MOVILIDAD

El efecto Navidad prevé ampliar la presencia del patinete eléctrico en las calles de Córdoba

El polémico objeto será el «regalo estrella» de las fiestas a la espera de una normativa que regule su circulación

Patinetes expuestos en un escaparate de una tienda de Córdoba VALERIO MERINO

Irene Contreras

En un contexto en el que ciclistas, peatones y conductores aún no logran un nivel óptimo de convivencia en el espacio público, ha aparecido un nuevo elemento llamado a revolucionar la movilidad urbana y a complicar un poco más el asunto. Los nuevos medios eléctricos de transporte unipersonal fascinan a unos y fastidian a otros, y aunque su presencia en las calles de Córdoba aún es tímida se prevé que su expansión sea rápida, sobre todo a partir de la Navidad. Uno de ellos, el patinete eléctrico , aparece en todas las quinielas como el « regalo estrella » de estas fiestas, y quienes han tenido oportunidad de conocerlo y estudiarlo coinciden en lanzar una advertencia: por mucho que se envuelva para regalo, no debe usarse como un juguete.

Las ventajas que aportan para realizar trayectos cortos de una forma rápida, barata y sostenible les hace ganar cada vez más adeptos pero el limbo normativo en el que se encuentran en la actualidad genera no pocos recelos. Su progresiva incorporación a la rutina de movilidad de las ciudades ha obligado a las administraciones a ponerse manos a la obra para buscar el encaje de un medio de transporte que ni es una bicicleta ni un ciclomotor, pero se parece bastante a ambos. Algunos modelos pueden alcanzar velocidades de hasta 30 kilómetros por hora , y los más grandes, que encajan mejor en la categoría de «scooters» eléctricos, son capaces de superar con creces esos números.

Aunque muchos insisten en que lo del patinete eléctrico no es una moda sino una revolución de la movilidad que llega para quedarse, más aún en el marco de unas políticas de movilidad que están virando hacia la sostenbilidad, lo cierto es que la curiosidad que despiertan estos objetos los hace aparecer indiscriminadamente en los catálogos navideños de grandes superficies, tiendas de deportes o juguetes o negocios dedicados a la electrónica. El perfil de quien acude en su busca no es, al contrario de lo que se pueda pensar, el de un adolescente que quiere un nuevo divertimento. Quienes atienden a sus usuarios potenciales desde detrás de los mostradores afirman que el más habitual es el de una persona de más de 30 años que busca una forma de transportarse a diario hasta su centro de trabajo.

El perfil del usuario es el de una persona de más de 30 años que lo utiliza para ir diariamente al trabajo

Así lo garantizan dos negocios de la ciudad que tienen el patinete entre su oferta de productos: la tienda de electrónica Tok Tok , en la calle San Álvaro, y el establecimiento especializado en motos y patinetes eléctricos Scooter Urban , en la calle Ángel de Saavedra. Sus responsables redundan en que entre las ventajas que ofrecen los medios eléctricos está el escaso gasto económico que supone para el usuario. Su precio puede oscilar entre los 300 y los 1.000 euros según las prestaciones que se busquen, explica Daniel Aguilar de Scooter Urban, un «concesionario» en el que se pueden encontrar desde patinetes hasta ciclomotores matriculables que funcionan con batería. Tras el desembolso inicial, el gasto eléctrico que conlleva es mínimo. Puede cargarse en casa, igual que se carga un teléfono móvil o un ordenador portátil, y ofrecen una autonomía suficiente para varios desplazamientos. Sin embargo, la económica no es la única motivación que empuja al usuario a decantarse por estos objetos: en una ciudad llana y relativamente pequeña como Córdoba, el transporte en un patinete eléctrico es fácil y rápido. Su tamaño permite estacionarlo en los parkings de bicicletas y algunos modelos pueden plegarse para transportarlos hasta la oficina o guardarlos en la vivienda.

El limbo normativo en el que se mueve en la actualidad da cancha para que sus usuarios puedan conducirlo por aceras, carril bici e incluso calzadas dentro de la ciudad, lo que permite esquivar las férreas restricciones de tráfico, cada vez más frecuentes en el Centro. Esto, sin embargo, se va a acabar: la DGT ya ha puesto sobre la mesa una norma estatal que entrará en vigor en el verano de 2019, y les prohibirá superar la velocidad de 25 kilómetros por hora, además de circular por las aceras. El Ayuntamiento de Córdoba ultima una ordenanza que pretende aprobar en enero y que establecerá que los patinetes podrán circular por zonas peatonales siempre que sean pequeños, no superen la velocidad de 10 kilómetros por hora y no imposibiliten el desplazamiento peatonal; el resto deberá circular por carril bici o por las calzadas. Por ahora no se requiere de un carnet habilitante para conducirlo.

Hasta que esta regulación exista, los vendedores de patinetes eléctricos apelan al sentido común. El usuario que conduzca temerariamente uno de estos objetos por zonas peatonales va a ser requerido por la Policía e incluso sancionado, «exactamente igual que si lo hace una bicicleta », apunta Carlos Pulido, de Tok Tok. A su juicio, la unica diferencia entre los nuevos sistemas de transporte eléctrico unipersonal y las bicicletas de toda la vida es la velocidad de aceleración que aportan los primeros. Una bicicleta, dice, también puede alcanzar velocidades altas si se pedalea lo suficiente, y por tanto ser igual o más peligrosa que un patinete. Como en todo lo que respecta a la convivencia entre diferentes tipos de transporte, la solución para evitar conflictos pasa por la educación y el acatamiento de la norma que está llamada a poner pronto orden en el asunto.

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