Contramiradas

Cisco Casado, baterista: «Con el Tónicas perdemos un símbolo de Córdoba»

El músico fue uno de los artífices de la creación del mítico grupo Yacentes

Muere Tónicas, el cantante de Yacentes, grupo pionero del rock de Córdoba en los años 80

Cisco Casado en Sevilla, donde vive desde 1993 Vanessa Gómez
Aristóteles Moreno

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Cisco Casado no tenía ni la más remota idea de tocar la batería cuando el Tónicas le propuso meterse en los Yacentes . La movida tenía esas cosas. Poca profesionalidad y mucho descaro. Había conocido al Tónicas en el Varsovia . Cómo no. El templo sagrado de la modernidad en aquella Córdoba provinciana que se desperezaba del franquismo. Y Alfonso Sánchez Barroso era el moderno por antonomasia. Un tipo estrafalario de negro riguroso y cabellera electrizada con quien Cisco Casado compartía pasión absoluta por el rock gótico y la música independiente. Cisco no había tocado la batería en su vida. Pero dijo que sí. Por qué no. Un día quedó con el Tónicas y Álvaro Tarik en el bar Correo y allí, con una caña de cerveza por testigo, cerraron el trato.

Los Yacentes se constituyeron formalmente en el año 1984 . Alquilaron un local cerca de la Puerta de Almodóvar y en un suspiro se erigieron en el grupo de culto de la movida cordobesa . Se estrenaron en el instituto Séneca. O quizás en la Facultad de Letras. Cisco Casado no lo recuerda con precisión. Lo que sí recuerda es que el concierto se llenó de siniestros, afterpunks, rockabillys y todas las tribus que emergieron como setas a principios de los ochenta. «Fue increíble. Un escándalo», afirma el baterista de los Yacentes, hoy día consagrado productor de flamenco.

Cisco Casado era el más convencional de la banda. Pelo corto y camisa discreta. Se observa con claridad en las fotografías promocionales de aquellos años. El resto era una estampa. Pelos de pincho y ropas estrambóticas . «Imagina salir con esas pintas por la calle. Era bastante corrosivo. No digo nada cuando los veía mi madre», dice con cierta sorna. Yacentes fue la bomba. Grabaron un maxi single de tres temas con el mítico sello Tres Cipreses y actuaron en el programa de Carlos Tena en TVE. Tocaron la gloria con los dedos y, en poco más de dos años, se desvanecieron como un azucarillo. La semana pasada un infarto se llevó por delante la vida del Tónicas a sus casi 59 años de edad, el gran icono de un tiempo verdaderamente irrepetible. Cisco Casado estuvo en el tanatorio municipal, junto a decenas de amigos, para ofrecerle el último adiós. Luego cogió el tren de vuelta a Sevilla, donde vive desde hace casi 30 años.

¿Qué fue la movida?

En aquellos años lo que había en España era Medina Azahara y Miguel Ríos . Y, de pronto, la movida vino a aportar una cosa fresca y menos profesional. Fue la liberación que supuso tras la muerte de Franco. Definitivamente, estábamos ya en otra onda.

¿La movida nos hizo más libres?

Yo diría que sí.

¿Y nos hizo más frívolos?

Yo diría que también. Y afortunadamente .

«La movida vino a aportar una cosa fresca y menos profesional»

Cisco Casado

Baterista

¿Qué revolución vino a hacer Yacentes?

Representábamos una parte de la revolución general que venía de los movimientos sociales y universitarios hasta esta cosa más frívola. Pero también representó una cultura de la música pop más inmediata y más fresca. Representábamos a un sector de la gente.

¿Contra qué se estrelló Yacentes?

Principalmente que Álvaro estaba cada vez más metido en su proyecto [ Tarik y la Fábrica de Colores ] y los demás no componíamos. El grupo se fue simplemente diluyendo.

En la movida, ¿la estética era el fondo?

Claro. No era lo más importante pero era una manera de posicionarse todo el día. Con determinadas pintas te estabas señalando todo el rato.

Usted, sin embargo, parecía fuera de tiesto.

