Toros

'El corazón de un Califa', por Francisco Gordón Suárez

«Va siendo hora de que la ciudad cuyo nombre ha paseado por el mundo reconozca a Manuel Benítez como Hijo Adoptivo»

El Cordobés recibe el alta médica tras haber sido operado a los 85 años de una dolencia cardíaca

Manuel Benítez 'El Cordobés', durante una entrevista con ABC Valerio Merino

Francisco Gordón Suárez

Dicen los cardiólogos que al ‘ Ciclón de Palma del Río ’ le falta fuelle. Manuel Benítez ‘El Cordobés’ se recupera de un arrechucho del corazón, ese que siempre latió tranquilo frente al toro. Lo que no consiguieron ‘Impulsivo’ o ‘Palancar’ lo han logrado sístole y diástole. La Suprema Presidencia le ha enviado su primer aviso a los 85 y, pese a que aún le queda mucha faena, va siendo hora de que la ciudad cuyo nombre ha paseado por el mundo le reconozca como Hijo Adoptivo .

Hace unos meses, la Fundación del Toro de Lidia en Córdoba solicitó de todos los grupos políticos del Ayuntamiento la adopción del acuerdo que así lo reconociera, en la confianza -aún hoy mantenida- de que tratándose de un acto de estricta justicia aristotélica nada lo impediría. Objeciones formales menores y dudas artificiosas han impedido hasta la fecha alcanzar el consenso cualificado que se exige, de ahí que resulte obligado poner de manifiesto, siquiera sea de manera sucinta, su fundamento.

«Quienes hayan alcanzado una extraordinaria relevancia y una indiscutible consideración pública por cualidades y méritos singulares de gran trascendencia e importancia excepcional, y que hayan logrado una notabilidad nacional o internacional que prestigien con su nombre a la ciudad». Así define el Reglamento de Honores y Distinciones del Ayuntamiento de Córdoba los méritos que deben reunir sus hijos adoptivos, en lo que bien pudiera calificarse como una exacta descripción de su trayectoria.

Desde su debut en público allá por los últimos años de la década de los cincuenta del siglo pasado, El Cordobés alcanzó una popularidad desconocida hasta entonces -y quizás desde entonces- convirtiéndose en uno de los españoles más universales del siglo XX y, sin ningún género de duda, en el cordobés más internacional de la historia.

Si bien una relación concisa de todos sus méritos taurinos desbordaría con mucho el marco de este artículo, se hace necesario recordar que plazas y públicos sin excepción cayeron rendidas ante su arrolladora personalidad. Todos hemos visto toreros que salen a hombros del ruedo; a Manuel Benítez le llevaban a hombros a la plaza antes de que comenzara. España se identificó con aquel desharrapado que en sus inicios, entre revolcones y volteretas , andaba más por los aires que con los pies en el suelo.

Hoy que el adanismo está a la orden del día, no está de más recordar que un país aún poco acostumbrado a las alegrías se paralizaba para ver a El Cordobés, como sucediera en su confirmación del alternativa en Madrid cuando las fábricas cerraron por la tarde para que los trabajadores pudieran ir a verlo.

Que las tiendas de electrodomésticos acercaban a los escaparates los pocos televisores que existían a fin de que una multitud se arremolinara frente a ellos para disfrutar con su ídolo. Que en la época del Real Madrid ‘ye-yé’ lo que se agotaba en los quioscos eran los cromos del álbum de El Cordobés.

Que quinientos millones de personas en el mundo le vieron por televisión cortar cuatro orejas y un rabo el día que en el Madison Square Garden de Nueva York se instalaron cuatro pantallas para seguir la denominada ‘Corrida del Siglo’. Y que, frisando los ochenta, puso boca abajo el Coso de Los Califas la tarde en que, una vez más, prestó desinteresadamente su ayuda a los enfermos de cáncer .

Su figura trasciende lo taurino. Para el cine, la música, la pintura o la literatura, Manuel Benítez ha sido fuente de inspiración , convirtiéndose en icono publicitario, dinamizador de la economía patria, piloto de avión o protagonista de películas de éxito, hasta el punto de que los Beatles le copiaron el flequillo desde aquel día en que se desplazaron a Córdoba porque querían protagonizar una película con él.

Años después, Brodway, Las Vegas y Londres vieron a Tom Jones resarcirse de su derrota eurovisiva gracias al éxito mundial alcanzado con el musical ‘Matador’ , inspirado en la vida del diestro. Dominique Lapierre y Larry Collins narraron la vida del V Califa en el ‘best seller’ ‘O llevarás Luto por mí’ , traducido a treinta y dos idiomas.

Su inconfundible sonrisa ha ilustrado las portadas de prestigiosas revistas extranjeras como ‘Life’ o ‘Paris Macht’; y los periódicos de la época se hacían eco de su amistad con Robert Kennedy . Hay quien dice que por Washington todavía resuenan las carcajadas de Gerald Ford y él paseando por los pasillos de la Casa Blanca.

Indubitado resulta, por tanto, que la figura de Manuel Benítez es acreedora del reconocimiento como Hijo Adoptivo de Córdoba, y la ciudad debe saldar ya esa deuda. A los incrédulos bastará con recordarles que en pleno siglo XXI, en la época de las telecomunicaciones y redes sociales, si uno teclea en Google ‘Cordobés’, el nacido en Córdoba y su provincia es la segunda acepción.

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