Coronavirus en Córdoba

El Covid-19 hace cambiar al acoso escolar de terreno en Córdoba

El problema ha bajado en Primaria por la falta de contacto, pero persiste por las redes sociales en Secundaria

Conferencia de la Policía para la prevención de riesgos en las redes sociales Jaime García

Pilar García-Baquero

Los recreos con el Covid-19 ya no son lo que eran. Y si algo positivo tiene mantener las distancias, intentar no tocarse o revolcarse en el patio del colegio además de la prevención del virus es que es más complicado pegar collejas a un compañero o aguardarlo para cogerlo del cuello.

La investigadora jefe del Laboratorio de Estudios sobre Convivencia y Prevención de la Violencia de la Universidad de Córdoba, experta en bullying, Rosario Ortega , advierte, con la cautela científica porque aún no se conoce a ciencia cierta cómo afectará al ámbito educativo, que los casos de acoso escolar se han frenado por diversos factores obvios pero el ciberacoso en etapas de Secundaria puede sufrir un repunte .

La Fiscalía de Menores de Córdoba registró el pasado año 11 expedientes por posibles delitos de bullying pero no se celebró ningún juicio. El primer cortafuegos y que funciona es el colegio. Lo explica la fiscal de Menores, Carmen Rubio , quien econoce que la situación de pandemia ha bajado estas cifras que ya de por sí son muy bajas -apenas 11 casos investigados en 2019 en toda la provincia-.

Integridad moral

La fiscal Rubio asegura que los casos que llegan a judicializarse son a partir de los 13 ó 14 años, en Secundaria. Para que exista un delito tiene que haber «afectación de la integridad moral del menor», recuerda la fiscal. En la mayoría de los casos éstos se resuelven con medidas extrajudiciales como la mediación, y los presuntos agresores asumen su culpa, muestran arrepentimiento, incluso por carta y aceptan «penas» compensatorias de formación, trabajos comunitarios, o educacionales. Los expedientes judiciales por acoso en la provincia han sido 33 en 2017, 9 en 2018, y 11 en 2019.

La profesora Ortega se apresura a matizar que hoy por hoy no hay suficientes buenos datos capaces de revelar cómo ha afectado o cómo está afectando el Covid-19 a las relaciones en el aula o de las familias con la escuela, porque hay un tránsito muy cambiante. El acoso escolar, recuerda Ortega, es un fenómeno que ocurre entre los iguales , entre niños y niñas, que impacta y afecta a la socialización, a su personalidad, de lo que depende por ejemplo, de que sean o no dominantes, más o menos influenciables, y todo eso ha cambiado con el Covid-19 en las aulas.

Los expertos creen que en las aulas la vida es ahora más individualizada por no haber contacto físico

Por tanto, la vida dentro del aula al no tener contacto físico ha quedado más individualizada, matiza Ortega. Y esa atención individualizada que los maestros tienen que tener con los niños es vital. De ahí la importancia de reducir la ratio porque no es igual una clase de 15 que de 30 alumnos, indica. Ahora, según esta experta, «la nueva socialización es mucho menos exuberante que antes, a metro y medio del otro, el ruido emocional se baja por lo que no tenemos que estar asustados porque haya un aumento de casos de violencia física o psicológica». La conclusión de esta experta es que el cambio de la estructura de socialización bajaría el nivel de acoso escolar, porque éste es muy interpersonal, y sucede en la estructura social de los niños entre sí.

En Primaria, su formación, sociabilización y actitud es básica para lo que suceda en sus vidas, y en este caso las redes sociales las suelen usar poco a diferencia de Secundaria donde es masivo y el riesgo de ciberacoso también, recuerda esta experta. Y asegura que esta segunda etapa hay más peligro de acoso porque estos jóvenes están muy apoyados en las redes. «Los jóvenes necesitan a sus otros iguales, porque el impulso por tener relaciones y su idea de pertenecer a un grupo es muy poderosa, muy fuerte, y utilizan muy bien sus dispositivos», afirma esta profesora universitaria.

El proceso de socialización no se ha detenido con la pandemia aunque no fueran a clase sino que se estimula aún más y la comunicación está siendo más alta, más incluso que antes, y las emociones de los niños de 14 años en adelante son muy fuertes, una etapa de grandes cambios y donde se inicia el cortejo, explica esta experta.

En este contexto «hay un riesgo superior ». En este mismo contexto, algunos menores tienen mayor riesgo de quedarse aislados , porque «no son guapos, exitosos y atractivos, la llamada popularidad, y tienen pasión por un like para sentirse bien y eso es un un riesgo. En ese punto, la vulnerabilidad y los riesgos cibernéticos aumentan», cuenta esta experta.

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