Historia

Los Juramentados, la crueldad de los bandoleros en la Córdoba de la ocupación francesa

El libro 'Bandolerismo en Córdoba durante la Guerra de la Independencia' retrata la actividad de esta partida

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Imagen costumbrista de la Córdoba de comienzos del siglo XIX ABC

R. Aguilar

Nada de emuladores de Robin Hood que robaban para darle de comer a los pobres . Eran crueles, no tenían piedad y solo asaltaban en los caminos con un afán de codicia personal desprovista de rastro alguno de humanidad. Los personajes que retratan José Antonio Rodríguez Martín y Carlos de Olavarrieta Jurado en su libro 'Bandolerismo en Córdoba durante la Guerra de la Independencia' se parecen muy poco a la imagen que de ellos han dado algunos relatos de la cultura de masas, como por ejemplo la mítica serie de televisión 'Curro Jiménez'.

«Se ha dicho que durante la invasión francesa los bandoleros se comportaron como buenos patriotas, pero es falso: ellos robaban y mataban a franceses y a españoles , a quienes más les conviniese en cada ocasión», señala Rodríguez Martín , que presenta el estudio en la tarde de este jueves, 16 de junio de 2020 , en la Librería Luque de Córdoba , situada en la calle Jesús y María .

Un periodo convulso

La monografía aborda el tema de la delincuencia durante uno de los periodos más convulsos vividos en Córdoba , «y se centra en una partida de partida de bandoleros que puso en jaque a los honrados vecinos y comerciantes del campo cordobés , cometiendo toda clase de delitos, como robos, incendios, deserciones, asesinatos y violaciones, todo ello aprovechándose del descontrol que sufría la ciudad antes, durante y después de la ocupación francesa», indica el autor y editor del trabajo.

La partida de delincuentes en cuestión se llamaba Los Juramentados, y la formaban presos comunes que fueron liberados por los franceses al tomar la ciudad para que lucharan de su lado y contra sus compatriotas. «Pero ellos no acataron esa orden y actuaron por su cuenta: eran unos treinta, vecinos en su mayoría de barrios humildes como San Lorenzo y Santa Marina de Aguas Santas ; la mayoría eran hombres, algunos menores de edad, y había algunas mujeres, que ejercían como prostitutas y como enlace y con labores de intendencia», resume Rodríguez Marín.

La Casería de San Pablo, donde los bandoleros violaron a un grupo de mujeres ABC

Este grupo operó, sobre todo, al norte del término municipal de Córdoba , donde buscaba el cobijo de la sierra, y fue muy activo entre 1810 y 1814 . Entre sus fechorías destacó la violación de una cuadrilla femenina de olivareras, algunas menores de edad, en el cortijo La Caseríaa de San Pablo .

«Estos individuos se aprove­charon del caos existente durante el conflicto. El bandolerismo de nin­gún modo se eclipsó o desapareció durante la Guerra , es más, se apro­vechó de ella para seguir campando a sus anchas, parapetados tras el estado de caos existente durante la contienda. ¿Cómo si no se explica el escabroso incidente acontecido en la villa de Santa María de Trassie­rra en 1811 cuando esta gavilla de facinerosos entra en aquella población con el ánimo y la empresa de robar, matar y saquear a sus compatriotas? De hecho acabaron con la vida de su alcalde y la de un vecino», concluyen los autores.

Al final, la horca

El final de Los Juramentados tuvo dos partes. La primera, aún durante la dominación francesa: cuatro de ellos fueron ahorcados en la plaza de La Corredera porque intentaron liberar a unos compañeros en la cárcel provincial.

Y la segunda, ya en 1815 , cuando fueron capturados por las autoridades españolas, que condenaron a muerte a nueve de ellos. Finalmente la pena capital fue para siete bandoleros, porque dos no habían cumplido los 18 años . «En principio los iban a fusilar , pero por lo infamante de los delitos que habían cometido decidieron ahorcarlos», relata el especialista, que es maestro y licenciado en Historia por la Universidad de Málaga . A los dos menores se le obligó a presenciar la ejecución y a pasar debajo de ellos, y pasaron ocho años en la prisión de Ceuta .

Cueva del término municipal en el que se escondieron ABC

Tal y como explican los autores, la erradicación de esta partida se debió al celo de «tres infatigables servidores de la ley». De una parte, al capitán de Infantería Juan de Lara , comisionado por la superioridad para la persecución de malhechores y comandante de la Partida de Persecución de Córdoba . De otra, al trabajo de Miguel de Ardila, alguacil y alcalde de barrio de la collación de San Lorenzo, cuyas actuaciones permitieron la puesta a disposición del juez de numerosos malhechores.

Y, por último, «a la notabilísima actuación del juez Juan de Dios Ruiz Morquecho : a este magistrado se le debe la formación de un sumario judicial impecable, pese a la complejidad del mismo. Su labor fue ejemplar, mostrándose recto en el procedimiento judicial, inflexible frente al abuso del poderoso y ofreciéndose clemente con el reo».

Los dos autores han publicado ya, en colaboración, las siguientes obras: 'Los Niños de Écija ', ( 2011 ); 'Bandolerismo en Andalucía . De los Niños de Écija a José María El Tempranillo ', ( 1818-1828 ) ( 2013 ); ' Juan Caballero , bandolero de Estepa . La verdad de sus memorias a la luz de los documentos judiciales' (1827-1832 ) ( 2016 ) y ' Bandolerismo en Córdoba durante la Guerra de la Independencia ' ( 2021 ).

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