XXXVI EDICIÓN

La Cata del Vino de Córdoba: la fiesta que siempre deja buen sabor de boca

La organización destaca la reducción de los tiempos de espera para entrar y prevé acabar la cita con un leve repunte de asistentes

Grupo de jóvenes en el recinto de la Diputación Valerio Merino

María Diéguez

Cálida jornada que ha acompañado el penúltimo día de la XXXVI Cata del Vino Montilla-Moriles , donde las colas han vuelto a rodear el edificio de la Diputación de Córdoba.

«Lo normal cuando hay un gran evento es que se formen colas como ocurre en un concierto de un gran grupo de música» asegura Enrique Garrido, gerente del Consejo Regulador . Además, «hemos mejorado el tiempo de espera» recalca. Aproximadamente, el tiempo de cola no ha superado la hora.

Tanto bodegueros como catadores están contentos con el recinto por estar situado en el centro de la ciudad . «Lo que favorece no tener que usar el coche» añade el gerente. También reconoce que el recinto es limitado pero confiesa que «está bien organizado» teniendo en cuenta que quién vaya tiene que esperar para canjear la tarjeta y hacerse con una copa.

Un total de 27 bodegas, cinco menos que el año pasado. Y diez restaurantes que se han puesto a disposición de los cordobeses en las 5.500 hectáreas de explanada para acoger hasta 80.000 personas que se preven. Las entradas que se podían adquirir por internet ya estaban agotadas para los días más señalados, viernes y sábado, aunque siempre hay 1.500 entradas más en taquilla.

«Hay muy buen ambiente» afirman Conchi, Lurdes y María Luisa. Ese es el mayor atractivo por el que asisten cada vez más cordobeses. Y es que, como comentan José y José Ángel, «la cata da comienzo al mayo cordobés y el ambiente festivo ya se nota» .

El buen tiempo ha sido la causa principal para que tanto mayores como jóvenes se acerquen a catar los vinos Montilla-Moriles, por lo que preven desde la organización «algo más de afluencia que el año pasado». Entre ellos, cada vez más jóvenes que acuden a horas más tardías y que están eligiendo vinos más afrutados y con menos años de crianza por lo que este tipo de elección se está haciendo un hueco cada vez mayor en las ediciones de la cata, por la demanda que están teniendo.

En esta línea, los bodegueros afirman que los jóvenes son el nuevo público . Raúl Santos de la bodega Lagar de Hoyos cree que «es un buen momento para explicar los distintos tipos de vino a los que se están iniciando». «Son el futuro del mercado», añade Santos.

Por otro lado, el público más experto que acude en la hora de medio día escoge vino fino y buscan vinos más especiales como los olorosos. En esta línea destaca el «fino Cebolla» de la bodega Lagar El Monte Moriles que ha recibido la medalla de oro del concurso mundial que celebra Bruselas. «El perfil que desgusta este brebaje es un público más especializado y con más conocimiento» señala José Manuel Muñoz , encargado de dar a probar este vino en el recinto que cerrará sus puertas el domingo por la tarde hasta el próximo año.

Aunque hay que precisar que « el tipo de vino depende del momento y de la comida» puntualizan los bodegueros. Por eso, siempre es recomendable empezar por un vino más joven, luego un fino para tapear y de postre, el clásico Pedro Ximénez, «cuando los estómagos ya están llenos» advierte Muñoz. «Porque es importante saber beber y saber disfrutar de esta bebida», puntualizan los expertos.

Una edición que ha no ha tenido ningún incidente grave y que ha destacado por la «buena convivencia alrededor del vino» informan desde la organización. Aunque las altas temperaturas del sábado produjeron algún golpe de calor que «no ha llegado a mayores» destacan.

Esta edición ha querido homenajear a San Juan de Ávila por ser un importante personaje de Montilla explica Garrido. La cata también ha querido hacerse eco del 25 aniversario de la declaración del Casco Histórico por la Unesco . Además, se han realizado actividades entre las que han destacado las catas dirigidas con el propósito de ampliar el conocimiento general de quiénes sientan curiosidad por saber más. A la 13:00 fue el turno de las bodegas de Lagares de Moriles y alredor de las 14:00 el Lagar de los Hoyos ofreció sus distintas opciones de la bebida.

Así, la cata de vino da el pistoletazo de salida al mes más festivo de la ciudad de Córdoba con un buen sabor de boca y «un ambiente inmejorable que invita a seguir disfrutando de las fiestas que nos esperan», según destacan los cordobeses que se dejaron caer por el recinto.

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