Navarro explicó que todos los colectivos, entidades e instituciones podrán dar su opinión durante la fase de información pública que se abrirá próximamente.

La realidad, dijo, es que el escenario es el de un incremento de los residuo s a tratar tanto de diversas fuentes. Una de ellas es la sanitaria. La ampliación de equipos de protonterapia para el tratamiento del cáncer de una forma precisa elevará sustancialmente la necesidad de estas fuentes. El mensaje general es que, hasta tanto existan alternativas, las instalaciones de la Sierra Albarrana son más que necesarias, estratégicas,.

Enresa celebra en Córdoba el vigésimo congreso en el que reúne a los «pequeños productores» de residuos radioactivos que nada tienen que ver con la generación de electricidad en plantas nucleares. Son empresas y entidades que manejan tecnología que emite radiación. La mitad corresponde a industrias, un treinta por ciento son centros médicos y un 20 por ciento son entidades de investigación como las universidades. Es la radiación sobre la que no hay un debate abierto: la que detecta el cáncer y ayuda a curarlo.

Enresa tiene abiertos 943 contratos con estas organizaciones productoras de las que retira el residuo que acaba siendo tratado yg depositado en El Cabril. Algunas instalaciones, como el Hospital La Fe (Valencia), disponen de almacenes temporales donde pueden desarrollar procesos de desactivación de esos materiales para retirarles cualquier riesgo y tratarlos como un residuo urbano o biológico.

En España, Enresa retiró 33,5 metros cúbicos de materiales de este tipo entre 2018 y 2021. 1,7 metros cúbicos proceden de Andalucía y 0,16 metros cúbico de las nueve instalaciones de Córdoba que trabajan con estos materiales. La compañía afirma que trabaja en las mejores técnicas disponibles para mover y tratar el residuo. El último, tratar un contenedor desde Chequia, alquilado previamente en Francia, para moder mover una fuente de alta actividad.

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