Berges, en el centro de Córdoba
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BARCELONA 92

El oro de Berges y los recuerdos de Lozano y Zurera

Los representantes cordobeses en la cita olímpica española repasan experiencias en ABC

CÓRDOBA Actualizado: Guardar
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Hace 25 años y dos días el arquero Antonio Rebollo encendía el pebetero olímpico de Barcelona. Daba comienzo así un evento mágico sin precedentes en España, que se exponía en el mundo a través de la mayor de las manifestaciones deportivas: los Juegos Olímpicos. Y, como no podía ser de otro modo, Córdoba tuvo su presencia en esa cita gracias a tres representantes: el futbolista Rafael Berges, el boxeador Rafael Lozano y el levantador José Zurera. En ellos se ponían las esperanzas de que la provincia tuviera su cuota de protagonismo en la historia y así fue. Especialmente, la noche del 8 de agosto, cuando el entonces jugador del Tenerife se colgaba la medalla de oro con la selección de fútbol tras vencer a Polonia por 3-2 en el Camp Nou.

Esa medalla de Rafael Berges suponía la primera de las muchas que llegaron después, porque Córdoba, desde aquel día, siempre pisó podio. En Atlanta y Sidney correspondió el honor a Lozano (bronce y plata), en Atenas a el jinete Jiménez Cobo (plata), en Pekín a el jugador de hockey Víctor Sojo (plata) y Felipe Reyes (plata), quien encadenó éxito de plata en Londres y bronce en Río, donde también se sumó el subcampeonato de Lourdes Mohedano.

Berges, por supuesto, recuerda aquellos momentos como únicos. Y, sobre todo, un partido: el de cuartos contra Italia. «Porque ellos venían como un equipazo con jugadores como Albertini o Baggio y era el cruce, que en unos juegos es un todo o nada», recordaba el entonces lateral.

Otro de los factores de la competición que le vino al recuerdo a Berges es el hecho de estar fuera del ambiente olímpico de Barcelona. «Allí llegamos para disputar la final y lo que es la Villa Olímpica sólo la conocimos después del partido contra Polonia y antes estuvimos en la Ceremonia de Inauguración», relata. Porque la mayor parte de la competición la hizo España en Valencia, incluyendo cuartos y semifinales: «Nos vino bien, aunque es cierto que prácticamente estuvimos dos meses concentrados preparando la competición».

Al contrario que Rafael Berges, Rafael Lozano no pudo estar en el desfile inaugural de los juegos de Barcelona. ¿El motivo? El sábado 26 de julio a primera hora le esperaba el surafricano Fana Thwala para iniciar su aventura olímpica. Superado ese combate, Rafael Lozano se medía al campeón del mundo de su peso, el de menos de 48 kilos que en el programa amateur se conoce como mosca-ligero. Eic Griffin esperaba a Lozano y un millón de dólares en el caso de lograr el oro, puesto que era su antesala al campo profesional del boxeo. Y le ganó. Por lo tanto, llegó hasta la lucha por las medallas, pero ahí el cubano Marcelo le venció a los puntos. Lozano recuerda que «con el paso del tiempo le di valor a ese diploma sabiendo que gané a un adversario que luego fue campeón del mundo profesional». Además, confesaba que «era mi primera aventura olímpica y luego llegaron dos más en las que conseguí medalla, pero es imposible olvidar aquellas sensaciones».

Distinto fue el caso de José Zurera, quien ya sabía lo que eran unos Juegos. Representó a España y a su Aguilar de la Frontera en Seúl, donde finalizó en la undécima posición en la división de menos de 56 kilos. En Barcelona, fue duodécimo, pero para él, por supuesto, una experiencia única. Con todo, denuncia que «en aquellos tiempos los levantadores del Este dominaban, aunque también es cierto que sobrepasaban los límites del doping». De su competición, destacó que «se hicieron marcas altísimas e intenté dar un nivel competitivo alto».

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