Coronavirus Córdoba

Un cordobés encerrado 14 días en un hotel para entrar en China: «Aquí viven en el año 2530»

Un profesor universitario de Córdoba relata su experiencia para poder volver a dar clases en Shenzhen

Alejandro Vázquez, en la ciudad de Chongqing ABC

Rafael Verdú

Cada país ha establecido sus propias normas de cuarentena para los viajeros del exterior, ya sean turistas, profesionales, familiares o ciudadanos nacionales. China , donde se detectó el virus por primera vez, es uno de los que tienen una protección más severa, lo que le ha permitido mantener a raya la pandemia. A cambio, quien ingresa al país asiático debe pasar por una serie de incomodidades que ya está viviendo un cordobés recién llegado a Xian, una ciudad del centro del país famosa por los guerreros de terracota.

Alejandro Vázquez es profesor de español en la Universidad de Shenzhen desde hace tres años, más otros dos en Xian, donde ahora afronta la cuarentena encerrado en un hotel. Llegó a China desde Córdoba el pasado día 15 entre grandes medidas de seguridad . Nadie se escapa del encierro en un alojamiento, obligatorio «para todos», asegura en conversación con ABC desde su habitación. Hasta Cruyff , entrenador de un equipo de fútbol en Shenzen, tuvo que confinarse antes de retomar su trabajo. Son medidas «estrictas pero necesarias», como las califica este joven cordobés, para poder «acabar con el virus». Además, «me ha llamado la atención lo bien organizado que está», declara.

Para poder regresar a su trabajo en la universidad, Alejandro tuvo que realizarse dos pruebas PCR antes de partir para China -la última como máximo tres días antes de partir-, y obtener un permiso sellado de la embajada en España. Al llegar a Xian fue trasladado a un hotel para guardar dos semanas de encierro , que debe costear de su propio bolsillo. En total, han sido casi 3.000 euros de gastos entre el vuelo (1.700 euros), hotel con pensión completa (unos 800 euros al cambio) y los análisis (150 euros cada uno).

El profesor no puede salir de su habitación de hotel en ningún caso. Puede, eso sí, encargar determinados productos a un supermercado (nada de comida) que le entregan los empleados del hotel. Además, tiene que tomarse la temperatura dos veces al día y comunicarlo por WeChat (una aplicación parecida al Whatsapp).

Al llegar a China, Alejandro supo que un pasajero del avión era positivo , pero se siente tranquilo porque siempre estuvo con mascarilla y las autoridades ya están rastreando el caso. Además, «la mitad del avión» iba con EPIs, recuerda. Es lo que le hace pensar que los chinos «viven en el año 2530» , muy por delante de las medidas que se están tomando en España .

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