Cuarenta denuncias por «sextorsion» en lo que va de año

Se dieron cuenta tarde de que se habían convertido en protagonistas de vídeos sexuales sin pretenderlo. Desde el otro lado de la webcam de su ordenador o smartphone habían sido grabados en una actitud más que comprometida practicando cibersexo con una «nueva amistad» que habían aceptado a través de Facebook. Era una identidad falsa con errores gramaticales a través del chat.

Días más tarde les pedían cantidades entre los 500 y los 3.500 euros a cambio de no difundir el enlace del vídeo colgado en Youtube a todos sus contactos de las redes sociales. Esta técnica denominada «sextorsion» (extorsión sexual) fue detectada hace ya dos años por la Policía Nacional. En Córdoba se han registrado en torno a 40 denuncias en lo que va de año sólo en la capital.

El jefe del Grupo de Delitos Tecnológicos de Córdoba, Francisco López ha detallado que los presuntos cabecillas de la trama no se encuentran en España. El dinero que obtienen de la extorsión a sus víctimas va directamente a una cuenta de Costa de Marfil. La cooperación internacional ha ordenado la detención de varias personas relacionadas con esta nueva tipología de delito.

Todos los datos

El jefe de la Unidad explica que todo comienza por una solicitud de amistad de alguien que no se conoce. Le aceptan porque parece atractivo. Éste nuevo contacto tiene acceso a tu perfil, fotos y a todos los contactos, desde familiares a amigos pasando por compañeros de trabajo o del equipo de fútbol de los hijos.

A través del chat de redes sociales como Facebook, empieza a controlar. La mayoría de las víctimas que caen en esta trampa son hombres, aunque también existen casos de mujeres. «A ellas les suelen entrar más por el lado sentimental, ganándose su confianza asegurándoles que son de fuera y van a venir a verlas», matiza el jefe de la unidad de Delitos Tecnológicos.

Ya en la fase de chatear, a través de whatsapp o cualquier otro sistema de mensajería instantánea, obtiene el número de teléfono.

Aunque en el perfil aparezca la foto de una chica joven atractiva o explosiva, los perfiles son falsos. El siguiente paso para que la víctima «pique en el anzuelo» es pedir una conexión a través de Skype, donde ya aparece una conexión subida de tono, para tener «cibersexo». En la videollamada aparece una chica guapa que empieza a bailar y se desnuda, al tiempo que pide a su víctima que haga lo mismo, y muestre sus partes íntimas. En ese momento, la otra parte comienza a grabar a su víctima obteniendo por su parte material pornográfico o videográfico con el que hacer un chantaje.

Ya tienen material suficiente para que comience la extorsión o coacción. Piden a la víctima entre 300 y 5.000 euros. En caso de no acceder a esos pagos, juran que enviarán el enlace a todos los contactos.