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Coraje

Vanessa Pérez y su radical defensa de la vida optó por dar a luz a su sexta hija pese a los veredictos médicos

Vanesa Pérez, con su marido, y la pequeña Irene ABC
Natividad Gavira

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Vanessa Pérez es una joven madre de cinco hijos . Su vida cobró un sentido nuevo a raíz de su sexto embarazo y la muerte de la pequeña Irene a los tres meses. No llega a los cuarenta años y su existencia contiene la grandeza que muchos no abarcaríamos en siglos. Es una heroína silenciada por el discurso reinante que oprime a la mujer madre, libre y decidida a modelar dentro de sí cada vida concebida, desafiando el contexto social y su precaria economía . Es de esas mujeres que habla con tal contundencia que agota en dos minutos tus preguntas porque su respuesta es radical: toda vida merece la pena .

Cinco hijos en el mundo y un embarazo muy difícil en sexto lugar. Ningún diagnóstico libre de sospechas sobre la salud de su hija al nacer. Hace un año aproximadamente que para Vanesa la vida se convirtió en un peregrinaje de laboratorio hasta que la niña nace prematura y fallece . Once meses de lucha por la vida y también contra las indicaciones aplastantes y unívocas de la ciencia que conducen a Vanesa a la oposición de un sistema, porque la medicina reduce el dolor pero no rehabilita la conciencia. Vanesa se opuso a que la vida de su hija tuviese solo una valoración médica por la que amarla o descartarla y resolvió que su hija nacería, prefirió conocer su rostro y acariciarla aunque se le agotara la esperanza de verla crecer. Confió en que esas semanas, quizás días, como le habían dicho, llenaran un recuerdo que crecerá con el tiempo .

La niña murió en febrero, quedan besos y caritas pegadas retratadas para siempre como testigo de una vida efímera y perdurable a la vez. Ahora su madre admite que no está siendo fácil su ausencia , pero en cambio a su voz la sostiene un hilo de gratitud inmensa. Gracias por el apoyo de cuantos no le han dado la espalda en su decisión, repite sin cesar y, gracias también a quienes han apoyado su causa aun sin entenderla y gracias, repite , a la familia que ha redescubierto porque Irene ha trasformado la vida de esta familia y la de su madre, que nunca pensó en serlo de un ángel .

Vanesa ha cambiado el paso del inevitable pronóstico demostrando que toda vida humana merece ser acogida a pesar del dolor. El veredicto médico no ha tenido la última palabra. Por eso, el premio Bárbara Castro «A un corazón de madre» viaja este año hasta San Fernando en Cádiz , donde vive. Allí, la juventud de Vanessa y su radical defensa de la vida de su hija se ha unido para siempre con la de la joven periodista cordobesa que relegó el tratamiento de la enfermedad que padecía al nacimiento de hija. Murió para dar vida y el premio instituido para perpetuar su ejemplo es ahora el mejor catalizador de otras vidas de madres.

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