Efectivamente. Yo me hacía un poquito de «cardaito» en el pelo el día de las fotos o me dejaba un flequillo más largo , pero la verdad es que nunca me he hallado cardándome el pelo. Hacía una pequeña concesión para las fotos y ya.

Pienso en Yacentes y me acuerdo de The Cure. ¿Me equivoco?

En absoluto. Era una referencia muy importante para nosotros como también lo era Joy Division . Hay ciertos grupos que son muy claramente referencias.

¿Y qué había detrás del disfraz del Tónicas?

El Tónicas tenía un ímpetu y una fuerza enormes . Quería hacer su grupo y movió a quienes le interesaban. Le gustaba muchísimo la música y tenía ese punto protagonista. Con la actitud y las pintas que tenía era señalado por la calle. Lo seguían los niños y le decían «¡espinete!». Imagínate llevar una pandilla detrás.

El Tónicas lo llevaba con garbo.

Sí. Pero claro: intentaba no exponerse mucho. Subía de Cañero al Varsovia y se cogía un taxi. Había días en que era insoportable la presión de ir así por la calle. Pero era una estupenda persona . Y un buen amigo. Lo he sentido mucho.

¿Qué perdemos con su muerte?

Un símbolo de una parte de Córdoba . Y yo he perdido a un amigo.

Varsovia, ¿capital de?

Varsovia fue un punto muy importante de la normalización de género , donde una de las cosas fundamentales era que podían ir los mariquitas y las lesbianas a estar tranquilos y bien. Y el resto pues también.

¿Un bar puede cambiar una ciudad?

Un poquito sí. Yo creo que el Varsovia ha participado en el cambio de Córdoba .

¿Ha dejado un hueco que no se ha rellenado?

No sé. Yo llevo desde el año 1993 sin vivir en Córdoba y no sé qué sitios podrían haber ocupado ese lugar. Igual ya no es necesario lo que significaba el Varsovia entonces. Desde luego, acabó su tiempo.

Y la noche era nuestro reino.

Sí, pero no solo la noche . También nos juntábamos los sábados y los domingos por la mañana.

Cisco Casado Vanessa Gómez

Cuando Yacentes echó la persiana , Cisco Casado regaló la batería. Nunca más la ha tocado. Su vida como músico comenzó y se extinguió con los Yacentes. Siguió haciendo radio, montó una tienda de discos y dio el salto a la producción audiovisual. Se formó en San Antonio de Baños, primero, y en Madrid, después, para acabar trabajando en una productora de Canal Sur. Se estrenó precisamente con un programa de Consuelo Berlanga, que logró bastante difusión, y durante una década trabajó para Antena 3, Televisión Española y algunos canales autonómicos. Luego se cruzó el bailaor Israel Galván en su camino y puso su vida del revés. Junto a un grupo de realizadores de televisión, había montado «A Negro Producciones» y presentaron al rompedor Galván en la Bienal de Flamenco de Sevilla. Su actuación pulverizó todos los moldes y removió las bases del flamenco. Con «A negro producciones» ha llevado durante años la carrera artística de innumerables figuras flamencas, desde Miguel Poveda a Diego Carrasco, pasando por Rocío Molina, Fernando Terremoto o Dani de Morón.

¿De qué murió la movida?

Yo diría que ya no eran necesarias determinadas actitudes. Ya estaban claramente superadas. La movida formó parte de la transición política y social española.

¿La juventud es un estado mental?

La verdad es que sí.

¿Y está sobrevalorada?

No lo creo. Lo que llamamos actitud de viejo es una actitud como de alguien menos positivo. La juventud es algo que está valorado y resulta guay sentirse joven aunque tengas muchos años.

Y usted pasó de la música moderna al flamenco sin anestesia.

No es cierto. Cuando trabajaba en Radiocadena ya ponía flamenco. La primera vez que escuché en Fuentes Guerra «Entre dos aguas» [Paco de Lucía] me afectó tan fuerte como David Bowie. Y Camarón también. Yo iba desde siempre a ver actuaciones de flamenco y festivales. No fue sin anestesia.

¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?

La juventud es una etapa muy especial . Maravillosa. Pero yo también me encuentro bien ahora.

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