Xisco celebra con rabia uno de sus goles conseguidos
Xisco celebra con rabia uno de sus goles conseguidos - VALERIO MERINO
CRÓNICA

El Córdoba golpea primero al Girona (2-1)

El equipo blanquiverde encauza su pase a la final con un doblete de Xisco que contrarrestó a medias Cristian Herrera

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El Córdoba ha encarrilado su eliminatoria ante el Girona con un 2-1 que, quizá por lo vivido desde el inicio, pudo saber a poco a los de Oltra. El Girona supo sufrir y mantenerse a flote tras una tormenta blanquiverde que no bastó para resolver el pase a la final.

No era un sueño; era imposible dormir con ese estruendo. La grada ribereña, a la que el calor parecía lastrar en los prolegómenos del encuentro, estalló con el pitido inicial. Se había reservado El Arcángel para los momentos importantes. Igual que su equipo. Porque el inicio de partido que hicieron juntos futbolistas y aficionados fue mágico. Unos dieron fuerza; otros, goles.

Al Girona le pasó un tren por encima.

Los blanquiverdes ofrecían su mejor versión en cada jugada, en cada choque. No había balones divididos. Todos, enteros, pertenecían al Córdoba. Por eso, de un modo u otro, terminaría dentro de la portería gerundense el 1-0. Nando la puso atrás desde la derecha, Fidel se encontró un muro de futbolistas y Xisco acertó con las redes.

El éxtasis del campo, que se sentía partícipe del triunfo, se tradujo en magia: momento para Caballero. El conjunto local maduró una acción tendido sobre el costado derecho del ataque. Allí tocó en corto la pelota el 21, como si tratase de ganar confianza para derrocharla en el pase de la temporada. En el momento oportuno, le mandó el 2-0 a Xisco con el exterior. Y el capitán demostró que, si la ausencia de Florin aún inquietaba a alguien, el cordobesismo tiene motivos en el área para confiar en el ascenso.

No fue un sueño, aunque el escenario podía llevar a creerlo para los de casa. El rival pedía clemencia y el Córdoba, que ya había olido la sangre, fue a por más. A balón parado, tuvo el tercero. Luso cabeceó con poderío e intención un buen servicio de Fidel, pero el poste evitó que la eliminatoria muriese en apenas 25 minutos. Quedaban demasiados minutos para el sufrimiento y el Girona despertó justo a tiempo. Se alió con la madera y con la fortuna en una serie de rechaces que desembocaron en un mano a mano de Cristian Herrera. El 2-1 resultó inevitable para Razak.

Punto y final a un guión onírico. Vuelta a una realidad en la que debería resolverse la temporada. Las fuerzas se equilibraron. Al fin y al cabo, medían sus fuerzas el cuarto y el quinto clasificado. Tras el frenesí, llegaron las precauciones. Ningún equipo volvió a generar ocasiones claras hasta el descanso, por lo que el público asumió su papel. Xisco le dio una pista al protestar con vehemencia tras una caída de De Tomás. Vio la amarilla y provocó una bronca tremenda contra el colegiado.

El miedo al error marcaría el segundo acto. Al Córdoba le costó encontrar combinaciones importantes. No aparecía la calidad de sus atacantes en medio del recobrado orden gerundés. Ni Oltra ni Machín demostraban estar preocupados por el marcador. Los dos esperaban oportunidades como la que disfrutó Richy: un testarazo franco que el ex blanquiverde mandó a las manos de Razak.

Los banquillos refrescaron un duelo en el que, con 42 jornadas en las piernas, faltaban fuerzas y sobraban imprecisiones. La tomó el público con Fidel, que arriesgó demasiadas veces sin éxito. Nadie era ajeno a los nervios. A Razak le atenazaron a falta de diez minutos para la conclusión y casi lo aprovecha Kiko Olivas, que mandó el cuero a escasos centímetros de la madera.

Se acercaba el final del primer asalto y los dos contendientes iban a seguir en pie. Cuando El Arcángel lo asumió, casi en el tiempo añadido, sacó sus bufandas al aire y celebró la victoria. El sueño le había hecho sonreír e incluso imaginar una goleada. La realidad de Segunda es muy distinta. El 2-1, con susto incluido en la última acción del Girona, puede valer su peso en oro, pero el pase a la final se decidirá en Montilivi.

CÓRDOBA: Razak; Stankevicius, Rodas, Deivid, Cisma; Nando (López Silva, m. 87), Luso, Caballero, Fidel; De Tomás (Víctor Pérez, m. 63) y Xisco (Pineda, m. 70)

GIRONA: Becerra; Maffeo, Alcalá, Richy, Kiko Olivas, Clerc; Granell (Amagat, m. 77), Pere Pons, Borja (Alcaraz, m. 85); Sobrino, Cristian Herrera (Mata, m. 79)

GOLES: 1-0: Xisco, m. 9; 2-0: Xisco, m. 11; 2-1: Cristian Herrera, m. 29

ÁRBITRO: Ocón Arráiz, del Colegio riojano. Amonestó a Rodas, Xisco, Nando, Stankevicius, por parte local, y a Maffeo, por parte visitante.

INCIDENCIAS: Partido de ida de la semifinal del play-off de ascenso a Primera

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